Sobre el centro histórico
El centro histórico lo he podido explorar de lado a lado, ya sea a pie o por metro y no me he cansado del ambiente cultural que se respira, en donde se entretejen diversas capas de un tejido riquísimo: construcciones del imperio romano comparten el paisaje con Iglesias medievales, con plazas (piazzas), fuentes, esculturas, puentes antiquísimos, museos, teatros, palacios…gran parte de todo ello unido por calles empedradas que se elevan y bajan por doquier. Es una lastima que las colillas de cigarros abunden en muchísimos lugares, sobretodo por todas las cuadras alrededor de la terminal del tren (Termini) o la estación cercana al Vaticano.
Es también una ciudad repleta de carros, la mayor parte de ellos muy pequeños e incluso los hay para solo dos pasajeros (como el modelo Smart), la gran mayoría son muy sobrios en sus colores. Pareciese que no existe un solo centímetro de vereda sin que a su lado no encaje algún vehiculo cuadrado, estos pasan la noche en la calle juntos a las motos que abundan y que atan a algún poste. Como no dejaba de sorprenderme como podían cuadrar los carros en espacios en donde yo no podría meter ni a un Tico con una grúa, me detuve para ver a dos conductores cuadrar su vehiculo, uno de ellos lo hizo con maestría envidiable (y con una mano, como para terminar de lucirse), mientras que el otro chocó con una Scooter pero ni pestañeo antes de corregirse. Desde entonces decidí fijarme un poco más en los vehículos, y puedo dar fe de que en un respetable porcentaje de estos… ¡hay algún choque ligero en algún lado!
El Metro de Roma tiene el mismo precio que el de Madrid, pero en lugar de las más de cinco líneas que conté en éste último, sólo tiene dos con las cuales se puede llegar a casi cualquier punto: la línea A y la línea B. Es curioso notar que las diferencias entra ambas no son sólo de rutas, ya que los vagones de la segunda están pintarrajeados con grafiítas y lleva a zonas menos seguras (al menos eso me parece), es menos iluminada y presenta a algunos vendedores ambulantes, mientras que en la primera no vemos ninguna de estas características.
Sobre la gente
Son básicamente amables, les gusta ayudar pero en su mayoría no hablan inglés axial que mi italiano rudimentario me fue de gran ayuda (italenglish). También hay que tener cuidado, porque a veces parecen preferir dar un mal dato a admitir que no saben algo (no dicen “io non so”, yo no sé). Por ejemplo, en el Aeropuerto Fiumicino, tuve la oportunidad de ayudar a una chica que venia de Corea, quien no sabía como llegar al Termini, la pobre llevaba un buen tiempo pidiendo información, según me dijo, y nadie había podido asistirla; incluso la habían enviado a la zona de Shuttles en donde ninguno salía de los alrededores. Con la expresión de alivio que luego le vi, me imagino que se creía candidata a firmar la versión femenina de Tom Hanks en la película» La Terminal»
A mi también me ha sucedido un par de veces que sus indicaciones no son correctas, pero en otras, me han acompañando un par de cuadras mientras conversábamos, para señalarme la vía correcta.
Aquí la gente es alta, mi metro setenta me hace ver como el más bajo de los hombres en el 90% de las veces, mientras que las italianas usualmente promedian mi estatura. La gran mayoría de estas son simpáticas y de facciones finas. Así mismo, cerca de la estación del Termini existe una gran inmigración oriental.
Sobre la Comida
En el centro podemos encontrar tres tipos de de comida local y otras de comida importada.
Los que ofrecen pastas. Los económicos usualmente lo hacen a 9 euros el menú, consistente en ensalada, el plato principal (pizza de varios tipos, lasagna, o pasta carbonara) y gaseosa.
Gelaterias. De solo escribir la palabra, se me hace agua a la boca. Los helados aquí son riquísimos, de todas las frutas imaginables (más que en el 4d de Lima) y se encuentran por toda la ciudad, aquí se comen todo el año. Por 2.5 euros se puede disfrutar un piccolo (pequeño) que para los estándares limeños es una tremenda masa de helado de dos sabores en que se siente la fragola (fresa) en todo su esplendor.
Caffe. Figuran en la agenda. Sería criminal irse de Italia sin probar un espresso o capuccino con un sandwich, pero mientras no lo haga, no puedo opinar.
Pondría en los importados, a las cadenas de comida rapida (¡gracias menú macdonald por salvar el día con tus buenos precios!), a los restaurantes chinos y de comida exótica (hindú, kebab) que no son representativos del lugar (uno no viene hasta aquí, para comer un chifa, ¿verdad?)
Precios
En el hostel, hoy conversaba con unos simpáticos españoles y justo hablábamos de los precios, coincidimos en que Roma es una ciudad cara. He seguido a muchos turistas europeos cargando sus botellas de agua de las fuentes romanas para beberlas luego. Consejos sobre cómo ahorrar, puedo compartirlos de manera personal a quien guste solicitarlo.
Lugares para visitar
Son innumerables, y me gustaría poder dedicarle alguna entrada a algunos de ellos en un momento posterior (como a los museos vaticanos y a la capilla Sixtina); tenemos por ejemplo: la Fuente de Trevi, Piazza Spagna, Basílica de San Pedro, Fori Romano, Coliseo, Pantheon, monumento a Vittorio Emanuele II y un largo etcétera que se traduce en más de 400 fotografías hasta el día de hoy. Les dejo con algunas de estas.
Las siguientes fotografías las tomé en la noche, caminando desde el monumento a Vittorio Emanuele II hasta el Coliseo romano, andando por la via dei fori imperiali que los une.
El monumento a Vittorio Emanuele II (Padre de la patria Italiana, muchos lugares llevan su nombre)
Parte de los foros romanos
El coliseo romano (noche)
El arco de constantino. Del siglo III después de Cristo, es un arco de triunfo.
Miguel Angel dice
Se ve que estás disfrutando el viaje, pero cuidado con los helados porque recuerdo que dijiste que pensabas regresar más flaco de tu viaje 😛
Anonymous dice
fenomenal primo, de todas maneras te tomamos la palabra para saber como recursiarse, jejeje por esos lares para cuando estemos por alla.
Un fuerte abrazo y siga disfrutando.
Lucho y Giovanna