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Giuseppe Albatrino

Escritor, Dramaturgo y Divulgador Científico

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Cine y Televisión

Héroe de Ficción: Rocky

29 enero, 2010 by Giuseppe Albatrino

It ain’t about how hard you hit; it’s about how hard you can get hit, and keep moving forward
Rocky Balboa

      Golpeado como peruano en el primer gobierno de García y siempre de pie retando al contrincante, Rocky es para muchos rockyun símbolo de perseverancia y coraje, un luchador por excelencia que a fuerza de voluntad y esfuerzo soporta la adversidad y si bien no siempre puede ganar la batalla, al menos permanece en ella hasta el campanazo final. Por ello, y más razones, es el cuarto héroe de ficción de esta ventana.
Sylvester Stallone da a luz a su creación en 1976, en la primera película de la saga, no solo interpretándolo sino escribiendo el guión del cual partiría todo: Rocky es un italo-americano habitante de los barrios bajos de Filadelfia, trabaja como un agradable cobrador de un corredor de apuestas y pelea en el club de box de la localidad. A pesar de esta tendencia a expresarse básicamente mediante puñetazos, sobresale en él un noble corazón y cierta inocencia, la cual termina por atraer a una tímida dependiente de una tienda de mascotas (quizá de allí nació la empatía), con la cual se casa.
La oportunidad de nuestro héroe, aparece cuando el campeón de los pesos pesados, Apollo Creed, anuncia que dado que su contrincante programado se lesionó la mano, dará chance a cualquier desconocido para que lo enfrente. Aquí se repite el cuento de la liebre y la tortuga pero en versión pugilística: mientras que el primero entrena a conciencia por la pelea de su vida, el segundo subestima por completo a su rival, y practica superficialmente. ¿Resultado? Casi es destronado, gana sólo por conteo de puntos tras los quince rounds y todos sentimos que el sangrante Rocky es el verdadero ganador.
Tras recibir el film nueve nominaciones al Oscar, incluidas la de mejor guión y mejor actor (¡qué tiempos aquellos en que a “Sly” lo compararon con un joven Marlon Brando!), era inevitable al menos una secuela…curiosamente se dieron cinco. Podrían resumirse rápidamente: Apollo está molesto por haber sido ridiculizado y exige una revancha, la cual consigue y pierde ante Balboa (Rocky 2) , luego aparece un boxeador malvado que no respeta ni a los viejitos y que es interpretado por Mr. T antes de irse a los Magníficos. Rocky gana con ayuda de Apollo Creed que lo entrena porque no tenía mejor cosa que hacer (Rocky 3). Al poco tiempo, éste da una pelea de exhibición contra el malvado de turno, un mastodonte soviético, que no se suma al juego y lo mata en el cuadrilátero; Rocky se siente alguito culpable por no haber parado la pelea a tiempo (¡siendo el entrenador!) y lo enfrentará en Rusia y delante de un personificador de Gorvachov, en lo que al final tendrá un discurso político (Rocky 4). La quinta entrega, terminó siendo tan mala que Stallone tuvo que hacer una última en el 2006 para reivindicarse y quitarnos a todos el mal sabor de los ojos.
Rocky Balboa es, en mi opinión, la segunda mejor de todas las producciones, cuenta con el espíritu de la primera y llega por momentos a conmover. Nos presenta a un retirado pugilista dueño de un restaurante de comida italiana, añorante viudo y con una tirante relación con su hijo quien lo culpa por tener que vivir bajo su sombra. En medio de esto, decide volver al ring de forma amateur y local, sin mayor pretensión que la de relajarse (los adultos mayores también tienen derechos); esto será aprovechado por los managers del joven campeón actual, quienes buscarán una gran pelea de exhibición para levantar la alicaída imagen de su muchacho. Esta combinación de eventos, concluyen de una forma digna para nuestro héroe de ficción, es más, el film ha recibido muy buenas críticas.
Rocky es hoy en día un icono cultural y su imagen es reconocida por todos: es difícil no sentir empatía con él, sus logros llegan después de mucho esfuerzo y sin importar la paliza recibida, siempre se pone de pie, listo para el siguiente asalto, nunca pensando en rendirse. ¿A quién no podría inspirar esto?

Publicado en: Cine y Televisión Etiquetado como: héroes de ficción

Mi versión de Día de la Independencia (ID4)

14 enero, 2010 by Giuseppe Albatrino

      Me encontraba navegando por Internet, cuando en pleno remar por las noticias del día decidí cambiar de rumbo para buscar herramientas para el taller de dramaturgia que llevaba. «¿Herramientas?», dirán algunos, y les pido un minuto para explicarme: Tengo la teoría de que para cada actividad que uno desee realizar con una computadora, existe un programa gratuito o de pago que sirve para facilitarnos la vida, ya se trate de recetas de cocina, generar bonitos calendarios en Excel para la oficina o darle formato “estándar” a la obrita que iba a empezar a escribir para la clase. Sin querer queriendo, acumule varios hallazgos colaterales: modelos de guiones, plantillas, documentales en DVD acerca de cómo escribir…y una interesante página en donde “rehacen” las películas que encontramos en la cartelera de cine, me refiero a The Editing Room.
      La propuesta me pareció amena y creativa, de una manera muy graciosa se nos presentaba una parodia en formato de “libreto” en la que las acciones de los personajes y sus diálogos modificados hacen mofa de la historia original e incluyen a la vez, críticas a lo disparatadas que pueden ser muchas de ellas, a lo ilógico de algunas secuencias….
      Dado que acababa de “bajar” Celtx (una especie de MS Word pero orientado a los guionistas), pensé en estrenarlo justamente haciendo mi propio libreto tipo “Editing room”, por ello tomé una película a la cual siempre le encontré varias incoherencias, supongo que como muchos, y le hice su propio libreto. Para los interesados, aquí pueden descargar “mi versión” de la película “Día de la Independencia”:
película_dia_de_la_independencia.pdf

Publicado en: Cine y Televisión Etiquetado como: ID4

Película comentada: Moon

11 enero, 2010 by Giuseppe Albatrino

      Se encuentra ya disponible en DVD la película británica de ciencia ficción Moon (2009), que según recuerdo no hizo su aparición en la cartelera local y que ha tenido poca mención en los Estados Unidos, pero no por ello deja de valer la pena verla (y comentarla).
      La ciencia ficción es para muchos, y me incluyo, un género que presenta marcadas diferencias de calidad entre los productos cinematográficos y los libros impresos; me explico, cada medio es distinto, y queda claro que son dos formas diferentes de expresión artística, sin embargo, pareciese que es más difícil encontrar una buena película en el rubro, que hacer lo mismo con los libros; esto se debe quizá porque al requerir de mayores presupuestos (por los efectos especiales), los estudios no pueden tomar riesgos mostrando los temas, tramas, personajes e implicaciones complejas que se requieren, y en su lugar, parecen optar únicamente por grandes explosiones y robots que se convierten en carros. Moon es una excepción.
      Con un presupuesto de apenas seis millones de dólares, algo reducido para lo que se estila, el debutante director Duncan Jones nos entrega una historia para la cual requiere sólo un actor, algunos extras y cero batallas: Sam Bell (Sam Shepard) es el empleado de una estación minera en la cara oculta de la Luna, tiene un contrato por tres años y por única compañía a un robot inteligente, y debe recoger las extracciones automáticas de Helio-3 que sobre la superficie se realizan y enviarlas a la Tierra por medio de una lanzadera espacial. Faltando apenas dos semanas para su retorno, el único medio de comunicación directa con el exterior empieza a fallar y un accidente parece indicar que no es el único habitante de la silenciosa estación que ha habitado todo este tiempo. Es más, todo parece indicar que su propia existencia tiene una hora de fin ya programada.
      La atmósfera que nos presenta Jones es de recelo, constante duda, soledad en medio de un mundo silencioso y hostil que plasma con un homenaje visual a la famosa obra 2001 de Stanley Kubrik. El compañero electrónico de Sam, llamado Gerty (voz de Kevin Spacey), bien podría ser un amigable HAL recargado, al cual se le ha añadido, literalmente, la expresividad que los “emoticons” otorgan y que dista del omnipresente visor rojo que Kubrik y Arthur C. Clarke crearon cuarenta años atrás para representar a la inteligencia artificial de su propia película.
      Se trata de un thriller sicológico como pocos en su género, una interesante propuesta que me alegra saber proyecta una continuación.

Calificación: 4 de 5.

Les dejo con el tráiler:


Publicado en: Cine y Televisión Etiquetado como: ciencia ficción, Luna, Moon (film)

Llamamiento para ver la maratón de Lost

5 enero, 2010 by Giuseppe Albatrino

Aunque para muchos fans de la serie pueda parecernos extraño, aún hay en el mundo un grupo de gente, pequeño pero un grupo al fin y al cabo, de personas que no han visto los 103 episodios de la mejor serie televisiva que jamás se ha creado; como todos supondrán, hablo de Lost, y no creo pecar de exagerado al decir que nos referimos a la mejor producción que se ha emitido en los medios, desde que los primeros hombres vivían en las cavernas y pintaban cuadros para hacer hora y evitar el trabajo doméstico.

No dudo que para algunos amigos, el que yo pueda afirmar que he pasado más de un centenar de horas siguiendo el show, invertido mi tiempo investigando en Internet, diga que he jugado el videojuego y polemizado en decenas de almuerzos cada minucia relacionada a la creación de JJ Abrahams pueda parecer tiempo desperdiciado, que bien lo pude emplear aprendiendo sánscrito o divirtiéndome en el club de filatelia; sin embargo, considero que valió plenamente el esfuerzo y antes de explicar el porqué, deseo hacerles un temerario llamamiento: si aún no han visto Lost, aprovechen el maratón que durante el mes de enero el canal AXN emitirá los fines de semana; serán de los mejores 4120 minutos de su vida.

¿Por qué? Más allá de justificarme mencionando los 51 premios que ha recibido y más de cien nominaciones (Ups, ya lo hice), lo que hace única esta producción, es el universo que crea, las historias que cuenta, los géneros que incluye, el complejo tejido de de tramas y subtramas que se entretejen en un titánico proyecto que tras sus cinco años ha sabido mantener el interés del espectador. La premisa parte de una isla muy especial, a la cual llegan un grupo de supervivientes de una catástrofe aérea, en la cual ocurren extraños hechos, cuyos detalles omito para no malograr la novedad a varios lectores. La narrativa cuenta con innumerables influencias, reconocidas por los mismos escritores, tales como “El señor de las moscas”, “Carrie” o “La isla de Gilligan” amalgamadas coherentemente. Encontramos misterios, secretos, ciencia ficción, fantasía y complejas relaciones entre los variados personajes.

Pronto iniciara la última temporada, que promete cerrar todas las cuestiones importantes que se han ido acumulando como promesas presidenciales; lo cual solo aumenta las ansias de que llegue Febrero. Para aquellos que dudan iniciar la empresa de ver toda la serie, o completar los capítulos que le faltan, les confieso cómo empezó mi adicción: me propuse ver únicamente el episodio piloto y mírenme ahora, escribiendo esta entrada en lugar de ir a pasear.

Finalmente, un tip importante, al participar en dicha maratón, tengan a la mano la página de Lostpedia, porque podrán encontrar mil referencias e información adicional que habitan este fascinante mundo.

Los interesados en saber un poco más de Lost, puede leer un artículo previo que escribí al respecto.

Publicado en: Cine y Televisión Etiquetado como: lost

Batman o el hombre araña, ¿cuál es el mejor?

30 noviembre, 2009 by Giuseppe Albatrino

      Hay preguntas trascendentes cuya respuesta evitamos o ahogamos en la garganta, ya sea por el miedo a polemizar o porque decidimos beber el vaso con agua que, para la ocasión, tenemos a la mano para dilatar el asunto. Pero esto no puede durar para siempre, como lo demuestra el hecho de que el viernes, poco antes de retirarme de la oficina, un compañero planteó el tema que yo pensaba había sumergido en el olvido definitivamente; él me dijo: “¿Cuándo escribes sobre cuál héroe es mejor?, ¿Batman o Spiderman?”

      A riesgo de generar una brecha que divida nuestro ambiente laboral en dos bandos claramente diferenciados, encontrados y hostiles, sé que ha llegado el momento de manifestarme con claridad y explicar mi posición de una vez por todas (de la manera menos sesgada posible): Spiderman es el mejor héroe, y debo añadir, ¿cómo es que alguien puede dudarlo?

      Primero, aclaremos un par de cosas para aquellos que pueden postear preguntándome ¿Por qué no Superman? O ¿Por qué no Aquaman? No los incluyo porque obviamente … ¡no existen!. El primero es un ser extraterrestre que viene del espacio con forma humana y tiene superpoderes gracias a que nuestro Sol es de color amarillo. Cualquiera sabe que, dado lo complicada que es la evolución (lean a Darwin si no me creen), las posibilidades de que existan alienígenas con el rostro de Clark Kent son muy, pero muy reducidas, más aún el hecho de que salte edificios por la tonalidad de nuestra estrella. En cuanto a Aquaman, distintas flotas de submarinos e infinidad de redes de los barcos pesqueros, han demostrado que tal individuo no existe (o que por error terminó como muchame).

      Segundo, es necesario decir que Bruce Wayne tiene sus méritos, como muchas buenas personas que conozco. Hijo de un plutócrata, ve como éste muere asesinado junto a su madre, al no entregar la billetera a un maleante que lo asaltaba. En lugar de enrejar las pistas y las calles de su barrio, como haría cualquiera en Lima, decide combatir el crimen con sus propias manos; para lo cual se entrena duramente y compra (con el dinero que heredó) costosísimos aparatos y artilugios para lucirse. ¿Le va bien?, ¡claro que sí!, pero, ¿Quién no combatiría el crimen día y noche, volando entre los edificios, si tuviera el tiempo libre y dinero disponible? Estoy seguro que muchos de los lectores lo harían.

      Finalmente, hablemos imparcialmente (como hasta ahora) del carismático, sencillo y generoso de Peter Parker. Es cierto que mientras en el museo tomaba fotos a Mary Jane Watson (de paso desnudándola mentalmente), una araña le picó y le otorgó poderes que ningún otro ser humano tiene, pero, acaso ¿por ello deja su empleo y lleva una vida de playboy platudo? Por el contrario, debe tomarse fotos a sí mismo (a falta de poder pagar un asistente) y enviarlas a la prensa para poder llegar a fin de mes. Acaso, ¿coquetea con las mujeres o las exhibe en fiestas?, claro que no, tartamudea para invitar a salir a su amada, como lo hacemos el común de los mortales. Lejos de vender sus poderosas telarañas al sector privado, sacando partido personal, prefiere quedarse en la clase trabajadora y luchar en su escaso tiempo libre contra el mal. Parker, a diferencia de Wayne, representa al hombre común que intenta surgir en la vida desde abajo, a la vez que telaraña en mano, esquiva las balas para ayudar al prójimo.

      Espero que estas mesuradas líneas, con las que he querido tratar lo mejor posible este espinoso y serio tema de los super héroes, no me enajenen la amistad de algunos…y por algunos, me refiero justamente al Caballero de la Noche.

Publicado en: Cine y Televisión Etiquetado como: Cine, comics, héroes, Marvel, super héroes

Héroes de Ficción: Doctor House

10 noviembre, 2009 by Giuseppe Albatrino

      Es misógino, cínico y desvergonzado, no le interesa el paciente de turno como persona, sino como un rompecabezas a ser resuelto, la enfermedad es tan solo un cubo mágico a armar (pero sin quitarle a éste los stickers) y sus métodos distan tanto de la ortodoxia como los amish de la electricidad. Sin embargo, es el doctor más visto de la tele, en donde al final de cada episodio, su víctima curada y los televidentes agradecemos la genialidad de aquella mente que habita en un cuerpo cojeante y adicto a los analgésicos.
      Como jefe del departamento de diagnósticos en el hospital de enseñanza Princeton-Plainsboro, a sus 50 años debe enfrentar los casos médicos más difíciles que sus colegas no pudieron tratar; para ello cuenta con un disímil equipo que le asiste, y soporta, al cual trata de una manera que pocos se atreverían por temor a encarar demandas futuras: puede llegar a ser sexista, hostil, racista contra alguno, verbalmente abusivo y, para mayores señas, la mayor parte del tiempo mantiene un comportamiento sarcástico. Esto último se ve magnificado si su interlocutor manifiesta alguna convicción en Dios, dado que como orgulloso ateo no pierde la oportunidad de reprochar aquella actitud deísta que encuentra tan irracional y contraproducente. Además, todo mérito en la curación debe ser solo suyo y de nadie más.

      House es un moderno Holmes, y como aquel mítico detective cuenta con un mejor amigo, llamado Wilson (¿o Watson?) con quien comparte su tiempo, respeto e intimidades en una amistad que se remonta a los tiempos en que nuestro héroe no necesitaba un bastón para caminar y su humor no se había agriado por los dolores constantes que le ocasiona una lesión en la pierna derecha. La relación con éste llega a rayar en la definición de “bromance”, pero ambos manifiestan también interés por relaciones que no perduran en el tiempo o terminan de manera trágica.

      Su éxito, y estabilidad laboral dirían algunos, radica en que pese a todo, cuenta con una capacidad inigualable de identificar la cura para los más improbables males que aquejan a sus pacientes, a los cuales evita conocer en persona al menos que sea estrictamente necesario. Es claro que posee una inteligencia excepcional, que se manifiesta en una basta cultura general y en su fluidez en al menos seis lenguas, que incluyen el japonés y mandarín; como hijo de militar americano, pasó su niñez en distantes países, que enriquecieron su intelecto.

      Gregory House es todo un fenómeno mediático, que ha hecho acreedor al actor que lo personifica, de numerosos premios y portadas en importantes revistas; nos encontramos ante un personaje que algunos dudarían en tener como médico de cabecera pero que sin embargo atrapa la atención del televidente, deseoso de ver su siguiente acción, su siguiente impulso o su siguiente broma infantil, cuyo destinatario puede ser literalmente cualquiera, desde una monja moribunda, pasando por la jefa de medicina, hasta pobres cadáveres cuyo único delito es encontrarse en un refrigerador en donde él alguna vez ocultó su comida. Este estilo tan peculiar de salvar vidas, sumadas a las características descritas, lo convierten en nuestro querido y tercer héroe de ficción.
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PS1: Gracias por todos los mensajes que el post anterior ha generado en el facebook del libro y por sus comunicaciones mediante la página web del mismo.
PS2: ¿Alguien tiene alguna sugerencia para un nuevo héroe de ficción?

Publicado en: Cine y Televisión Etiquetado como: héroes de ficción, series, TV

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