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Giuseppe Albatrino

Escritor, Dramaturgo y Divulgador Científico

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Apollo

Lecciones desde el proyecto que llevó al hombre a la Luna

16 noviembre, 2009 by Giuseppe Albatrino

      El proyecto Apolo representa lo que una nación puede lograr cuando las metas son claramente establecidas, el gobierno asigna los recursos necesarios y se cuenta con un sector industrial-académico lo suficientemente desarrollado trabajando en conjunto. Si bien, constantemente se señala que la humanidad entera dio sus pasos con Armstrong en la Luna, no se debe olvidar que fue el esfuerzo, y presupuesto, de un país el que lo hizo posible, en medio de una competición internacional con la extinta Unión Soviética.

      Hoy, que muchas naciones grandes o pequeñas en número de habitantes, han caído en cuenta de que invertir en la generación de conocimiento en ciencia y tecnología crea una mayor riqueza, es importante recordarnos algunas lecciones provenientes de aquella compleja iniciativa que llevó al hombre a donde nunca antes había llegado.

1) El dinero dirigido a la Investigación y Desarrollo (I+D) es una inversión que da dividendos

      Cuando Kennedy comprometió a los Estados Unidos a llegar a la Luna, antes del fin de la década de los sesenta, la experiencia espacial de su nación era tan solo el vuelo de quince minutos de Alan Shepard en una pequeña nave monoplaza. La tarea encomendada a la NASA, significó que hubo que construir nuevas computadoras (más pequeñas y potentes), nuevos materiales (como metales más ligeros y resistentes), nuevos motores cohetes (más confiables), nuevas formas de almacenar energía (baterías, pilas) y un sin número de aparatos que permitieron a los astronautas sobrevivir en el hostil paraje selenita. ¿Resultado? Se inventaron nuevas tecnologías que también impactaron en la industria, puesto que muchas de ellas se derivaban a otros ámbitos, tales como mejores comidas deshidratadas, sistemas de purificación de agua, máquinas de diálisis, satélites para monitorear el clima…
      Los 26,000 millones de dólares que en la época se gastó en el programa, no solo crearon miles de puestos de empleos altamente calificados, ya de por sí una inyección favorable a la economía, sino que creo importantes avances que significaron una ventaja competitiva para la nación del norte. De acuerdo a los economistas Robert Solow y Michael J. Boskin, un tercio o más de su crecimiento económico en los pasados 50 años puede ser atribuido, justamente, a los avances de la ciencia y la tecnología.

2) El gobierno, las universidades y las empresas deben ir de la mano para generar conocimiento

      Apolo significó el trabajo coordinado de más de 300,000 personas, la mayor parte de ellos científicos, ingenieros, técnicos y administradores; todos repartidos en el gobierno, las universidades y el sector privado. Por ejemplo, el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) construyó el sistema de guiado que orientaba a la nave así como la computadora de abordo, mientras que trabajando en el gobierno, Von Braun diseñaba los planos del gigantesco cohete Saturno V y encargaba la construcción a un conjunto de empresas privadas. Ese tipo de sinergia, ayudó a vencer al esfuerzo soviético, más monolítico en esencia.

3) No se puede llevar a cabo un proyecto si no se cuenta con las organizaciones y personas capaces de hacerlo

      En su año más exigente, la agencia espacial norteamericana llegó a recibir el 0.5% del PBI del Gobierno Americano, sin embargo, creo que este enorme monto no hubiera bastado, de no contarse con las personas, tanto en número como en experticia, necesarias. El programa lunar, se fundó sobre muchas organizaciones ya existentes, la misma NASA partía de la ahora desconocida NACA. Así mismo, las empresas participantes crecieron enormemente, por ejemplo la constructora del módulo lunar, la empresa Grumman, pasó de tener unos cientos de empleados en el sector espacial a nueve mil en apenas un par de años. Esto no hubiera sido posible si en el mercado laboral no hubiera existido el número suficiente de científicos, ingenieros y técnicos debidamente calificados

4) Los grandes proyectos requieren el compromiso constante de tiempo y esfuerzo

      Ninguna meta grande puede cumplirse en un día o en un trimestre; así como las grandes construcciones de la antigüedad tardaron décadas en lograrse y el mismo proyecto lunar más de ocho años, sin un gobierno paciente que sabe que la innovación tecnológica no implica siempre resultados inmediatos, hubiera sido imposible dar el pequeño gran paso aquel mes de Julio de 1969. La carrera espacial implicó tres administraciones sucesivas durante las cuales no se cambió la meta pautada por el joven Presidente.

      El éxito del Apolo representa un punto de referencia sobre el cual comparar nuevos logros, no solo con respecto a la frontera espacial, sino sobre lo que un colectivo puede lograr; sin lugar a dudas, muchas de sus lecciones pueden ser aplicadas hoy en día, por estados que creen que la generación de conocimiento y compromisos a largo plazo son una inversión importante y necesaria.

Publicado en: Sci & Tech Etiquetado como: Apollo, Apolo, espacio, llegada a la Luna, Luna, proyectos

Libro comentado: ¡el mío!

29 octubre, 2009 by Giuseppe Albatrino

“Ha sido un larga espera… pero aquí estamos”
Alan Shepard, instantes antes de pisar la Luna en el Apolo 14.

       Tengo al lado un ejemplar de mi primer libro publicado, se titula «Caminando en la Luna», salió de la imprenta apenas unas semanas atrás y ha estado esperando mi regreso a Lima para ser presentado en sociedad. No puedo evitar sentir cierto cariño por él, he podido ver su evolución desde sus primeros pasos, inició siendo tan solo una idea nebulosa, continuó como algunas líneas en una página para luego convertirse, tras mucho tiempo de trabajo e investigación, en un documento con más de un centenar de hojas en busca de una editorial… En suma, ¡todo el proceso ha sido muy enriquecedor!

       El tema que he querido compartir en esta obra es, en mi opinión, fascinante y aleccionador; es la historia del proyecto Apolo, por medio del cual una nación logró llevar al hombre a donde nunca antes había llegado, la Luna. Este inmenso logro movilizó a un ejército de 300,000 técnicos y científicos con la misión de construir equipos y naves para poder ganarle la carrera a los rusos; el esfuerzo concentrado de todos logró lo imposible, con una tecnología que, transcurridos cuarenta años, palidece ante los avances actuales.

       Sin embargo, no hay que olvidar que los protagonistas de esta hazaña, son humanos y falibles como cualquiera. Hubo astronautas quienes se marearon en el espacio, otro que tenía problemas de pérdida del equilibrio por superar, ingenieros que soñaron con que su creación ocasionaba la muerte de los tripulantes y misiones en las cuales nada parecía suceder según lo planeado (incluso cosmonautas fueron ahuyentados por lobos tras aterrizar en la URSS). Todo ello forma parte de la historia, detrás de la historia, que he podido escribir.

       Aquellos interesados en saber más de mi primer vástago, pueden visitar algunos de estos enlaces:

  • Página web del libro
  • Página Facebook del libro
       Para la próxima semana se ha programado la presentación del mismo, y de acuerdo a mi editor, una campaña de promoción en medios locales, lo cual será para mí, toda una experiencia nueva que espero disfrutar, como también espero lo hagan mis futuros lectores.

Publicado en: Libros Etiquetado como: Apollo, Apolo, autores, escribir, Giuseppe Albatrino, Libros ESP, Luna, proyectos, publicaciones

¿Realmente caminaron en la Luna?

7 enero, 2009 by Giuseppe Albatrino

Frecuentemente las reacciones al saber que estoy escribiendo un libro sobre el proyecto Apollo llevan a la pregunta “¿realmente llegaron allá?”; dado que la última vez que alguien caminó en la Luna fue en 1972, es entendible también que a esta se sume otras del tipo “¿Por qué no lo han vuelto hacer? o “¿Cómo es posible que lo hayan hecho con la tecnología de aquella época?”. Son varias las clases de respuestas que se agolpan en la cabeza cuando el momento llega, así que creo útil ensayar algunas por este medio.

Algunas respuestas lógicas Hay muchos puntos que podrían citarse como evidencia de los viajes tripulados a la Luna:

  • Es un proyecto muy documentado. Hoy en día hasta el manual de operaciones del radar del modulo lunar se halla en la página de la NASA; así como miles de diagramas de ingeniería de todos los equipos y cada minuto de dialogo entre la Luna y Control de Misión. Décadas después de los hechos, existen decenas de libros escritos por los participantes directos (en su momento 400,000 personas) que incluyen hasta el señor que cerraba la escotilla de la nave (llamado Guenter Wendt)
  • Los soviéticos les seguían el rastro: las naves en el espacio eran monitoreadas no solo por los americanos sino por los rusos; incluso horas antes de la primera caminata, una nave de estos orbitaba la Luna. De haber ellos descubierto alguna falsedad en las misiones, hubieran sido los primeros en comunicarlo, en vez de aceptar la derrota en la carrera espacial.
  • Las rocas lunares se prestaron a laboratorios en todo el mundo: lo cual trajo consigo distintos descubrimientos sobre el origen de nuestro satélite. Muchas de las rocas extraídas de la superficie eran fotografiadas y documentadas para darle “contexto” a los geólogos que las estudian.
  • Costo 26,000 de dólares de la época y varias vidas: leer el proceso de ingeniería del Apollo no solo es fascinante, sino que puede verse lo que se es capaz cuando se gasta en un momento 0.5% del presupuesto nacional en una meta. ¿Por qué gastarían tanto en sets de televisión?; además varios astronautas perecieron o casi perecen en las misiones.

Algunas “contra respuestas” Existen un número de supuestas “evidencias” de que la llegada a la Luna fue un fraude, todas han sido respondidas en documentales fidedignos; de los recursos que encontramos en la Internet podemos señalar:

  • Youtube: en donde los carismáticos “Cazadores de mitos” le han dedicado todo un programa al tema. Palabra de búsqueda: “mythbusters apollo”
  • Badastronomy: aquí se analiza cada uno de los puntos que un lamentable programa del canal Fox propaló, poniendo el tema de moda en los Estados Unidos.

Es curioso notar que tanto el proyecto que permitió poner a Armstrong en nuestro satélite, como el del avión supersónico de pasajeros Concorde, desarrollaron maquinas que actualmente no se emplean pero que sin embargo lograron cosas que hoy en día no hacemos y que no dejan de asombrarnos.

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El Apollo 8, la navidad y la mujer más odiada de Estados Unidos

26 diciembre, 2008 by Giuseppe Albatrino

El 24 de diciembre de 1968, es decir, 40 años atrás, tres hombres a bordo de una pequeña capsula espacial llegaron a la Luna; por primera vez en la historia de la humanidad, se cruza el enorme océano espacial entre nuestro satélite y la Tierra en un viaje de poco más de tres días, que permitió a los astronautas Borman, Lowell y Anders ver con sus propios ojos no solo el lado oculto del mundo al que habían llegado sino que fueron regalados con el llamado “amanecer terrestre”, una vista que no había sido parte de los entrenamientos y que los cogió por sorpresa.

El sentimiento espiritual se hizo patente en el Apollo 8, el mirar desde la distancia y por la ventanilla de un vehiculo el lugar en donde se nació, en donde están todos los seres que se han querido, el lugar en donde viven todos los seres humanos y poder taparlo todo con tan solo el dedo pulgar, era abrumador. ¿Cómo expresar la emoción sentida?. Decidieron tomar un libro de la Biblia, los versículos en que se describen la Creación en el Génesis y leerlo (“En el principio, Dios creo el cielo y la tierra…) mientras cientos de millones de personas los oían y veían la Luna desde la nave en sus televisores. Al terminar, el comandante añade: “ […] Y desde la tripulación del Apollo 8, cerramos con buenas noches, Buena suerte, una Feliz Navidad y Dios los bendiga a todos, a todos ustedes en la buena Tierra”

Seis meses después, horas antes de caminar sobre la Luna, Buzz Aldrin comulga una hostia consagrada en privado pero no puede expresar sus sentimientos religiosos ante el microfono, ¿Por qué? Porque una mujer, la fundadora de la organización Americanos Ateos, había demandado a la NASA por la lectura de Borman y su tripulación. No solo esto, ella había sido la responsable años antes de lograr que se “prohibiera el rezo en las escuelas” por lo que la revista “Life” la nombra como la “Mujer más odiada en Estados Unidos”.

La demanda no prospero, se quedo en lo anecdótico y casi en el olvido; sin embargo, en estos días, muchos medios de comunicación han recordado la misión espacial lograda 40 años atrás, también se recuerda el gesto de una emocionada tripulación embargada por la vista de la Creación a la vez que celebran la navidad. La valentía de esta tripulación para expresar su sentir me parece ejemplar, no solo eso, el hecho de unir la Creación con el Nacimiento del Salvador no deja de conmoverme.

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Misiones Apollo :Más allá de la ficción (Parte 2 de 2)

13 noviembre, 2008 by Giuseppe Albatrino

En el Apollo 14, el mítico Alan Shepard volvió al espacio después de 10 años de espera y del dolor personal que significo ser inhabilitado para volar por un raro mal que le aquejo al oído. A sus 49 años, 10 más que el promedio de sus compañeros, se convirtió en el hombre de mayor edad en pisar el suelo selenita y el primero en “jugar” golf al lanzar una pelota con un palo adaptado para ello. Quien se había convertido en héroe nacional, al ser el primer norteamericano en dejar la Tierra inmortalizo así las palabras “por millas y millas” al describir el viajes de la pelota en la menor gravedad; ello en la segunda de dos actividades extravehiculares que contabilizaron 9 horas muchas de ella explorando una escarpada colina al borde de un cráter que le permitió traer las rocas más antiguas de las cuales hoy disponemos en nuestros laboratorios.
Si algún día Ud. maneja un automóvil en la Luna, pues quizá lleve alguna estampa del Apollo 15 a manera de patronos de los conductores, pues ellos llevaron el primer vehículo de cuatro ruedas (al que se llamó rover) que rodó en otro orbe. A partir de su entonces, la estancia se prolongo a tres días de permanencia ¡Tres días con sus noches viendo la Tierra sobre el horizonte lunar, como una hermosa joya azul que se puede ocultar tras el ancho de nuestro pulgar!
Estos hombres altamente entrenados, hábiles pilotos e ingenieros también sentían temores antes del vuelo, como nos cuenta Charles Duke quien antes de llegar a ser el décimo hombre en pisar la Luna soñó que en su misión, la Apollo 16, se encontraba con dos astronautas muertos cuyos rostros coincidían con los de él y su comandante, sus cuerpos llevaban miles de años. Y si bien esa posibilidad no se cumplió, es difícil olvidar el ver a Duke en un conocido vídeo saltando y cantando en la Luna ; lo que muchos no saben es que luego de ello se detiente cayendo sobre su mochila, que lógicamente no estaba diseñada para eso pero que le proveia de oxigeno y presión al traje, llegando a pensar que en tal momento moriría… Si usted viaja al lugar de su exploración quizá logre encontrar la foto de sus hijos por él dejada sobre la polvosa superficie lunar.
El sueño termino con el Apollo 17, apenas 3 años después de la primera caminata lunar, el presupuesto de la NASA no daba para más e incluso muchos no encontraban sentido en ir más de una vez. La cadena de producción en las gigantescas fabricas que construían tales equipos se detuvieron terminando con la esperanza de hombres hoy desconocidos que llegaron a entrenar para misiones como el Apollo 18 y siguientes para los que el transbordador espacial quedo como consuelo y oportunidad para poner en práctica su primeros aprendizaje.
Hoy en una época en que cada acto se mide económicamente, no existen planes para la exploración humana más allá de nuestro planeta, a pesar de contar con una tecnología treinta años superior, una misión lunar sigue siendo muy difícil, cara y arriesgada. Incluso muchos parecen olvidar que un día en el pasado allí estuvimos construyendo historias que rivalizan con la ciencia ficción, construyendo historias caminando en otro mundo.

Publicado en: Sci & Tech Etiquetado como: Apollo

Misiones Apollo :Más allá de la ficción (Parte 1 de 2)

10 noviembre, 2008 by Giuseppe Albatrino

La próxima vez que el cielo nocturno se lo permita, le propongo que intente el siguiente ejercicio: mire hacia la Luna. Mientras lo hace, piense en lo que es, un mundo por derecho propio, con una extensión “caminable” que, al no haber océanos ni mares, supera a la suma de todos los continentes de la Tierra incluida a la helada Antártida. Una superficie desértica, que lejos de ser liza, esta cubierta por cráteres, rocas, cordilleras, aisladas montañas, ranuras, peñascos e innumerables características.

Y si al ver la televisión le interesa aquella frase de la serie Star Trek de “…llegar a donde nadie ha llegado antes…” entonces recuerde que en la historia de nuestra humanidad tan solo doce seres humanos han caminado alla, dejando tras sus pasos huellas que, al no haber ningún tipo de erosión que pudiera borrarlas, permanecerán por millones de años incambiables dándole a cada uno de sus hacedores una sensación de eternidad física. Este logro tiene más de 30 años, y nos remonta a una época en la que los discos de música eran de vynilo, los televisores a color eran símbolo de alta tecnología, de gigantescas (en tamaños) computadoras y una muy nueva y casi recién nacida ciencia espacial. En ese entonces, y bajo la presión de una competencia por el prestigio internacional, la NASA intento acometer la difícil travesía de llegar y ver lo que nunca antes alguien había visto y de sobrevivir para contarlo.

Mucho se ha dicho del programa lunar tripulado Apollo: que se gastaron 26000 millones de dólares, dinero suficiente por ese entonces para haber irrigado todos los desiertos del mundo; que trabajaron más de 400000 hombres, cuando hoy un proyecto de ingeniería como el Eurotunel no incluye más de 30000; que cada componente tuvo que inventarse, convirtiendo en pioneros a sus investigadores en áreas como metalurgia, materiales, cohetes, combustibles u ordenadores como el que permitió el primer alunizaje[1] que sumaron una hazaña no repetida aun por nadie; se llevo al hombre fuera de las ataduras gravitaciones de su planeta madre a diferencia de nuestro celebre Transbordador Espacial que en tan solo 10 minutos llega a su destino orbital y al que le basta unos 40 minutos de maniobras para regresar al suelo. El programa lunar Apollo ubicó a los astronautas a 4 días de viaje de retorno y ante el intenso drama de depender de un único motor para salir de la atracción lunar para no convertir a su nave en una costosa tumba dentro del sistema solar.

Aunque es a la que más se celebra, la del Apollo 11 no fue la única tripulación en tocar la superficie selenita ni las imagines de Neil Armstrong las únicas que se obtuvieron de nuestra presencia en aquel espacio exterior, es más, el tiempo que él y su compañero Buzz Aldrin estuvieron dando el “gigante paso” fuera de la cápsula fue el menor de las misiones que le siguieron en jornadas que cada vez causaban, injustificadamente, menor admiración a una apática teleaudiencia. Apenas cuatro meses después del histórico primer alunizaje le toco el turno al Apollo 12 que posó al modulo lunar, luego de un viaje espacial de más 390000 Km a escasos ¡300 metros! de una sonda no tripulada que había llegado 2 años antes, convirtiendo a los astronautas en modernos “arqueólogos” espaciales que examinarían la erosión sufrida por piezas colocadas en aquel paisaje durante tantos tiempo atrás. Gracias a uno de ellos que en la actualidad es un artista profesional tenemos recreados mediante sus pinturas aquellos años de oro de la exploración.


[1] Este tenía menos memoria que la mayoría de calculadoras científicas en la actualidad a pesar de contar con la mejor tecnología en ese entonces.

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