A próposito de la noticia donde Stephen Hawking advierte sobre los extraterrestres.
Las posturas con respecto a los extraterrestres han ido variando conforme nuevos descubrimientos iluminan el asunto. Antes del hallazgo de planetas fuera del Sistema Solar o de formas de vida en inhóspitas áreas de la misma Tierra, se pensaba que su existencia podría ser algo muy escaso o extremadamente inusual, pero con el surgimiento de nuevos datos, el entusiasmo aumenta y se les busca ya sea en los casquetes polares de Marte o pegando nuestras orejas al cielo, mediante radiotelescopios. Ante esto, se ha alzado la voz disidente de una de las mentes más brillantes de nuestro siglo, Stephen Hawking, y dado el impacto de la noticia, creo no está de más aportar mi granito de arena al debate con algunos comentarios.
A lo largo de su corta historia, la ciencia ficción ha representado muchos encuentros con alienígenas. Por ejemplo, ya en 1953 en su libro “El fin de la infancia”, Arthur C. Clarke nos narra la llegada de enormes naves que se posan sobre las principales ciudades, cuyos tripulantes convocan al secretario general de la ONU (¿alguien dijo “V”?) pero su misterioso fin, no es la destrucción de la humanidad sino, por el contrario, la transformación de la misma en una especie superior. Variantes de esta intromisión de nuestros cielos las plantean la serie “V – Invasión Extraterrestre” y la película “Día de la Independencia” en las cuales lo único que buscan nuestros visitantes es aniquilarnos y llevarse los recursos naturales del planeta. La tesis de Hawking va, justamente, en este sentido.
Parece ser que desde la época de H.G. Wells y su “Guerra de los Mundos”, la imagen que los escritores y guionistas tienen de estos encuentros no ha sido muy positiva, con algunas excepciones como E.T., Contacto o la antes mencionada de Clarke, priman las versiones pesimistas. Creo que se debe, y esto nos lo recuerda el físico británico, a que en nuestra propia historia cuando una civilización tecnológicamente superior ha descubierto a otra inferior, pues, el final no es muy bueno para los ultimos: los conquistadores que vinieron a América avasallaron a los nativos.
Ante tan sombría perspectiva, Hawking considera que intentar contactar a estos seres del espacio es “algo arriesgado” y que por el contrario, la humanidad debería hacer todo lo que esté a su alcance para evitarlo, lo cual es… ¡exactamente lo contrario a lo que estamos haciendo!. Recordemos que desde la década de los sesenta, se han enviado mensajes de saludos a las estrellas, ya sea por medio de ondas electromagnéticas o placas adheridas a sondas espaciales con diversos grabados y figuras representativas. Ninguno de estos envíos es reversible, ellos llegarán en su momento a otros cuerpos celestes y no podemos hacer nada para evitarlo, ojalá con algo de suerte no se topen con los receptores equivocados. Pero no hay de qué preocuparse, difícilmente nos afectará a nosotros, es tan sólo uno de los pequeños problemas que estamos dejando a las generaciones venideras…