La crónica de Gabo, escrita tres décadas atrás, ofrece al lector una deliciosa lectura pero también dificultades propias de una obra compleja, con sus más de 50 personajes, distintas voces que narran hechos contradictorios, con el tiempo que fluye de diversas formas, constituye un encantador reto. Señalo esto porque imagino que para el dramaturgo que la ha llevado a las tablas, también debe haberlo sido.
La historia del desafortunado Santiago Nasar, familiar para todos aquellos que la conocimos en la escuela, por momentos sorprende,
preocupa o indigna pero, a pesar que todos conocemos su final, que viene dado desde el título, no pierde nuestra atención por lo bien narrada. El joven de 21 años, alegre y lejano a los líos, es buscado por los gemelos Vicario, tras ser señalado por la hermana de estos como el ladrón de su virginidad, desgraciando su posterior matrimonio.
Lo que más perturba es que, si bien todos los habitantes del pueblo sabían lo que le esperaba a Santiago, nadie hizo lo suficiente como para evitarlo; estamos ante la versión colocha del síndrome de Genovese, llamado así por la neoyorquina asesinada en un prolongado ataque ante el cual ningún vecino hizo algo para ayudarla. Pero allí no termina el contacto con la realidad, aunque pueda parecer curioso, el autor se basó en hechos para crear los suyos propios, siendo que recientemente el “verdadero” Bayardo San Roman (el marido despechado que “devolvió” a la esposa deshonrada) publicó hace apenas unos años su versión de los trágicos sucesos.
Ante tantos previos, era difícil no tener expectativas por saber cómo es que podía representarse el trabajo del Nobel sobre las tablas, y estoy seguro que todos salimos satisfechos con la obra que tras un momento solemne, empieza de manera rápida y caótica, quizá para introducir al espectador en lo que vendrá, una serie de eventos no lineales e interrumpidos entre sí.
Sin lugar a dudas, vale la pena verla. Una cosa más, para los padres que piensen llevar a sus hijos, tomar en cuenta que hay una escena de desnudo y por lo menos otra de erotismo.
Alvaro Flores dice
G, me gustó el artículo, no he leído el libro, pero voy a ir a ver la obra hoy, me han servido tus comentarios para tener alguna idea del argumento pero sin saber en realidad todo lo que sucede, que es lo que quería.
Eri dice
Hoy salió en las noticias que García Márquez le ganó una demanda a Miguel Reyes Palencia, en la ficción de Gabo su nombre es «Bayardo San Román». Reyes interpuso la demanda a fin de obtener regalías por la venta de la obra al haberse inspirado en su vida.
Pueden encontrar mayor información en: http://www.rpp.com.pe/2011-11-29-garcia-marquez-gana-demanda-a-hombre-que-inspiro-una-de-sus-novelas-noticia_427046.html