El 24 de diciembre de 1968, es decir, 40 años atrás, tres hombres a bordo de una pequeña capsula espacial llegaron a la Luna; por primera vez en la historia de la humanidad, se cruza el enorme océano espacial entre nuestro satélite y la Tierra en un viaje de poco más de tres días, que permitió a los astronautas Borman, Lowell y Anders ver con sus propios ojos no solo el lado oculto del mundo al que habían llegado sino que fueron regalados con el llamado “amanecer terrestre”, una vista que no había sido parte de los entrenamientos y que los cogió por sorpresa.
El sentimiento espiritual se hizo patente en el Apollo 8, el mirar desde la distancia y por la ventanilla de un vehiculo el lugar en donde se nació, en donde están todos los seres que se han querido, el lugar en donde viven todos los seres humanos y poder taparlo todo con tan solo el dedo pulgar, era abrumador. ¿Cómo expresar la emoción sentida?. Decidieron tomar un libro de la Biblia, los versículos en que se describen la Creación en el Génesis y leerlo (“En el principio, Dios creo el cielo y la tierra…) mientras cientos de millones de personas los oían y veían la Luna desde la nave en sus televisores. Al terminar, el comandante añade: “ […] Y desde la tripulación del Apollo 8, cerramos con buenas noches, Buena suerte, una Feliz Navidad y Dios los bendiga a todos, a todos ustedes en la buena Tierra”
Seis meses después, horas antes de caminar sobre la Luna, Buzz Aldrin comulga una hostia consagrada en privado pero no puede expresar sus sentimientos religiosos ante el microfono, ¿Por qué? Porque una mujer, la fundadora de la organización Americanos Ateos, había demandado a la NASA por la lectura de Borman y su tripulación. No solo esto, ella había sido la responsable años antes de lograr que se “prohibiera el rezo en las escuelas” por lo que la revista “Life” la nombra como la “Mujer más odiada en Estados Unidos”.
La demanda no prospero, se quedo en lo anecdótico y casi en el olvido; sin embargo, en estos días, muchos medios de comunicación han recordado la misión espacial lograda 40 años atrás, también se recuerda el gesto de una emocionada tripulación embargada por la vista de la Creación a la vez que celebran la navidad. La valentía de esta tripulación para expresar su sentir me parece ejemplar, no solo eso, el hecho de unir la Creación con el Nacimiento del Salvador no deja de conmoverme.