Como espectador, me llama la atención la experiencia que proporciona, la emoción que transmite, el hecho de que sea una expresión tan humana; Aristóteles señala, en su obra “Poética”, que hay seis elementos que constituyen el teatro: la trama, los personajes, la idea, el lenguaje, la música y el espectáculo, es claro notar que con todo ello… ¡Las posibilidades son ilimitadas! Además, ¿quién no aprecia una historia bien contada?
Confieso que como lego en la materia, pero también como persona más o menos curiosa, recién estoy conociendo lo que existe detrás de cada puesta en escena, los estudios y horas que los artistas toman para crear un personaje, los años de dedicación que cada actor o dramaturgo aporta; como en el mundo del cine o de los libros, aquí también se puede seguir la trayectoria de estos ya que reflejan su evolución.
También me han explicado que existen “modelos”, como el actancial, para estudiar un personaje o que estos pueden tratarse mediante variables como Dirección, Fuerza y Velocidad (¡como las que tienen los “vectores” que estudie en los cursos de física!, pero asumo que aquí es algo distinto…).
Sea esta entrada una oportunidad para invitarles a disfrutar de este tipo de eventos; los comentarios que hago de algunas obras llevan esta intención. Como en mí caso, ¡nunca es tarde para probar!, es una experiencia realmente enriquecedora.
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PS: Durante la semana que viene espero poder contarles de la casi censurada “Respira” (de Eduardo Adrianzén) y “Crónicas Innominadas (travesías de Hidalgos y Chatarreros)”.