Ésta es la segunda obra que leo de Douglas Preston, y confirmo aquella característica del autor también presente en la primera: acuciosidad al momento de investigar los temas que expone. La capacidad con la que emplea trasfondos científicos para obtener una trama interesante, en este caso, la del estudio de fósiles, no deja de sorprenderme; si bien no es una obra que intenta ser un libro de texto o de divulgación científica, uno queda con las ansias de conocer aún en mayor profundidad lo tratado.
Con respecto a los personajes, éstos son disímiles pero creíblemente entrelazados: tenemos a un solitario buscador de restos prehistóricos, a científicos en constante pugna por el reconocimiento y ascenso en sus carreras, un veterinario rural cuya vida incidentalmente se ve amenazada a raíz del descubrimiento del primero, a un ex convicto y a un ex agente de la CIA convertido en monje benedictino cuyo talento para descifrar códigos le será de mucha ayuda. Para redondear, no podía faltar la NSA (la mayor agencia de escucha e interceptación electrónica del mundo) con sus potentes oídos electrónicos que llamarán a la acción de una pequeña sociedad secreta.
La inclusión de referencias reales a los verdaderos buscadores de dinosaurios, la descripción detallada de técnicas de sobrevivencia en el desierto, el tratamiento que se le da a la geología y química geofísica, todo esto puesto de forma amena, dejan al lector con ansias de saber más. En suma, recomiendo su lectura para aquellos que no sólo desean pasar un buen rato leyendo un libro coherente y bien logrado, sino para aquellos con curiosidad por temas no cotidianos.