Es maravilloso leer todo el tiempo, sin aburrirse jamás. No veas en la lectura un trabajo, sino un vicio. La cuenta de tus libros debe ser tu mayor extravagancia”.
C.S. Lewis
La próxima semana viajaré a Cuzco, con lo cual espero corregir la enorme falta de no conocer el mayor atractivo turístico de nuestro país y de paso poder seguir recomendándolo a mis amigos extranjeros, pero con un mayor conocimiento del que viene de las fotos. Las maletas se hacen más o menos rápido, pero algo que me preocupa en todo viaje es: ¿Qué libros llevaré?, ¿Cuántos?
Me explico. Es raro que salga de casa sin un libro y prácticamente imposible si tengo programado tomar un taxi o micro. Esos tiempos muertos son buenísimos para leer, el primer año que ingresé a mi actual trabajo, y que no tenía aún carro, me leí diecinueve libros en la combi (llevo la cuenta desde el colegio) y hoy cargo en la mochila esas linternitas especiales que se anclan a las obras y que te ayudan cuando hay mala iluminación. Ciertamente el número empequeñeció con el advenimiento de las ruedas propias (más el chasis).
No es que piense pasármela leyendo sobre Macchu Picchu, en vez de mirar lo que tenga delante, pero en todo viaje siempre hay tiempos en que la necesidad de un buen texto aparece, ¿verdad?, ya sea antes de dormir, en el aeropuerto o en los taxis. Para esos ratos, es que debemos elegir. Pero a pesar de lo reiterativo de la práctica, aún no tengo un proceso definido para hacerlo (se me antojan muchas lecturas a la vez).
Por experiencia, sé que no debo llevar nada de Stephen Hawking, “El universo en una cáscara de nuez” se convirtió en un peso muerto en Paris, y terminé por donarlo al hostess colocándolo en la mesita de los folletos y mapas. Cursos de certificaciones de sistemas no han corrido mejor suerte, sin importar cuantas veces lo he intentado, los ceros y unos no me provocan lo suficiente fuera de Lima. Me va mejor con historias de prosa ligera, esas que pululan en las librerías de los aeropuertos, pero aún no pierdo la esperanza de que esta vez pueda ser distinto. ¿Alguien tiene algún consejo?
No hace mucho, caí en cuenta que el problema se ponía peor si es que fuera un naufrago quien debiera seleccionar solo un libro para su obligada estadía (además de la pelota Wilson, claro), ¿qué elegiría?, ¿la Biblia?, ¿un manual de supervivencia?, ¿una novela basada en Lost? Pero mejor dejo ese escenario para otro momento, ya tengo bastante por ahora.
Caarmen Aza dice
Es maravilloso leer te da muchos conocimientos y me parece que siempre tenemos que tener un diccionario al lado por si no conocemos algunos significados y vamos enriqueciendo nuestro vocabulario. Bueno leer mientras esperas el vuelo y en el avión si no tienes buena compañía me parece bien, pero si vas por carretera hay paisajes hermosos para admirar. Llevate libros de aventuras pero no pretendas ser el protagonista y llevarlas a cabo.
Giuseppe Albatrino dice
Hola Carmen, gracias por comentar. Lo del diccionario es importante, yo anoto las palabras que desconozco en el separador de páginas, aunque a veces olvido buscarlas luego..
erlinda dice
si leia en el micro, pero cuando tenia la suerte de estar sentada, oye pero tanto asi que te compraste tu linternita, ya te imagino con tu linterna jaja.
también califico pruebas en el micro!
Giuseppe Albatrino dice
Hola Erolinda, ah sip, son linternitas especiales para libros, aqui no hay un metro iluminado como en la linda Holanda 🙂
Karin dice
Me parece genial la costumbre de leer y aprovechar los tiempos muertos para ello, en lo particular prefiero las historias, como que no me llaman lecturas sobre números o software….pero si vas a viajar ten cuidado que no se te vayan a pasar buenos paisajes que fotografiar…en especial en Cuzco, puedes llevar tu equipo de fotografía y hacer buenas tomas 😉
Disfruta el viaje…Saludos!!! 😀
Giuseppe Albatrino dice
Hola Karin, ¡ya veran mis fotos! 🙂 Hace tiempo me compré un libro de Cuzco, creo que llevaré ese.. Debería haber uno de aventuras de Indiana Jones en Macchu Pichu, pero con lo preciso que es, de seguro pondrían que pertenecia al imperio chino.
Eri dice
Sí, definitivamente sí!… los viajes son una gran oportunidad para leer, ya sea en el avión, en las esperas en el aeropuerto, en un tren, ómnibus o antes de dormir. A veces se complica poder avanzar rápido con una lectura por la semana justamente porque el día a día gana pero los viajes, aparte de ser apasionantes y dar espacio para conocer lugares y culturas diferentes, también dan la oportunidad de hacer otro tipo de viajes, de aquellos que sólo se concretan con una buena historia en un libro.
Estoy próxima a un viaje y estaré llevando libros también y aunque la compañía siempre es buena para una conversación, qué mejor que poder comentar lo leído con aquellos que nos rodean 🙂