Si bien la serie va por su segunda temporada, se han programado al menos otras dos; esto debido a su éxito que se basa en un humor inteligente que muchas veces hace referencia a conceptos populares de la ciencia o a las manías y obsesiones de sus simpáticos personajes que tienen problemas cada vez que intentan encajar con gente distinta (léase normal); la singular inteligencia de Sheldon va acompañada de una incapacidad para entender las emociones de los demás lo cual le hace decir frases al pobre Leonard como la siguiente: «Tienes tanta chance de salir con Penny como el telescopio Hubble de hallar en el centro de cada agujero negro a un hombrecillo con una linterna buscando el interruptor de luz», la cual me parece una forma muy creativa de decirle a un amigo que no tiene esperanzas con la chica bonita, dado que…bueno, esos tipos de agujeros ¡ni siquiera son observables en el espectro visible!
La producción cuenta con un profesor de física y astronomía que verifica que los afirmaciones de los personajes sean correctas, así como también las ecuaciones y dibujos que ilustran las pizarras de estos, como aquella en que realizan un diagrama de red para decidir a que cine asistir, considerando las variables de distancia y restaurantes cercanos, o el diagrama de flujo del “Algoritmo de la amistad” que intenta colocar los pasos necesarios para obtener amigos. Estos cuidados detalles nos pueden hacer recordar a la galardona serie Numb3rs, con la diferencia de que aquí la historia es motivo de risas constantes.
En suma, es una original y graciosa serie en donde, cada martes a las ocho, el pequeño nerd (o grande, dirán algunos) que muchos llevamos dentro por deformación profesional, puede relajarse un poco.