La automatización de las cápsulas espaciales de SpaceX hará posible que el viaje a la Luna esté al alcance de turistas acaudalados.
SpaceX ha anunciado que llevará a dos ciudadanos privados alrededor de la Luna, para mediados del próximo año. De tratarse de otra empresa, la resonancia de la noticia hubiera sido menor, pero esta ya construye sus propios cohetes, se encuentra desarrollando una cápsula tripulada para uso de la NASA y su fundador, Elon Musk, es reconocido por sus grandes apuestas tecnológicas.
La meta no es poca cosa: hablamos de recorrer un camino no transitado por la humanidad desde hace 45 años, cuando la última misión del proyecto Apollo llevó al hombre a la Luna. Si usando escalas reducimos el tamaño de la Tierra al de una manzana, veremos que la Luna se encontraría a casi cuatro metros de distancia y todas las misiones tripuladas que siguieron al Apollo (americanas, rusas o chinas) no se habrían alejado ni un milímetro de nuestro mundo.
La primera misión en llevar al hombre alrededor de la Luna, el Apollo 8 (1968), se basó en la experiencia de diecinueve vuelos tripulados que le antecedieron, otros tantos no tripulados y en la tragedia del Apollo 1 en donde se perdió la vida de tres astronautas. Sin duda, este conocimiento acumulado ha llegado a las nuevas generaciones de ingenieros que hoy trabajan en SpaceX, pero estos tendrán que aplicar lo aprendido en poco menos de año y medio, que es el plazo que les han dado. No olvidemos que la empresa de Musk, hasta el momento, no ha realizado un solo vuelo tripulado.
Las comparaciones con el proyecto Apollo no terminan con el desarrollo de las máquinas y equipos. En referencia a los dos ciudadanos que ya han desembolsado un importante monto de dinero para subir a bordo, SpaceX señala que “[…] Como los astronautas del Apollo antes que ellos, estos individuos viajaran al espacio llevando las esperanzas y sueños de toda la humanidad, movidos por el espíritu universal de la exploración.” Al respecto, podríamos preguntarnos si realmente estamos ante exploradores o simples turistas.
Los tripulantes de las cápsulas Apollo eran astronautas. De formación pilotos, la mayoría eran ingenieros y varios de ellos habían volado en aviones experimentales. No solo estaban familiarizados con cada aspecto de la nave, en cuya construcción participaron, sino que eran capaces de conducirla y navegar con ella en el espacio mediante una versión moderna de un sextante. Preparados por años para llevar al cabo una misión, no eran simples pasajeros, sino que con la ayuda de los técnicos en Tierra, gobernaban la nave.
El planteamiento de SpaceX da una nueva cualidad a aquella jornada antes exclusiva de los astronautas. Al respecto, Jim Lowell, astronauta de diversas misiones entre las cuales se encuentra Apollo 13 (que tuvo una emergencia que casi le cuesta la vida) y la antes mencionada Apollo 8, opina que “[…]No son pioneros. […] Es tan solo un paseo que va alrededor de la Luna”.
Quedan pocos meses para ver si Musk y su equipo logran lo prometido. Mientras tanto, exploradores o turistas, no hay duda que muchos de nosotros, si pudiéramos, compraríamos los boletos para el viaje que proponen.