Sin embargo, para acercarse a la gente del lugar, decidió aprender la lengua de la región, guyarati (la que hablaba Gandhi), ya que según él, “dominar la lengua es asimilar la cultura”, en este idioma ganaría importantes premios literarios; incluso el gobierno de Guyarat le otorgó cinco galardones seguidos (¡por él tuvieron que emitir una ley por la cual ningún autor podía, justamente, obtener más de cinco de estos premios seguidos!). En el campo de las matemáticas había fundado la primera revista especializada en esa lengua, representando a la India en congresos internacionales y escrito libros por los cuales una generación de estudiantes le conoce. Aún así, buscaba una mayor cercanía con el pueblo indio, por lo que un día tomó algunas cosas, y se dedicó a vivir de la hospitalidad de la gente pobre de su ciudad; por diez años residió en los barrios marginales, viviendo de lo que el anfitrión de turno pudiese darle.
Su basta experiencia de vida se hace patente en sus más de sesenta libros publicados, buena parte de ellos disponibles en nuestro idioma. De la decena que debo tener en mi biblioteca, especial aprecio le tengo a “Dejar a Dios ser Dios” en donde nos invita a dejar los conceptos limitados y encasilladores que de la divinidad tenemos, con capítulos como “No manipularás al Señor tu Dios”, “Si Jesús hubiera nacido en la India”, “Chistes y terrorismo”, “adorarás al Señor tu no-Dios”. Nos muestra el rico abanico de creencias que coexisten en el oriente, no como juez, sino como alguien que viviendo entre ellas ha aprendido concientemente de las mismas.
Otros dos de mis favoritos son “Al andar se hace camino” que versa sobre el arte de vivir el presente, en una sociedad en donde nos podemos pasar la vida entera solo pensando en el pasado o planeando el futuro y “Y la mariposa dijo”, que de carácter medio poético es, en palabras del autor, “un libro de vivencias ecológicas en los Andes y los Himalayas, en desiertos y mares, en lecciones Zen y en tradiciones aborígenes, siempre en medio de la naturaleza con los sentidos abiertos y el cuerpo en unidad con el alma“
A sus ochenta y tres años se encuentra aún en actividad, ahora escribiendo un libro sobre la eucaristía, que espero llegue pronto a nuestras librerías. Me pregunto si tendremos la suerte de verlo de nuevo en el Perú, de darse el caso, prometo, desde ya, aprovechar mejor la oportunidad.