En el Apollo 14, el mítico Alan Shepard volvió al espacio después de 10 años de espera y del dolor personal que significo ser inhabilitado para volar por un raro mal que le aquejo al oído. A sus 49 años, 10 más que el promedio de sus compañeros, se convirtió en el hombre de mayor edad en pisar el suelo selenita y el primero en “jugar” golf al lanzar una pelota con un palo adaptado para ello. Quien se había convertido en héroe nacional, al ser el primer norteamericano en dejar la Tierra inmortalizo así las palabras “por millas y millas” al describir el viajes de la pelota en la menor gravedad; ello en la segunda de dos actividades extravehiculares que contabilizaron 9 horas muchas de ella explorando una escarpada colina al borde de un cráter que le permitió traer las rocas más antiguas de las cuales hoy disponemos en nuestros laboratorios.
Si algún día Ud. maneja un automóvil en la Luna, pues quizá lleve alguna estampa del Apollo 15 a manera de patronos de los conductores, pues ellos llevaron el primer vehículo de cuatro ruedas (al que se llamó rover) que rodó en otro orbe. A partir de su entonces, la estancia se prolongo a tres días de permanencia ¡Tres días con sus noches viendo la Tierra sobre el horizonte lunar, como una hermosa joya azul que se puede ocultar tras el ancho de nuestro pulgar!
Estos hombres altamente entrenados, hábiles pilotos e ingenieros también sentían temores antes del vuelo, como nos cuenta Charles Duke quien antes de llegar a ser el décimo hombre en pisar la Luna soñó que en su misión, la Apollo 16, se encontraba con dos astronautas muertos cuyos rostros coincidían con los de él y su comandante, sus cuerpos llevaban miles de años. Y si bien esa posibilidad no se cumplió, es difícil olvidar el ver a Duke en un conocido vídeo saltando y cantando en la Luna ; lo que muchos no saben es que luego de ello se detiente cayendo sobre su mochila, que lógicamente no estaba diseñada para eso pero que le proveia de oxigeno y presión al traje, llegando a pensar que en tal momento moriría… Si usted viaja al lugar de su exploración quizá logre encontrar la foto de sus hijos por él dejada sobre la polvosa superficie lunar.
El sueño termino con el Apollo 17, apenas 3 años después de la primera caminata lunar, el presupuesto de la NASA no daba para más e incluso muchos no encontraban sentido en ir más de una vez. La cadena de producción en las gigantescas fabricas que construían tales equipos se detuvieron terminando con la esperanza de hombres hoy desconocidos que llegaron a entrenar para misiones como el Apollo 18 y siguientes para los que el transbordador espacial quedo como consuelo y oportunidad para poner en práctica su primeros aprendizaje.
Hoy en una época en que cada acto se mide económicamente, no existen planes para la exploración humana más allá de nuestro planeta, a pesar de contar con una tecnología treinta años superior, una misión lunar sigue siendo muy difícil, cara y arriesgada. Incluso muchos parecen olvidar que un día en el pasado allí estuvimos construyendo historias que rivalizan con la ciencia ficción, construyendo historias caminando en otro mundo.