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Giuseppe Albatrino

Escritor, Dramaturgo y Divulgador Científico

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cultura

Anotaciones desde Viena

13 octubre, 2009 by Giuseppe Albatrino

      Partiendo de Firenze y tras once horas en tren nocturno, se llega a Viena, la capital de Austria y el estado más influyente de la república, desde el punto de vista de población, poder político y economía. Aquí la gente es amable, pero no demasiado. Los carteles y señales figuran en alemán y no siempre es fácil comunicarse con alguien en inglés, menos en español y menos aún en italiano.
      Breve paréntesis: ¿Cómo un país tan pequeño, hoy con apenas 8 millones de habitantes, pudo dar tantos renombrados personajes al resto del mundo? Se me viene a la mente los nombres de físicos como Schrodinger (el del “gato de Shrodinger”) y Pauli en el mundo de la mecánica quántica o Doppler (el del efecto de las fuentes de ondas en movimiento que lleva su nombre). En el mundo de la música clásica tenemos a Mozart y Strauss aunque aquí también Beethoven pasó buena parte de su vida. En el de la sicología y siquiatría a Sigmund Freud y Viktor Frankl (cuyo libro “El hombre en busca de sentido”, acabo de recordar, aún tengo que devolver a quien me lo prestó…). No dudo que se debe a que son un pueblo con altísimo grado de educación.

      Retornando la entrada…: Dado que la estadía sería breve, la mejor forma de recorrer la pequeña ciudad fue mediante un bus turístico (equivalente al Mirabus de Lima) que lleva al visitante a 15 puntos representativos de la ciudad (Catedrales, Iglesias, Museos,…)

      Me impresionó la importancia que le dan a la música, ópera y al teatro; se refieren a si mismos como la capital de la música clásica, y deben de serlo, porque sus temporadas cubren los meses de setiembre a junio y si tras eso el silencio pareciese largo, llenan los teatros con música contemporánea los demás meses del año (a propósito, el fin de año la pasan con espectáculos musicales). Incluso hay una sala de patinaje con una pantalla grande en la cual proyectan los conciertos en vivo mientras patinan; me pregunto, como se verían a los patinadores danzando el Danubio Azul, un vals proveniente de estas tierras (cuna del Vals) y que lleva tal nombre por el río que atraviesa la ciudad y que uno puede apreciar con facilidad desde sus numerosos puentes.
Justamente el recorrido había iniciado en la Casa de la Opera (Staatsoper), en cuyo frontis uno puede ver a personajes vestidos de compositores clásicos, ofreciendo tickets a buenos precios (para la economía europea, al menos)

A continuación, algunas fotos que pude tomar.

Palacio Belvedere
Al tener una historia marcadamente imperial (recordemos al imperio Astro-Hungaro), cuentan con palacios como el Belvedere y el Schönbrunn (en donde vivió Napoleón al ocupar Austria y en donde según se dice, buscó al loro del emperador, pues había sido el último ser vivo en haber tenido contacto con él…)


Calle típica vienesa
Aún se usa el caballo como vehículo de transporte.

«Café de Freud»
Con más de 125 años de antigüedad, en este local se reunía Sigmund Freud con sus amigos a conversar sus teorías. Hoy es lugar de encuentro de escritores contemporáneos.
Próxima parada, Praga.

Publicado en: Vivencias y Opinión Etiquetado como: arte, Austria, cultura, Europa, ópera, paseos, viajes

Anotaciones desde Florencia

9 octubre, 2009 by Giuseppe Albatrino

      Difícil describir esta ciudad con palabras y hacerle justicia; con casi dos mil años de historia, que incluyen haber sido el centro del renacimiento italiano, vive orgullosa de su pasado el cual esta presente prácticamente en cada cuadra que uno camina. Sería imposible en una sola entrada cubrir todo lo visto, pero espero poder dar un alcance de este fabuloso lugar.
      Es una ciudad pequeña, que no llega a tener 400 mil habitantes, ubicada en la mitad superior de la bota italiana, con un impresionante número de turistas en sus calles, miles de esculturas y pinturas ubicadas no sólo en los museos, sino al aire libre y por supuesto en sus Iglesias y Conventos que por aquí abundan.

La gente de Firenze, como llaman aquí a Florencia, es aún más amable que en Roma y parecen darle a uno la bienvenida constantemente; los precios también son más asequibles que los de la capital ubicada a cuatro horas en tren.

Muchísimas de sus maravillosas construcciones datan del siglo XIII, con lo cual le hace uno a “sentir” como “moderno” cualquier edificio proveniente del siglo XVI y XVII. En definitiva, los arquitectos de la época hacían las cosas para durar, y no eran pequeñas sus obras.

Apenas saliendo de la Stazione Centrale (estación del tren) uno puede ver la iglesia S. Maria Novella, la primera monástica de Firenze, construida en 1246 pero a la cual unos doscientos años después se le agregó una hermosa fachada de mármol blanco y verde, de diseño elegante y que sorprende por ser peculiar (al menos, no había visto ninguna parecida antes). Como es de suponer, en su interior, podemos encontrar pinturas de la época con motivos religiosos. En realidad, una importante parte del arte aquí tiene esta inspiración, uno puede encontrar sucesivas versiones de los mismos pasajes bíblicos una y otra vez, como la Anunciación, el bautismo de Jesús o “María y el Niño” (La Madonna e il Bambino) por diversos autores.

No muy lejos de Maria Novella, se encuentra el que es quizá el más conocido punto de referencia en el horizonte florentino, Il Duomo (La Cúpula). Construida en 14 años por Brunelleschi, quién empezó en 1420, tiene gigantescas dimensiones (según mi libro del lugar: 45 metros de diámetro y 114 metros de altura) lo cual la hace visible desde muchísimos puntos (¡esto es de gran ayuda si uno se pierde!). Por si fuera poco, para seguir alimentando el asombro, a su lado se encuentra el alto campanario de Giotto y la Catedral cuya fachada se encuentra adornada por un ejército de estatuas. Realmente impresionante, pareciese que uno nunca termina de ver todos los detalles de ésta.

Santa Maria Novella

La Cúpula al centro y el Campanario de Giotto al lado izquierdo de la foto

Siempre en el mismo lado del río, a poca distancia de allí, en la Plaza de la Señoría, se encuentra un museo abierto, con varias esculturas renacentistas (incluyen una réplica del David) al alcance del público y a unos metros continúa el pasaje de los Uffizi en el cual encontramos a numerosos artistas quienes, mismo parque Kennedy, te retratan o te venden sus acuarelas (la más pequeña a 4 euros); como si fuera poco, algunos artistas tocan la flauta, el violín u otros hacen estatuas vivas con motivos medievales ya sea de noche o de día.

Con respecto a los museos, el David se encuentra en La Academia de las Bellas Artes, y si bien está prohibido tomar fotos, como muchos rompían la regla, no puede evitar hacer lo mismo:

El David, de Miguel Angel

Es impresionante esta obra, Miguel Ángel favoreció la belleza sobre todo, creando a un hombre perfecto, que sostiene la honda y la piedra con seguridad y serenidad. Mientras lo miraba, me preguntaba ¿Cómo es que lo sacó del mármol?, ¿lo soñó mil veces como el personaje de Borges en el cuento de ruinas circulares?, ¿siempre existió David en esta cantera esperándolo? Se puede ver el esfuerzo que hace el pastor que derrotó al Goliat, en las venas de la mano que sostiene la piedra. Increíble. ¡Ah!, para suerte del visitante, el museo incluía una exposición fotográfica en blanco y negro, basada en desnudos, que parecían acompañar el motivo del David, también sin vestiduras.

Otro museo, Degli Ufizzi, me ocasionó un Overflow de información. Tantas obras y piezas de arte saturaron mi capacidad de apreciar todo lo visto, por lo que en muchos casos anoté los nombres para buscarlos luego; sin lugar a dudas uno de los trabajos más bellos y famosos allí presentes es el Nacimiento de Venus de Boticelli.

Desconozco si existe un censo de Firenze que incluya no sólo a sus habitantes sino a cada pieza de arte que vive en ella (parecen miles y miles y miles), uno se siente rodeado por cultura y belleza por lo que es imposible caminar por ella sin respirar parte de esto. Sin lugar a dudas, es un lugar para regresar, inabarcable en una jornada de sólo días.

PS: Estoy empezando a creer que los conductores italianos fueron quienes inventaron esto de la Licencia del 007 para matar, manejan por las pequeñas y empedradas calles como si todos fueran alguna promesa de la Fórmula 1.

Publicado en: Vivencias y Opinión Etiquetado como: arte, cultura, El David, Europa, Italia, Leonardo, paseos, Rafael, Renacimiento, Toscana, viajes

La noche estrellada de Van Gogh

10 agosto, 2009 by Giuseppe Albatrino

Night of south winds — night of the large few stars!

Walt Whitman en «Canto a mi mismo»
        Para entender un arte, es necesario que quien te lo explique emplee elementos o palabras previamente conocidos por tí. Puede ser curioso, pero nunca antes había sentido cercanía por las pinturas, hasta recorrer los cuatro pisos del Museo Van Gogh, que patrocinado por el gobierno holandés existe en Amsterdam. Esto debido, a que al lado de cada obra, el visitante puede ver los bosquejos del maestro, las cartas dirigidas a su hermano Theo quien las comercializaba, la evolución y exploración que durante su vida realizó…Entendí que el pintor posimpresionista ¡seguía un proceso! y que como él, los pintores sueñan su obra, la bosquejan, prueban materiales, la planean y la llevan a cabo. No digo que sea sencillo, pero fue grato descubrir que el proceso creativo en un área visual, puede parecerse al proceso creativo en otros campos.

        Hoy, el fondo de pantalla de mi computadora es una de las obras magnas de este artista europeo, “The starry night”, la descubrí leyendo en Internet ya que ha sido albergada los últimos 60 años en Nueva York y no se encuentra en el catálogo que tuve oportunidad de ver y marcar en mi viaje; esto no sería el tema de la presente entrada de no ser por una pregunta que una colega del trabajo me hiciera: “¿Qué significa para ti esta obra?”, interrogación ante la cual me quedé algo mudo puesto que no había reflexionado más sobre ella; si bien es cierto atrae mi vista con un fuerte magnetismo.

        Lo primero que me atrae, son los colores y la naturaleza cósmica del cuadro, pareciese que el universo entero se funde con la realidad de la pequeña villa que Van Gogh puede observar tras la ventana del sanatorio desde el cual la pintó un año antes de morir. Las estrellas no aparecen como puntos pequeños sino como lo que son realmente, enormes soles amarillos dispuestos a dar vida en su entorno, en la Tierra las pequeñas casas iluminadas, no parecen verse afectas por la energía que el universo provoca encima de éstas. La Iglesia, casi al medio del horizonte, parece saludar el sentimiento religioso que la creación conlleva y el árbol de ciprés, vida en sí mismo, atraviesa lo creado por la mano del hombre y lo creado por Dios (que empequeñece a las construcciones en la figura). Finalmente, las curvilíneas pinceladas del autor, nos muestran un cielo que en realidad respeta la física de las galaxias que los astrónomos conocen.

        Sin lugar a dudas, esta maravilla en óleo puede significar mil cosas distintas a mil observadores, incluso sé que hay estudios desde una perspectiva poética, religiosa o astronómica; de ellos me gustó el realizado por Lewis M. Layman que asocia los versos de Walt Withman en “Canto a mí mismo” con la obra citada y de la cual copio un extracto. Invito al lector a buscar el significado propio que esta creación le pueda inspirar.

Publicado en: Culturales Etiquetado como: apreciación, arte, cultura, pintura, Van Gogh

Hablapalabra, Noches de Cuentos, Cantos y Encantos

4 julio, 2009 by Giuseppe Albatrino

Las pequeñas historias, como los cuentos, tienen un particular encanto; se dispone de pocas páginas para sorprender o causar una impresión en el lector, lo cual puede ser difícil de lograr. Cuando la narración se da de manera oral, el contenido se enriquece aún más, dependerá de la habilidad del narrador para expresarse con sonidos, gestos, pausas dramáticas, articular su prosa «en vivo y en directo» frente a un atento publico que espera sus palabras, en un arte que debe ser tan antiguo como las conversaciones alrededor del fuego.

      La última vez que escuche a un narrador de cuentos fue hace un par de años, con la presentación del magnifico Jean-francois Revel, profesor de mi casa de estudios y de talento impactante; recuerdo que en aquella oportunidad recogía leyendas africanas y las aderezaba muy a su estilo con ciertos instrumentos sonoros procedentes del continente negro. Así que cuando me dijeron de un lugar en Miraflores en donde diferentes Cuentacuentos se presentan cada semana, ¡no lo pensé dos veces!.

En el local de El Suche, al cual llegué sin mayores extravíos en auto (¡tenía que decirlo!), tuve oportunidad de apreciar a dos narradores, que nos entretuvieron la hora y media de la función con historias de lo más variadas, algunas ubicadas en la Lima antigua, otra incluían a un príncipe y a una paloma parlante, contaban la historia de un mercader que atraviesa el desierto o trataban del peso que significan las promesas de amor. Evidentemente, con cuentos, las posibilidades son infinitas, más aún cuando muchos mutan conforme se cuenta por distintos artistas.

La experiencia fue muy amena, el tiempo se pasa volando (todo ello a un costo muy reducido); en definitiva habrá que volver a ese lugar, curiosamente algunos salimos con las ganas de algún día estar frente a ese micrófono y contar nuestras propias historias.

Para los interesados, les alcanzó los datos del evento:

Día y Hora: Jueves, 21:00 – 22:20
Lugar: HABLAPALABRA – Libar
Calle: Av. La Paz 646 int. 11 El Suche – MIRAFLORES
Internet:
http://habla-palabra.blogspot.com/
http://www.facebook.com/pages/Lima/HABLAPALABRA/16276659262

Publicado en: Culturales Etiquetado como: cuentos, cultura, Hablapalabra, velada

Obra de teatro comentada: Respira

1 julio, 2009 by Giuseppe Albatrino

      Conmovedora, provocadora y entretenida. Me habían “prevenido” que la obra era muy buena, pero no esperaba verme confrontado con aquellas escenas de una familia de clase media, cuyos distintos miembros reflejan una realidad muy nuestra, ya sea tratándose de izquierdistas, religión o el sentido de cómo vivimos la vida misma. Dado que cada personaje ha sido muy trabajado en el guión de Eduardo Adrianzén, me gustaría contarles un poco de ellos.

Mario, el hijo menor, interpretado por un estupendo Leonardo Torres, es el personaje principal de la obra, que nunca aprendió a nadar y menos a lanzarse a la piscina, quien quiere conocer la diferencia entre ser practico o tener ideales, entre ser tolerante o crédulo, vivir cómodo o comprometido. Lejos de seguir a su hermano mayor o vivir a su sombra, pareciese que no existiera frente a los ojos de sus padres; pero si tendrá muchos interesantes diálogos con el mismísimo Jesús, en una versión procaz de este.

Renato, el primogénito, es la quintaesencia del idealista; si bien su causa armada puede estar equivocada, el valor con que la sigue es de por si admirable; habiendo crecido en una familia acomodada decide dejar la protección paterna para ir a luchar en Ayacucho contra el sistema. Se revela contra su padre y cree, con sinceridad, que la única manera de obtener un cambio radial, es mediante la lucha de clase.

Felipe, el padre, un verdadero socialista de clase “caviar”; pretende ser de izquierda, pero no se priva de gustos burgueses; esta dispuesto a que otros jóvenes luchen por el cambio en la sociedad, pero no su familia y menos el mismo, aunque probablemente nunca haya dicho esto en las reuniones de su partido, uno de los muchísimos en esa parte del espectro político.

Pilar, la madre, interpretada por Patty de la Fuente, mujer algo alejada emocionalmente de sus vástagos, es una mujer marcada por un amor de juventud frustrado; mujer práctica e instruida, vive una relación matrimonial al parecer sin amor.

Walter, amigo de Mario en el Colegio, interpretado por Javier Echevarria, es un niño sumamente inocente que casi es traumatizado por el sacerdote de su colegio. Obediente y sumiso ante todos, parece carecer de algún tipo de reflexión independiente, vive de acuerdo a lo que le dictan con candidez.

Herlinda, abuela de Walter, mujer cuya riqueza familiar conoció mejores épocas hasta que llego la Reforma agraria. Racista, como muchos limeños de clase media, emplea expresiones despectivas contra los “indios” y contra el “favor” que les hizo Velasco. Según ella, el letrero INRI en la cruz de Cristo, significa “los perdono a todos menos a los indios”. La epilepsia de su nieto, la ve por ignorancia, como de origen religioso.

Padre Simón, cura del colegio al que asisten Mario y Walter, representa al cura preocupado por el dinero y las cuotas extraordinarias que han de cobrarse para que los niños puedan comulgar. Lejos de ser un sacerdote modelo, tiene tendencias pedófilas.

Cristo. Sí, también lo vemos en escena, aunque solo se comunica con Mario. Es un personaje algo taimado y muy lejano del que estudiamos en la catequesis; busca, como el propio Renato, ser un revolucionario armado e imponer un nuevo orden sobre el imperio romano. Su comportamiento y desfachatez, lejos de ser ofensiva para el creyente, resulta ser muy graciosa. Sin embargo, su invitación a que “la gente lea” es muy interesante e importante. Todas las escenas en que salía, fueron particularmente hilarantes.

      La combinación de todos ellos nos brinda una estupenda obra, con momentos muy graciosos y dramáticos, como también cuestionadores, quizá estas sean algunas de las razones por las que ganó el segundo concurso de Dramaturgia Peruana 2008. Al final, el público aplaudió de pie.

Publicado en: Teatro Etiquetado como: cultura, Eduardo Adrianzén, Javier Echevarría, Javier Valdés, Leonardo Torres Vilar, Premio dramaturgia, Roberto Ángeles, Teatro, Teatro Británico

El principito: obra de teatro recomendada

25 mayo, 2009 by Giuseppe Albatrino

       En el teatro Segura, del 23 de mayo al 21 de Junio, está presentándose el magnifico musical “El principito” basada en la famosa obra del escritor y aviador Frances Antoine de Saint-Exupéry; quisiera en esta entrada compartirles un poco de la trama y del espectáculo que tuve oportunidad de disfrutar este fin de semana.

       La historia inicia con un piloto (Javier Echevarria) perdido en el desierto y que intenta reparar su averiada avioneta antes de que el agua de su cantimplora, disponible para unos cuantos días, se termine y con ella su propia vida. En este trance se encuentra, cuando aparece un pequeño príncipe (el aplaudido niño actor Emilio Noguerol) quien tras hacer varios pedidos, comienza a contarle sobre su propia vida en el asteroide del cual vino, llamado B612, que contiene tres volcanes (uno apagado) y una bella rosa; pasa sus días cuidando atentamente a su demandante flor cuando un día decide, quizá cansado por los reclamos de esta, explorar el universo en un viaje que lo lleva a conocer a seis personajes que le mostrarán lo absurdo que podemos ser los adultos.

       La puesta en escena comprende a cada uno de estos individuos montados sobre su propio “mundo”, unas plataformas decoradas temáticamente y que se desplazan armoniosamente sobre el escenario (aún me pregunto cómo es que funcionaban), cada uno con su propia visión reducida de la vida (que expresan mediante canciones); entre ellos tenemos: a un rey que “controla” las cosas, pero solo ordenando lo que el súbdito haría de todas formas, un presuntuoso que no puede oír nada más que elogios, un ebrio que bebe para olvidar que le avergüenza beber tanto, un hombre de negocios que constantemente cuenta las estrellas que cree poseer pero que nunca alcanzara, un “encendedor de lámparas” que ya no puede descansar por la frecuencia con que el día y la noche se dan en su planeta (este es el único a quien el principito reconoce que cuida de algo más allá que si mismo) y un geógrafo que pasa la vida dibujando mapas pero nunca ha explorado nada, y que le sugiere a nuestro personaje principal el ir a la Tierra.

       La condición humana es mostrada en sus muchas facetas, pero será recién de la enseñanza de un zorro que el principito aprenderá el valor de la amistad y de los rituales que toda relación conlleva; al dejarse domesticar, su nuevo amigo dejó de ser parte de una masa de millones, para convertirse en alguien especial, del mismo modo, el principito comprenderá que su rosa, a pesar de haber millones de otras rosas, es única por los momentos que compartió con ella.

       Creo que es altamente recomendable ver esta obra de la cual he contado una pequeña parte, que si bien puede parecer dirigida exclusivamente a los niños, contiene mensajes que los adultos olvidamos rápidamente y quizá no deberíamos.

Publicado en: Sin categoría Etiquetado como: actuación, cultura, Javier Echevarría, Principito, Teatro

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