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Giuseppe Albatrino

Escritor, Dramaturgo y Divulgador Científico

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Teatro

Obra de teatro comentada: Sueños de un seductor

13 marzo, 2013 by Giuseppe Albatrino

– ¿De qué estaba hecho el halcón?
– Del material con el que se hacen los sueños.

Neurótico, soñador y looser, a los 29 años Allan ha sido abandonado por su mujer. El sufrimiento no se va mientras observa, una y otra vez, las películas de su héroe Humprey Bogart; hasta que una pareja de amigos va a su rescate, lanzándolo a una hilarante pero emotiva jornada. Y es que los esposos Linda y Dick optan por lo que harían todos en tal situación: buscar nuevas amigas para la pobre víctima de corazón partido, organizándole citas y salidas. El problema es que Allan dista mucho de ser un macho Alfa (o de cualquier letra griega, para tal caso).

Confieso que es la primera obra de Woody Allen a la que asisto, y creo que ha sido una buena introducción para mí. El texto, y la estupenda actuación de Manuel Gold hacen encantador a un personaje que de tantas neurosis podría ser motivo de rechazo. Sin embargo, muy por el contrario, a cada instante el espectador querrá saber que más va a hacer este, hará propias sus derrotas (como es de esperarse, habrá toda una letanía de rechazos) y celebrará sus pocas victorias.

No es mi objetivo develar más la trama, pero creo que dos puntos adicionales podrían interesar a algunos. Primero, que el título original (“Play It Again, Sam”) hace referencia a la supuesta frase dicha por Bogart en Casablanca y es que sucede que él mismo será un personaje más en la historia. Como fanático de Bogart, es algo que encuentro encantador. Segundo, como el titulo en español de la obra lo indica, Allan Felix es un soñador, con lo cual se cocinan mil situaciones que muestran lo que va imaginando en su atribulada cabeza, soñando despierto y dibujando cuadros disparatados.

Finalmente, creo que la obra no solo es una buena oportunidad para disfrutar de una historia amena y bien contada, sino que muchos encontraremos buenos pedazos de nosotros (y de nuestras vidas sentimentales) en las dinámicas que Allan experimenta en su búsqueda del olvido.

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Obra de teatro comentada: Circle mirror transformation

9 diciembre, 2011 by Giuseppe Albatrino

     La historia ocurre en una clase de teatro, en un taller de un Centro Comunitario, impartida por una profesora primeriza a sus cuatro alumnos de diversos orígenes y edades, sin más escenario que un espejo y un suelo despejado. Lo simpático de todo es que allí mismo, con estos simples elementos, los ejercicios a los que se ven sometidos los aprendices dan pie a revelaciones personales y algunas transformaciones.
     Como era de esperarse, la dramaturga Annie Baker ha incluido las mismas técnicas que se emplean en este tipo de cursos, por lo que aquellos que los han tomado los encontrarán familiares y los que no hemos tenido el gusto, pues podremos enterarnos un poco más de las exigencias que incluye el arte de encarnar personajes tomándose a sí mismo como instrumento. Pero no quiero llevarlos a suponer que del ficticio entrenamiento saldrá la próxima estrella de Broadway, la trama gira en torno a la dinámica del grupo y del auto descubrimiento que personas comunes hacen cuando son empujadas a conocerse un poco más. Solo por esto, pienso, estos cursos de teatro deberían ser materia obligada.
La profesora, Marty, dirige las actividades con la mano inexperta del docente otoñal ante una materia difícil, esto parece dar pie a situaciones que la desbordan pero sin las cuales no habría avances. Es curioso notar como la estupenda actuación de Patty de la Fuente hace que el espectador quiera, por momentos, dejar de ser testigo de las incomodidades emocionales a las que se ve expuesta tanto ella y su grupo, sin darse cuenta que justamente estamos ante diálogos pactados y no ante el embarazo de personas reales. Lo mismo sucede con Javier Valdés y el resto del elenco quienes son, justamente, buenísimos actores pero que por dos horas nos convencen de ser estudiantes pasajeros de una escuela con pocas aspiraciones.
     Los personajes del premiado trabajo de Baker se están jugando, en encuentros semanales frente al espejo de cada sesión, sus propias transformaciones que trascenderán la experiencia pedagógica. Estamos ante una puesta en escena que vale la pena apreciar, no solo por las buenas actuaciones sino también para conocer un poco más el cómo estas se forman.

Publicado en: Teatro

Obra de teatro comentada: La fiesta de cumpleaños

27 noviembre, 2011 by Giuseppe Albatrino

Hay dos silencios. Uno cuando no se dice ninguna palabra. El otro cuando se está empleando un torrente de palabras.  Harold Pinter

      Si al final de la obra, al igual que se ofrecen programas de mano, hubieran ofrecido un “solucionario”, tipo examen de universidad, sospecho que este hubiera sido un éxito de ventas; lo intuyo por la actitud perpleja con que todos atravesábamos la salida. En realidad, lejos de ser un problema de comunicación, este era el camino que el Nobel Harold Pinter, el dramaturgo, había elegido para el espectador.
      Considero cada experiencia al teatro como una conversación con su autor, quien me va exponiendo detalles, frases, silencios y ambigüedades; claro, la dirección y actuaciones son vitales, pero nunca puedo dejar de imaginarme al artista, sentado frente a una hoja en blanco (real o digital), en su trabajo solitario de crear mundos para el resto. El diálogo con el Pinter de “La fiesta” es difícil, justamente, porque descansa mucho en los silencios y ambigüedades.
      La historia ocurre en una pensión, aunque confieso que ya no estoy seguro de si en verdad lo era, en la obra dicen que lo era. Los dueños de casa son una pareja de ancianos, por un lado, una solícita e hiper atenta señora, y por el otro, un parco y ausente señor de la casa. Su particular morador, de incierto pasado, se preocupa hondamente ante el anuncio de la llegada de dos nuevos visitantes, con quienes sostendrá extraños diálogos y situaciones…y «celebrará» su fiesta de cumpleaños.
      El rompecabezas se nos va mostrando por partes, a medias o con las piezas ya ubicadas luego cambiadas de forma inmisericorde. El interés se sostiene por los pedacitos de información, en los personajes de biografía cambiante, o en los salteados momentos de humor pero, sobre todo, en esta puesta en escena de la cual puedo atestiguar y en las buenísimas actuaciones del elenco que dan vida a este teatro de lo absurdo.
      Conforme el tiempo fluye, las apuestas por saber qué es lo que está pasando van en aumento, pero la resolución quedará abierta. A la final, uno puede irse pensando que no ha visto nada concreto o que ha visto varias obras en una (por ejemplo, tengo varias teorías sobre quienes eran aquellos dos nuevos huéspedes). Opto por lo segundo.

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Obra de Teatro Comentada: Crónica de una muerte anunciada

31 octubre, 2011 by Giuseppe Albatrino

      La crónica de Gabo, escrita tres décadas atrás, ofrece al lector una deliciosa lectura pero también dificultades propias de una obra compleja, con sus más de 50 personajes, distintas voces que narran hechos contradictorios, con el tiempo que fluye de diversas formas, constituye un encantador reto. Señalo esto porque imagino que para el dramaturgo que la ha llevado a las tablas, también debe haberlo sido.
      La historia del desafortunado Santiago Nasar, familiar para todos aquellos que la conocimos en la escuela, por momentos sorprende,
preocupa o indigna pero, a pesar que todos conocemos su final, que viene dado desde el título, no pierde nuestra atención por lo bien narrada. El joven de 21 años, alegre y lejano a los líos, es buscado por los gemelos Vicario, tras ser señalado por la hermana de estos como el ladrón de su virginidad, desgraciando su posterior matrimonio.
      Lo que más perturba es que, si bien todos los habitantes del pueblo sabían lo que le esperaba a Santiago, nadie hizo lo suficiente como para evitarlo; estamos ante la versión colocha del síndrome de Genovese, llamado así por la neoyorquina asesinada en un prolongado ataque ante el cual ningún vecino hizo algo para ayudarla. Pero allí no termina el contacto con la realidad, aunque pueda parecer curioso, el autor se basó en hechos para crear los suyos propios, siendo que recientemente el “verdadero” Bayardo San Roman (el marido despechado que “devolvió” a la esposa deshonrada) publicó hace apenas unos años su versión de los trágicos sucesos.
      Ante tantos previos, era difícil no tener expectativas por saber cómo es que podía representarse el trabajo del Nobel sobre las tablas, y estoy seguro que todos salimos satisfechos con la obra que tras un momento solemne, empieza de manera rápida y caótica, quizá para introducir al espectador en lo que vendrá, una serie de eventos no lineales e interrumpidos entre sí.
Sin lugar a dudas, vale la pena verla. Una cosa más, para los padres que piensen llevar a sus hijos, tomar en cuenta que hay una escena de desnudo y por lo menos otra de erotismo.

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Obra de Teatro Comentada: Por accidente

15 septiembre, 2011 by Giuseppe Albatrino

      Los accidentes tienen la curiosa costumbre de juntar gente de distintas procedencias que, de otra forma, difícilmente se hubiera tratado. Series y películas parten de este recurso (¿alguien dijo Lost?), para enfrentar en un mismo espacio diversos personajes, enfrentados ante una nueva y acuciante realidad sobre la cual se desarrolla la historia. Sin lugar a dudas, “Por accidente” hace un magistral uso de este recurso.
      En plena madrugada, un costoso Audi choca contra una carcocha (¿o era al revés?) lo cual generará un curioso cruce de vidas del que aflorarán toda clase de reacciones por parte del elenco que conforman, como señalan sus autores, una obra “de hombres”. A los conductores, se les suma un grupo de pintorescos y disímiles testigos, así como un representante de la compañía de seguro, infaltable en toda colisión que incluya un vehículo de lujo; todos pintando un retazo de nuestra sociedad prejuiciosa y basada en las apariencias, que aquí es un tema importante.
      Mi curiosidad por ver cómo se sostenía la trama, que ocurre siempre en la misma esquina, fue recompensada con creces, y las constantes risas del público atestiguaban el interés de todos por saber qué más sucedía en aquella noche en que un “guachimán”, un taxista y un refinado homosexual (¿o amanerado?) se aventuran a la escena de los hechos, tomando y des-tomando partido frente al drama de los dos implicados que, por distintas razones, no pueden arreglar la situación. Esto genera un estado de permanente conflicto que no suelta al espectador hasta el final.
      La figura del juez y catalizador de la situación la provee Figueroa, el procurador que por veinte años es “¡el número uno!” de su profesión, interpretado por un excelente Miguel Iza, que transmite autoridad y magnetismo, así como cierta visión, por ratos, iluminada de la vida. Figueroa logra traer cierto orden mientras…Pero, ¡esperen!, no quiero arruinarles la visita al teatro.
Estamos ante una obra sumamente amena e interesante, que entretiene y da profundidad o color a aquella actividad tan frecuente en Lima: los choques.

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Obra de Teatro Comentada: Entonces Alicia cayó

24 julio, 2011 by Giuseppe Albatrino

      Alicia, la del país de las maravillas, tiene un encanto que no mengua con el tiempo. La pequeña y racional niña cae, siguiendo a un conejo con chaqueta, en un mundo de caracteres surrealistas y de experiencias inexplicables. Pero no se detiene, vuelve a caer, una y otra vez, de la mano de los distintos autores que se inspiran en ella para crear sus propias tramas.

      En “Entonces Alicia cayó”, dos parejas y una madre con su hija se hospedan en el hotel “Wonderworld”, un nombre que si al espectador no le presagia nada, podría guiarlo el enorme reloj de pared con todas las horas iguales, o las bordes de las paredes que en lo alto parecen desgarrarse en el espacio. Aquí sucederán tres historias independientes, pero que estupendamente se entrelazan, y que en buena parte giran en torno a la maternidad.

      En la primera pareja, ambos a finales de la treintena, la mujer desea tener un hijo, a diferencia del hombre que, temeroso del compromiso que esto significa, no desea plantar su semilla “ahora”. Esto juega en contra del reloj biológico de la primera, preocupada de jamás engendrar…La segunda pareja, formada por una exitosa artista y un académico poco reconocido, decidió no tener hijos y hoy se enfrenta a una costosa revelación mientras que la madre-escritora y la hija parece actuar como catalizadores de los dos primeros mundos opuestos.

      El espectador se encuentra ante una variada exploración del hecho de ser padres o, para tal caso, el de no serlo. Cada personaje tiene su parcela del discurso: ¿vale la pena traerlos a un mundo cruel y oscuro?, ¿vale el sacrificar la carrera profesional por ellos?, ¿son la única forma de trascendencia en la vida? Y esto aquí se logra con una narrativa vibrante, conmovedora, que hace que uno no pueda evitar hacerse las mismas preguntas que ve expresadas en la escena.

      Parte del encanto de la obra es el empleo del mismo espacio, para construir las interrelaciones entre todos, para traslapar a los actores en el mismo cuadro. A ello se suma un sentido de urgencia, que algunos de los protagonistas imponen para garantizar la trascendencia de lo que vemos. Sus universos van cambiando, como le ocurre a la siempre invocada Alicia de Lewis Carroll.

      Nos encontramos ante una estupenda obra , aleccionadora y amena que no debe perderse, como lo refuerza el hecho de que haya ganado la tercera edición del concurso de dramaturgia promovido por el Centro Cultural Peruano Británico.

Publicado en: Teatro

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