Night of south winds — night of the large few stars!
Walt Whitman en «Canto a mi mismo»
Hoy, el fondo de pantalla de mi computadora es una de las obras magnas de este artista europeo, “The starry night”, la descubrí leyendo en Internet ya que ha sido albergada los últimos 60 años en Nueva York y no se encuentra en el catálogo que tuve oportunidad de ver y marcar en mi viaje; esto no sería el tema de la presente entrada de no ser por una pregunta que una colega del trabajo me hiciera: “¿Qué significa para ti esta obra?”, interrogación ante la cual me quedé algo mudo puesto que no había reflexionado más sobre ella; si bien es cierto atrae mi vista con un fuerte magnetismo.
Lo primero que me atrae, son los colores y la naturaleza cósmica del cuadro, pareciese que el universo entero se funde con la realidad de la pequeña villa que Van Gogh puede observar tras la ventana del sanatorio desde el cual la pintó un año antes de morir. Las estrellas no aparecen como puntos pequeños sino como lo que son realmente, enormes soles amarillos dispuestos a dar vida en su entorno, en la Tierra las pequeñas casas iluminadas, no parecen verse afectas por la energía que el universo provoca encima de éstas. La Iglesia, casi al medio del horizonte, parece saludar el sentimiento religioso que la creación conlleva y el árbol de ciprés, vida en sí mismo, atraviesa lo creado por la mano del hombre y lo creado por Dios (que empequeñece a las construcciones en la figura). Finalmente, las curvilíneas pinceladas del autor, nos muestran un cielo que en realidad respeta la física de las galaxias que los astrónomos conocen.
Sin lugar a dudas, esta maravilla en óleo puede significar mil cosas distintas a mil observadores, incluso sé que hay estudios desde una perspectiva poética, religiosa o astronómica; de ellos me gustó el realizado por Lewis M. Layman que asocia los versos de Walt Withman en “Canto a mí mismo” con la obra citada y de la cual copio un extracto. Invito al lector a buscar el significado propio que esta creación le pueda inspirar.