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Giuseppe Albatrino

Escritor, Dramaturgo y Divulgador Científico

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Culturales

El astronauta en la acuarela

24 octubre, 2012 by Giuseppe Albatrino

Esta acuarela fue pintada el día del lanzamiento del primer transbordador espacial, en 1981. Allí vemos sentado a John Young, con su traje listo para el despegue. En su autobiografía, cuenta que en esos momentos pensaba en los procedimientos que debían seguirse si los cohetes fallaban, si debían abortar, si la trayectoria se desviaba, si usaban los asientos eyectables y el fuego de los cohetes les quemaba…
Es un trabajo para valientes que saben cada detalle de a lo que se exponen y se preparan para ello.
Tras dos días en el espacio, Young y su compañero volverían a la Tierra. Un par de años después, Young comandaría otra misión espacial, que sería la sexta en su larga y exitosa carrera.

Titulo: When Thoughts Turn Inward
Artista: Henty Casselli 

Anteriormente escribí algo de John Young que pueden encontrar aqui,

Publicado en: Culturales

Leonardo: maestro de los dos hemisferios

11 enero, 2010 by Giuseppe Albatrino

En Leonardo podemos apreciar el maridaje de lo que muchos consideran polos opuestos del intelecto humano.”
Michael White, Leonardo, el primer científico (2000)

      Cada día los neurólogos conocen más las funciones que desempeñan las distintas secciones del cerebro humano, las hay para el lenguaje, la escritura, la lógica y el cálculo (hemisferio izquierdo) y otras centradas en habilidades musicales y artísticas (hemisferio derecho).  La experiencia enseña que son pocas las personas que pueden dominar todas estas áreas, o que se interesan en todas ellas; al acabar de leer una interesante biografía de Leonardo da Vinci, no puedo dejar de sentirme asombrado e inspirado por aquél que, justamente, va en contra de esta noción.

      Al ser hijo ilegítimo de un notario, Leonardo no pudo estudiar en la universidad, pero esto lejos de amilanarlo, parece, por momentos, impulsar su insaciable curiosidad por entender todo lo que le rodea. Por ello, inició estudios autodidactas en innumerables temas, que han llegado hasta el día de hoy a través de sus numerosísimos manuscritos que llenaba con una escritura codificada en los cuales tomaba notas y dibujos de lo que iba encontrando, cubriendo temas como la astronomía, geología, anatomía, óptica, escultura, pintura o ingeniería (también allí escribía cosas más mundanas como sus gastos y recetas, pero esa es otra historia…)

      A algunos les podría parecer curioso el hecho que no ejerciera únicamente el oficio de pintor, a pesar de destacar desde niño y que hubiera tenido varios años de formación en el taller del maestro Verocchio (lugar en donde tocaba instrumentos musicales y cantaba), además de ser reconocido por ello por la familia Medicis.  Sucede que este campo le resultaba demasiado fácil, hasta el punto que “se cansaba del pincel”.  En vez de quedarse en esta zona de confort, abandona Florencia con rumbo a Milán en busca de nuevos horizontes y con la intención de ser reconocido como ingeniero y arquitecto en la corte de los Sforza, para el cual ofreció su talento como diseñador de diversas clases de máquinas.

      Sentía la necesidad por entender la naturaleza y por encontrar una estructura que lo explique todo, buscando, por ejemplo, relaciones entre la intricada maquinaria que es el cuerpo humano, y el planeta, por ello, a la luz de la vela, se convirtió en una de las primeras personas en diseccionar cadáveres para estudiarlos, realizando excelsos dibujos de ellos, sobre los huesos, músculos, nervios y arterias que luego enriquecían sus propios cuadros al darles mayor detalle a las figuras que mostraba en ellos.

      Consciente de que debía estar actualizado, empleaba los libros de las bibliotecas como fuente de información y a mediana aprendió latín por cuenta propia para poder acceder a más textos; creía que debía conocer mejor las matemáticas, y a pesar de la dificultad que le implicaba, tomó clases con un reconocido especialista y amigo suyo de la época.  Ni en su vejez cejó en su empeño de aprender; en Leonardo, arte y ciencia confluyeron en una relación sinérgica que enriquecía sus creaciones y la comprensión del universo que le tocó vivir.

      Hoy en día, los muros que separan las distintas facultades universitarias,  muchas veces parecen trasladarse a las mentes de sus integrantes, creando divisiones profundas y creando términos como “gente de ciencias” y “gente de letras”. Conocer la obra de este genio, quizá pueda inspirarnos a conocer lo que el “otro hemisferio” (aquél no dominante en nosotros) puede ofrecernos.

PS: la imagen del post, muestra a Leonardo (representando a Platon) en el cuadro “La escuela de Atenas” de Rafael.

Publicado en: Culturales, Vivencias y Opinión Etiquetado como: arte, artistas, Florencia, Leonardo, pintura

Mi pequeña colección de arte (actualización)

25 noviembre, 2009 by Giuseppe Albatrino

      Anteriormente, aquí les compartí sobre un portal en el cual pueden encontrar un artista por día,en categorías como pintura, fotografía y escultura. Hoy, en que realizan su entrega número 1000, han publicado un video a modo de celebración, lo cual ha sido una grata sorpresa para mí.
Les comparto el video:

¡Espero lo disfruten!

Publicado en: Culturales Etiquetado como: arte, artistas, exhibición, pintura

Rafael y los “huevos de pascua”

9 octubre, 2009 by Giuseppe Albatrino

      En ingeniería informática existe el concepto de “huevo de pascua”, es algún mensaje oculto que el desarrollador deja en su obra, para que pueda ser visto sólo por los pocos que sepan como acceder a él. Un ejemplo ahora famoso lo encontramos en el Excel 95, en donde apretando una secuencia de comandos del menú, se podía ingresar a un juego escondido, el de un laberinto, que tras ser atravesado por el jugador, mostraba los nombres de las personas que crearon la hoja de cálculo de Microsoft. De forma semejante, el Corel Draw incluye su propio huevo de pascua y en el medio local, he sido testigo de páginas Web con rutas secretas para saludar a alguien y otras con palabras escritas con letras blancas sobre fondo blanco con el objetivo de ocultar la lectura.
      Por supuesto que este impulso no se limita al campo de las computadoras; cuando Neil Armstrong daba sus primeros pasos en la Luna, uno de los peldaños de la escalera que él sostenía contenía un papel con el nombre de varios profesionales de la empresa Grumann que fabricó el módulo lunar. Así mismo, apenas unos 4000 años atrás, y según he leído, en las pirámides de Egipto se pueden encontrar nombres escondidos de algunos de sus constructores… ¡todos quieren dejar una constancia! Y puede ser más divertido si ésta no se encuentra a primera vista.

      He estado recordando estos hechos tras visitar algunos museos, en los cuales he encontrado un fenómeno parecido en algunas obras famosas. Ciertamente no hay que retirar una capa de pintura o presionar una secuencia de teclas, pero en varios cuadros podemos ver un “cameo” del autor, en forma de su rostro en medio de ángeles, pastores u otros personajes dentro de su creación. Uno de los ejemplos que me parece más divertido, es el de la obra “La Escuela de Atenas” de Rafael.

      Esta hermosa pintura se encuentra en la Stanza della Segnature (Cuarto de la firma), una de las muchos habitaciones temáticas que forman el recorrido de los museos Vaticanos; en ella vemos representados a famosos filósofos griegos, y si bien no todos han sido indiscutiblemente identificados, incluyen los nombres de Platón y Sócrates (con un libro en la mano), Euclides (trabajando con un compás), Pitágoras (haciendo cálculos)…y ¡Rafael!, mirando como quien no quiere la cosa, parado entre varios de los populares pensadores que tanto influenciaron la historia.

Aquí les copio una foto que tomé del cuadro, con el artista señalado en rojo:

      Al escuchar el audioguide, uno no puede dejar de sonreir ante la sorpresa de tan trascendente maestro, queriendo también salir en la foto.

Publicado en: Culturales Etiquetado como: arte, auto-retratos, Bouonarotti, Rafael, Renacimiento

La noche estrellada de Van Gogh

10 agosto, 2009 by Giuseppe Albatrino

Night of south winds — night of the large few stars!

Walt Whitman en «Canto a mi mismo»
        Para entender un arte, es necesario que quien te lo explique emplee elementos o palabras previamente conocidos por tí. Puede ser curioso, pero nunca antes había sentido cercanía por las pinturas, hasta recorrer los cuatro pisos del Museo Van Gogh, que patrocinado por el gobierno holandés existe en Amsterdam. Esto debido, a que al lado de cada obra, el visitante puede ver los bosquejos del maestro, las cartas dirigidas a su hermano Theo quien las comercializaba, la evolución y exploración que durante su vida realizó…Entendí que el pintor posimpresionista ¡seguía un proceso! y que como él, los pintores sueñan su obra, la bosquejan, prueban materiales, la planean y la llevan a cabo. No digo que sea sencillo, pero fue grato descubrir que el proceso creativo en un área visual, puede parecerse al proceso creativo en otros campos.

        Hoy, el fondo de pantalla de mi computadora es una de las obras magnas de este artista europeo, “The starry night”, la descubrí leyendo en Internet ya que ha sido albergada los últimos 60 años en Nueva York y no se encuentra en el catálogo que tuve oportunidad de ver y marcar en mi viaje; esto no sería el tema de la presente entrada de no ser por una pregunta que una colega del trabajo me hiciera: “¿Qué significa para ti esta obra?”, interrogación ante la cual me quedé algo mudo puesto que no había reflexionado más sobre ella; si bien es cierto atrae mi vista con un fuerte magnetismo.

        Lo primero que me atrae, son los colores y la naturaleza cósmica del cuadro, pareciese que el universo entero se funde con la realidad de la pequeña villa que Van Gogh puede observar tras la ventana del sanatorio desde el cual la pintó un año antes de morir. Las estrellas no aparecen como puntos pequeños sino como lo que son realmente, enormes soles amarillos dispuestos a dar vida en su entorno, en la Tierra las pequeñas casas iluminadas, no parecen verse afectas por la energía que el universo provoca encima de éstas. La Iglesia, casi al medio del horizonte, parece saludar el sentimiento religioso que la creación conlleva y el árbol de ciprés, vida en sí mismo, atraviesa lo creado por la mano del hombre y lo creado por Dios (que empequeñece a las construcciones en la figura). Finalmente, las curvilíneas pinceladas del autor, nos muestran un cielo que en realidad respeta la física de las galaxias que los astrónomos conocen.

        Sin lugar a dudas, esta maravilla en óleo puede significar mil cosas distintas a mil observadores, incluso sé que hay estudios desde una perspectiva poética, religiosa o astronómica; de ellos me gustó el realizado por Lewis M. Layman que asocia los versos de Walt Withman en “Canto a mí mismo” con la obra citada y de la cual copio un extracto. Invito al lector a buscar el significado propio que esta creación le pueda inspirar.

Publicado en: Culturales Etiquetado como: apreciación, arte, cultura, pintura, Van Gogh

Exposición Da Vinci – El Genio

30 julio, 2009 by Giuseppe Albatrino

“El arte nunca está terminado, sólo abandonado”.
Leonardo da Vinci

        En la pérgola del Jockey Plaza y hasta el 09 de Agosto se está presentando una exhibición itinerante que muestra parte de la obra de Leonardo Da Vinci. Para muchos, este genio es únicamente el creador de “La última cena” y la “Mona Lisa”; sin embargo, este hombre del renacimiento tenía más de 20 profesiones que incluyen, además de pintor, el ser escultor, anatomista, ingeniero, escritor, músico y botánico. Si bien es imposible hoy en día cubrir en profundidad el desarrollo moderno de tantos campos, la obra de Da Vinci es una invitación a mantener una mente despierta y curiosa.

        Al ser Leonardo hijo ilegítimo, no tuvo derecho a acceder a una educación formal, algunos piensan que por esta razón tuvo el tipo de escritura que mantuvo (de derecha a izquierda), para otros pudo deberse a que sufriera de dislexia y para otro grupo el hecho es una demostración de su constante temor a que le roben sus ideas; sea el motivo correcto que fuese, en la muestra podremos apreciar mucho de su escritura en la forma de cuadernos, llamados códices, en los cuales anotaba sus ideas y en las impresionantes páginas en las cuales documentaba sus estudios del cuerpo humano.

        Luego de los códices, el visitante podrá apreciar prototipos de máquinas voladoras que implementan los bosquejos del maestro Florentino; si bien casi todos eran irrealizables, tanto ayer como hoy, el paracaídas piramidal fue el único que ha sido probado con relativo éxito. Mucho mejor le fue con las distintas máquinas que construyó para levantar grandes pesos o convertir el movimiento lineal en circular, las cuales se pueden ver confeccionadas en madera y que de seguro un ingeniero mecánico apreciará y entenderá mejor que mi persona.

        Una interesante mención de la guía era que a “pesar de ser vegetariano y pacifista”, Leonardo creó armas para sus mecenas; me parece curioso porque se asocia el no comer carne a la misma categoría de no matar personas. En todo caso, se aprecia en la muestra un prototipo de tanque, un traje de buzo, una metralleta y otras armas; quizá la más “inocente” de todas era una especie de “multi tambor” que usado por un solo hombre, simulaba el sonido de muchos de estos instrumentos, que en la batalla se empleaban para sincronizar las tropas.

        En el lado artístico, algunos nos enteramos por primera vez de su participación en el teatro, con el invento de un proyector que creaba distintos fondos para las escenas, consistente en una caja cerrada, una luna y en su interior una vela (¡sí!, como si se tratase de los Picapiedra…) que ilumina la figura que se le coloque.
También se aprecian réplicas de sus obras, en las que nos explican cómo se crearon clásicos como las pinturas mencionadas o el hombre del Vitrubio (en lo personal me cautivo “San Jerónimo penitente”). Es una lástima conocer que, por emplear algunas técnicas de su invención al momento de pintar, mucho de su trabajo no haya persistido en el tiempo como es debido.

        El buen uso que se le dé a los 30 soles que cuesta la entrada dependerá mucho del visitante, en mi humilde opinión ésta debería costar menos dado el número de piezas y la duración de la muestra; esto no niega el hecho que los guías hicieron un buen trabajo con el material disponible.

_______________________________
PS: Es lamentable notar que una exposición cultural de este tipo, entrega folletos con tantos errores tipográficos y de redacción.

Publicado en: Culturales Etiquetado como: arte, artista, ciencia, Da Vinci, genio, ingeniero, Leonardo, Renacimiento

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