La historia ocurre en una clase de teatro, en un taller de un Centro Comunitario, impartida por una profesora primeriza a sus cuatro alumnos de diversos orígenes y edades, sin más escenario que un espejo y un suelo despejado. Lo simpático de todo es que allí mismo, con estos simples elementos, los ejercicios a los que se ven sometidos los aprendices dan pie a revelaciones personales y algunas transformaciones.
Como era de esperarse, la dramaturga Annie Baker ha incluido las mismas técnicas que se emplean en este tipo de cursos, por lo que aquellos que los han tomado los encontrarán familiares y los que no hemos tenido el gusto, pues podremos enterarnos un poco más de las exigencias que incluye el arte de encarnar personajes tomándose a sí mismo como instrumento. Pero no quiero llevarlos a suponer que del ficticio entrenamiento saldrá la próxima estrella de Broadway, la trama gira en torno a la dinámica del grupo y del auto descubrimiento que personas comunes hacen cuando son empujadas a conocerse un poco más. Solo por esto, pienso, estos cursos de teatro deberían ser materia obligada.
La profesora, Marty, dirige las actividades con la mano inexperta del docente otoñal ante una materia difícil, esto parece dar pie a situaciones que la desbordan pero sin las cuales no habría avances. Es curioso notar como la estupenda actuación de Patty de la Fuente hace que el espectador quiera, por momentos, dejar de ser testigo de las incomodidades emocionales a las que se ve expuesta tanto ella y su grupo, sin darse cuenta que justamente estamos ante diálogos pactados y no ante el embarazo de personas reales. Lo mismo sucede con Javier Valdés y el resto del elenco quienes son, justamente, buenísimos actores pero que por dos horas nos convencen de ser estudiantes pasajeros de una escuela con pocas aspiraciones.
Los personajes del premiado trabajo de Baker se están jugando, en encuentros semanales frente al espejo de cada sesión, sus propias transformaciones que trascenderán la experiencia pedagógica. Estamos ante una puesta en escena que vale la pena apreciar, no solo por las buenas actuaciones sino también para conocer un poco más el cómo estas se forman.