Quisiera responder al pedido que surgió en el post anterior respecto a qué libros de ciencia ficción recomiendo. Creo que al igual que el maridaje entre los vinos y quesos, cierta bibliografía aplica a ciertas personas y sus gustos, así que comentaré algunos títulos partiendo de los posibles gustos del lector.
Si lo que se busca son historias de misterio en la que un inteligente detective resuelve algún complicado caso, asistido por un robot de apariencia casi humana, en planetas con culturas muy distintas a la contemporánea, “Bóvedas de acero” y “El sol desnudo”, ambas de Isaac Asimov, son dos buenas opciones. Nos presentan a los mismos personajes centrales descubriendo difíciles asesinatos de repercusiones globales.
Si en lugar de Sherlock Holmes del futuro, se prefiere tramas que partan más directamente de nuestro pasado o presente inmediato, pueden encontrar interesante “El hombre en el castillo” de Philip K. Dick, que nos ubica en un Estados Unidos que pierde la Segunda Guerra Mundial y vive bajo el dominio Nipon. Así mismo, “Cántico a San Leivowitz” nos presenta un escenario post apocalíptico, en que un holocausto nuclear a acabado con el conocimiento humano y una orden de monjes, rodeada por bárbaros a la usanza de los de Mad Max, logrará mediar en la reinvención del progreso en una narración que cubre varios milenios de duración
Antes que la Internet se convirtiera en una presencia tan ubicua en nuestras vidas, algunos autores incluyeron versiones avanzadas de la misma como parte fundamental de sus trabajos. La más emblemática de éstas quizá sea “El Neuromante” de William Gibson, la primera novela “ciberpunk” ampliamente difundida y que influyó en clásicos del cine como la película Matrix. Aquí, nuestro anti-héroe vive en una sociedad sobre poblada, decadente, gobernada por las corporaciones y en la que el Ciberespacio es un lugar al cual uno accede directamente desde el cerebro.
La vida en otros mundos no podía estar ausente en las buenas obras. En “El fin de la infancia” de Arthur C Clarke, decenas de ciudades se ven ensombrecidas por enormes naves (a la manera de la famosa serie “V”, producida varias décadas después del libro), de las cuales la de New York pide la presencia del Secretario General de la ONU. Desde ese momento, la Tierra convivirá con estos observadores, cuyos aspectos nunca llega a conocer, pero que influirán enormemente en la evolución del hombre.
Para aquellos que desean ver cómo la realidad en sí misma puede ser retada, en un texto en que los personajes (junto al lector) desconocen lo real de lo ilusorio en una trama contra el reloj, pueden contar con la excelente prosa del antes mencionado Phillip K. Dick en “Ubik”, comentado en este post.
Evidentemente ninguna lista es perfecta ni completa, pero éste es un inicio que espero encuentren útil.