«El mundo, aquel mundo comprensible y racional, se escapaba sin sentir.»
William Golding, El Señor de las Moscas
Como una caótica danza poseída de frenesí pero con breves y pautados remansos; así se nos presenta esta magnífica adaptación teatral de la novela de William Golding que se encuentra este mes en las tablas limeñas y que paso a comentarles.
El Señor de las Moscas (1954) es la primera obra publicada por su autor, que llegaría a ganar el Nóbel de Literatura, trata de un grupo de niños ingleses, la mayoría en sus trece años, que tras sufrir una catástrofe aérea llega a una isla al parecer deshabitada; algunos de ellos se conocían previamente, otros no, pero todos deberán enfrentar una realidad radicalmente nueva: se encuentran fuera de cualquier control adulto. Con la nueva “libertad” presentada en un entorno natural, casi paradisíaco, deberán organizarse y establecer sus propias metas. El liderazgo inicial lo establecerá un chico llamado Ralph, quien será constantemente confrontado por Jack y sus propios seguidores; conforme el tiempo transcurre, ambos guiarán sus propias facciones de manera muy distinta.
El texto emplea muchas alegorías, Ralph representa a la civilización y al orden, mientras que Jack lo peor de la condición humana. Éste y sus acólitos irán degenerándose rumbo a la barbarie, amenazando la vida de los demás sobrevivientes; mientras que el primero aboga por la lógica e incluso una elección democrática del mando, que es simbolizado por una concha marina, que hallan al inicio de la historia y que se empleará para convocar a sesiones o para ceder la palabra en éstas, el segundo forma un grupo de cazadores salvajes sin mayor interés que el seguimiento de sus propios impulsos
La puesta en escena adapta muy de cerca la trama de Golding, durante la hora y media de la entrega, veremos cómo los personajes evolucionan, cada uno hacia su propia vertiente, lo cual se ve también expresado por el deterioro voluntario e involuntario de sus ropas, algunas de las cuales empezaron siendo finos uniformes de escuelas londinenses. Tras un inicio que congrega a todos, el director Paco Solís nos presenta una alternancia de mundos, que irán colisionando hasta el enfrentamiento final entre los numerosos caracteres.
La musicalización fue sumamente oportuna, marcando los contrastes entre las apariciones de Ralph y las de Jack. La escenografía, sumamente efectiva, con una construcción especial de fierros que servía de avatar de árboles, una montaña o un refugio según se montase; sobre ella se desarrollaron ágiles movimientos y la impresionante caída de uno de los principales personajes.
Si bien la duración del evento pudo parecer un tanto extendida, el ritmo fue ágil y las transiciones entre escenas muy bien logradas, el elenco de jóvenes actores se mantuvo en todo momento en sus roles y se desenvolvió de acuerdo a ellos, entregando fuerza y rudeza en los momentos en que la acción así lo requería; así mismo, los desplazamientos fueron fluidos e impecables. (Curiosamente, a mi lado se sentó una señorita especialista en casting, según me dijo, que tomaba nota de cada uno de ellos).
No dudo que el espectador que acuda a verlos, se llevará un muy buen recuerdo.
Para los interesados, les alcanzo los datos del evento:
Funciones: Jueves a Domingo a las 8pm
Lugar: Teatro Julieta, Pasaje Porta 132 – Miraflores (a una cuadra del parque Kennedy)
Precio: S/. 25 general y S/. 15 estudiantes
La dirección en facebook de la obra de teatro es ésta.
Si deseas descargar el libro (antes de comprarlo), puedes hacerlo aquí
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PS: Lamentablemente, la función empezó con varios minutos de retraso, la hora de la primera llamada fue muy posterior a las 8pm. Los que elijan sentarse en la primera fila, tomar nota que mucha acción física se desarrolla muy cerca de estos lugares.