En Leonardo podemos apreciar el maridaje de lo que muchos consideran polos opuestos del intelecto humano.”
Michael White, Leonardo, el primer científico (2000)
Cada día los neurólogos conocen más las funciones que desempeñan las distintas secciones del cerebro humano, las hay para el lenguaje, la escritura, la lógica y el cálculo (hemisferio izquierdo) y otras centradas en habilidades musicales y artísticas (hemisferio derecho). La experiencia enseña que son pocas las personas que pueden dominar todas estas áreas, o que se interesan en todas ellas; al acabar de leer una interesante biografía de Leonardo da Vinci, no puedo dejar de sentirme asombrado e inspirado por aquél que, justamente, va en contra de esta noción.
Al ser hijo ilegítimo de un notario, Leonardo no pudo estudiar en la universidad, pero esto lejos de amilanarlo, parece, por momentos, impulsar su insaciable curiosidad por entender todo lo que le rodea. Por ello, inició estudios autodidactas en innumerables temas, que han llegado hasta el día de hoy a través de sus numerosísimos manuscritos que llenaba con una escritura codificada en los cuales tomaba notas y dibujos de lo que iba encontrando, cubriendo temas como la astronomía, geología, anatomía, óptica, escultura, pintura o ingeniería (también allí escribía cosas más mundanas como sus gastos y recetas, pero esa es otra historia…)
A algunos les podría parecer curioso el hecho que no ejerciera únicamente el oficio de pintor, a pesar de destacar desde niño y que hubiera tenido varios años de formación en el taller del maestro Verocchio (lugar en donde tocaba instrumentos musicales y cantaba), además de ser reconocido por ello por la familia Medicis. Sucede que este campo le resultaba demasiado fácil, hasta el punto que “se cansaba del pincel”. En vez de quedarse en esta zona de confort, abandona Florencia con rumbo a Milán en busca de nuevos horizontes y con la intención de ser reconocido como ingeniero y arquitecto en la corte de los Sforza, para el cual ofreció su talento como diseñador de diversas clases de máquinas.
Sentía la necesidad por entender la naturaleza y por encontrar una estructura que lo explique todo, buscando, por ejemplo, relaciones entre la intricada maquinaria que es el cuerpo humano, y el planeta, por ello, a la luz de la vela, se convirtió en una de las primeras personas en diseccionar cadáveres para estudiarlos, realizando excelsos dibujos de ellos, sobre los huesos, músculos, nervios y arterias que luego enriquecían sus propios cuadros al darles mayor detalle a las figuras que mostraba en ellos.
Consciente de que debía estar actualizado, empleaba los libros de las bibliotecas como fuente de información y a mediana aprendió latín por cuenta propia para poder acceder a más textos; creía que debía conocer mejor las matemáticas, y a pesar de la dificultad que le implicaba, tomó clases con un reconocido especialista y amigo suyo de la época. Ni en su vejez cejó en su empeño de aprender; en Leonardo, arte y ciencia confluyeron en una relación sinérgica que enriquecía sus creaciones y la comprensión del universo que le tocó vivir.
Hoy en día, los muros que separan las distintas facultades universitarias, muchas veces parecen trasladarse a las mentes de sus integrantes, creando divisiones profundas y creando términos como “gente de ciencias” y “gente de letras”. Conocer la obra de este genio, quizá pueda inspirarnos a conocer lo que el “otro hemisferio” (aquél no dominante en nosotros) puede ofrecernos.
PS: la imagen del post, muestra a Leonardo (representando a Platon) en el cuadro “La escuela de Atenas” de Rafael.
Eri dice
Desde que tengo uso de razón, las personas tienden a separar las ciencias de las letras e incluso, se suele comentar que «las matemáticas son difíciles» poniendo de plano, una barrera a los niños que van al colegio con esta frase en la mente y quizás se termina convirtiendo en una barrera en su aprendizaje ya que el temor nace y lo mismo ocurre con el arte, algunos suelen mencionar que de eso es difícil vivir o que no es productivo con lo cual otra barrera nace para quienes tienen talento o aspiración artística.
Lo que yo creo es que si bien algunos tienen más desarrollado un hemisferio que el otro de forma natural, eso no significa que no se pueda desarrollar el otro que se encuentra dormido. Hay que aprender a descubrir lo que nos gusta, aunque parezca difícil, aunque no vaya de acuerdo a las convenciones tradicionales arte vs. ciencia. Todos tenemos la capacidad, se trata de querer hacerlo.
Personajes como Leonardo se esforzaron, creyeron en sí mismos y en su potencial, lo desarrollaron, investigaron, crearon y terminaron siendo grandes genios. Yo postulo que han existido y existen muchos Leonardos en el mundo y hay que atreverse a sacarlos a la luz, olvidarnos de los cuestionamientos y de los propios miedos. Se arriesgarían ustedes? Yo voto por un SÍ.
Gracias Giuseppe por compartir este artículo!
erolinda dice
fui a la exposición de leonardo en lima, me quede maravillada y satisfecha de que el no era encasillado o especializado en algo, aprovecho todo el tiempo que le quedo en aprender y crear.