La femme Nikita (1997-2001) es para muchos de sus seguidores una serie de culto, ameritó ante su cancelación una avalancha de cartas virtuales y físicas, que incluso llegaron a ser donaciones en dinero, para pedir un final que cerrara los diversos cabos abiertos que la última temporada había dejado. La causa tuvo éxito y también sus creadores que muchos años después tratarían temas semejantes en la popular 24 en la que un adrenalítico Kiefer Southerland se encarga de salvar a su país cada semana.
Si bien es cierto la producción basa el personaje del titulo en la película de Luc Besson del año 1990, aquí se explora más allá de éste la organización antiterrorista a la que ella pertenece: Section One, la cual lleva misiones en todo el planeta para derrotar a los terroristas que pretenden desestabilizar a Occidente. Es el objetivo de las presentes líneas el tratar algunos puntos referentes al personal y al líder de la misma para preguntarnos la sostenibilidad de un modelo de organización semejante que en teoría siempre parece dar resultados positivos en cada episodio.
A pesar de las apariciencias, una organización como Section One debería tener serios problemas para perdurar en el tiempo. |
El personal de la Sección esta constituido por ex convictos a los que se le da la oportunidad de escoger entre enfrentar su condena (usualmente cadena perpetua o la pena de muerte) o trabajar para la organización de la cual no podrán salir jamás; esto, lejos de ser una favorable oferta vitalicia de empleo, significa que no podrán sociabilizar nunca con nadie del exterior, incluyendo amigos y familiares, ni tener ningún lazo afectivo al menos que la misión lo requiera. Así mismo, siempre existe la posibilidad de ser “cancelado”, un eufemismo usado en vez de asesinado en caso de no tener un buen desempeño o contravenir las reglas de la Organización o de ser enviado a una misión suicida. La serie nos muestra la sorprendente profesionalidad que estos alcanzan con una alta tasa de éxitos;
El entrenamiento exitoso de “criminales de a pie” para misiones tipo comando en tan corto tiempo, o incluso largo, parece algo difícil de alcanzar si tomamos en cuenta el proceso de selección que aplican todas las fuerzas especiales del mundo, el cual se realiza exclusivamente sobre hombres y mujeres en el servicio activo, incluso pertenecer a este primer grupo implica ya años de esfuerzo. La inversión necesaria para formar un profesional de elite en cualquier rubro implica costo y tiempo pero sobre todo vocación, por ellos las empresas solicitan voluntarios para que postulen e incluso los filtran por casas de estudio; quizá una recomendación al área de recursos humanos de Section One seria el privilegiar a prisioneros de cárceles militares (de esta forma Chuck Norris reclutó a su asistente en la película “Todos los hombres de Presidente
Otro problema que creo puede afectar a Section One a largo plazo es justamente la permanencia de su personal ante tan ferreas normas y un ambiente de trabajo tan claustrofobico. Hoy se sabe, muchos años depués de la caida del muro de Berlín, que hubieron muchas historias oscuras entre los mismos guardias que cuidaban que nadie transpasase las paredes que dividian
El líder de Section One, llamado Operations, él mismo reclutado contra su voluntad, no desestima ningún medio para lograr sus objetivos, los cuales pueden incluir extorsiones, sacrificios de su personal, manipulación, tortura; en suma, el fin le justifica los medios. Reina como un dios en sus dominios y puede determinar en segundos quien vive o no de su personal (me pregunto si habrá jefes que realmente desean ese poder). Para Operations, su equipo no esta formado por personas sino por piezas de ajedrez desechables, por lo que casi nunca reconoce los meritos de un trabajo bien hecho o alienta a obtener mejoras. Esto puede generar serios problemas de motivación y peligros de amotinamiento que de una manera u otra parecen no presentarse ante las cámaras. Sin embargo posee algunas virtudes destacables, como son la dedicación que le impone a su accionar, aunque podrían deberse a raíces mega maníacas, comparte las mismas comodidades de su gente y cuenta con una consejera a tiempo completo a quien parece escuchar.
La cultura organizacional que nos muestran no permite un libre intercambio de ideas, es sumamente vertical y nunca se ve el adoctrinamiento que pueda balancear estas carencias. A pesar que cuentan con tecnología de punta que les permite haber logrado el sueño de la oficina sin papel, una organización como tal no debe descuidar el bienestar de sus miembros, cosa que hemos visto como una constante, si desea larga vida. Dada la sobrevivencia de Section One por más de seis años televisivos presiento que, al menos ante cámaras, no nos ha mostrado todos sus secretos.