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Giuseppe Albatrino

Escritor, Dramaturgo y Divulgador Científico

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Teatro Británico

Obra de teatro comentada: La reina de belleza de Leenane

20 julio, 2010 by Giuseppe Albatrino

      La comedia negra es un arte difícil: ¿cómo hacer reir con temas como la muerte o el desinhibido deseo de hacer mal a alguien? Nuestro sentido moral nos lo prohíbe, pero es en manos de dramaturgos como Martin McDonagh, que ciertos tabúes no son repelidos, sino que con una extraña mezcla de humor, ansiedades, giros y sorpresas condimentan una estupenda obra como la que hoy comento.

      La reina de belleza de Leenane nos narra la historia de Maureen Folan (Norma Martínez), una mujer solterona que a sus cuarentatitantos años vive junto a su madre Mag (Graciela “Grapa”) en una descuidada y lúgubre casa de una solitaria colina irlandesa. La primera lleva la carga de los cuidados de la segunda, dado que las demás hermanas ‘huyeron’ del hogar ni bien pudieron encontrar pretexto, pero la septuagenaria, lejos de mostrar agradecimiento a su cuidadora, se comporta de manera desconsiderada y se enfrasca en no perder la atención exclusiva de la persona que no pudo dejarla.

      La acción transcurre en la destartalada cocina, escenario de las visitas separadas de los hermanos Doole, Pato (Leonardo Torres Vilar) y Ray (Manuel Gold). El mayor de éstos, quien trabaja en Londres ayudando en las construcciones, se reencuentra con Maureen tras veinte años en una fiesta que se da en el pueblo al que regresa de visita, y le manifiesta sus pretensiones románticas antes de marcharse. El menor, Ray, proporciona los momentos cómicos por su constante falta de empatía e ineficacia como mensajero. Juntos, los cuatro personajes abordan temas como las limitaciones de la vejez, el perpetuo temor a la soledad, el resentimiento que no se apaga con los años o los sueños frustrados que nos persiguen; de seguro que todos compartimos estas tramas, pero aquí ocurre con una concentración inusual en medio de las claustrofóbicas paredes.

      La puesta en escena ha sido magnífica, las actuaciones de Norma Martínez y Grapa conmovedoras. Curioso notar que, por segunda vez en este año, Norma Martínez interpreta un papel en que el detestable carácter de la madre de turno va siendo adquirido por el suyo (como ocurrió en “Agosto”, también comentada aquí). La traducción del director Ricardo Morán de los diálogos irlandeses ha sido encantadora, nos hace notar que cada pueblo tiene su propia manera de expresarse, de componer sus oraciones y de entenderse a sí mismo.

      Estamos ante una obra que, por lo buena que es, hace olvidar al espectador que se encuentra en medio de un montaje, en una sala de teatro. Nos lleva a preguntarnos a cada instante, ¿qué más va a ocurrir?. Gracias a los giros argumentales de McDonagh la espera siempre vale la pena.

Datos de la obra:
En el Teatro Británico. Funciones a las 8 pm. Entradas en Teleticket y boletería.
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PS: Aún tengo pendiente comentar “La mujer sin memoria”, la obra escrita y dirigida por mi amigo y profe Cesar de María que pude disfrutar dos semanas atrás (en realidad hay varias que sin querer he dejado en el tintero por problema de tiempo). Sin embargo, aprovecho este post para recomendarla, vale la pena verla; en mi caso, me dejó pensando varias horas luego del cierre de telón sobre los temas que trata.

Publicado en: Teatro Etiquetado como: Teatro, Teatro Británico

Obra de teatro comentada: Respira

1 julio, 2009 by Giuseppe Albatrino

      Conmovedora, provocadora y entretenida. Me habían “prevenido” que la obra era muy buena, pero no esperaba verme confrontado con aquellas escenas de una familia de clase media, cuyos distintos miembros reflejan una realidad muy nuestra, ya sea tratándose de izquierdistas, religión o el sentido de cómo vivimos la vida misma. Dado que cada personaje ha sido muy trabajado en el guión de Eduardo Adrianzén, me gustaría contarles un poco de ellos.

Mario, el hijo menor, interpretado por un estupendo Leonardo Torres, es el personaje principal de la obra, que nunca aprendió a nadar y menos a lanzarse a la piscina, quien quiere conocer la diferencia entre ser practico o tener ideales, entre ser tolerante o crédulo, vivir cómodo o comprometido. Lejos de seguir a su hermano mayor o vivir a su sombra, pareciese que no existiera frente a los ojos de sus padres; pero si tendrá muchos interesantes diálogos con el mismísimo Jesús, en una versión procaz de este.

Renato, el primogénito, es la quintaesencia del idealista; si bien su causa armada puede estar equivocada, el valor con que la sigue es de por si admirable; habiendo crecido en una familia acomodada decide dejar la protección paterna para ir a luchar en Ayacucho contra el sistema. Se revela contra su padre y cree, con sinceridad, que la única manera de obtener un cambio radial, es mediante la lucha de clase.

Felipe, el padre, un verdadero socialista de clase “caviar”; pretende ser de izquierda, pero no se priva de gustos burgueses; esta dispuesto a que otros jóvenes luchen por el cambio en la sociedad, pero no su familia y menos el mismo, aunque probablemente nunca haya dicho esto en las reuniones de su partido, uno de los muchísimos en esa parte del espectro político.

Pilar, la madre, interpretada por Patty de la Fuente, mujer algo alejada emocionalmente de sus vástagos, es una mujer marcada por un amor de juventud frustrado; mujer práctica e instruida, vive una relación matrimonial al parecer sin amor.

Walter, amigo de Mario en el Colegio, interpretado por Javier Echevarria, es un niño sumamente inocente que casi es traumatizado por el sacerdote de su colegio. Obediente y sumiso ante todos, parece carecer de algún tipo de reflexión independiente, vive de acuerdo a lo que le dictan con candidez.

Herlinda, abuela de Walter, mujer cuya riqueza familiar conoció mejores épocas hasta que llego la Reforma agraria. Racista, como muchos limeños de clase media, emplea expresiones despectivas contra los “indios” y contra el “favor” que les hizo Velasco. Según ella, el letrero INRI en la cruz de Cristo, significa “los perdono a todos menos a los indios”. La epilepsia de su nieto, la ve por ignorancia, como de origen religioso.

Padre Simón, cura del colegio al que asisten Mario y Walter, representa al cura preocupado por el dinero y las cuotas extraordinarias que han de cobrarse para que los niños puedan comulgar. Lejos de ser un sacerdote modelo, tiene tendencias pedófilas.

Cristo. Sí, también lo vemos en escena, aunque solo se comunica con Mario. Es un personaje algo taimado y muy lejano del que estudiamos en la catequesis; busca, como el propio Renato, ser un revolucionario armado e imponer un nuevo orden sobre el imperio romano. Su comportamiento y desfachatez, lejos de ser ofensiva para el creyente, resulta ser muy graciosa. Sin embargo, su invitación a que “la gente lea” es muy interesante e importante. Todas las escenas en que salía, fueron particularmente hilarantes.

      La combinación de todos ellos nos brinda una estupenda obra, con momentos muy graciosos y dramáticos, como también cuestionadores, quizá estas sean algunas de las razones por las que ganó el segundo concurso de Dramaturgia Peruana 2008. Al final, el público aplaudió de pie.

Publicado en: Teatro Etiquetado como: cultura, Eduardo Adrianzén, Javier Echevarría, Javier Valdés, Leonardo Torres Vilar, Premio dramaturgia, Roberto Ángeles, Teatro, Teatro Británico

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