No puedo evitarlo. Cuando me invitan a una casa, intento ver los libros que moran en ella. Busco los estantes. ¿Por qué? Porque te puede dar para temas de conversación, puedes encontrar coincidencias o, por lo menos, conocer los intereses de los dueños.
En la mayoría de los casos, no ocurre nada de esto. En la mayoría de los casos, no hay libros, o los únicos que hay fueron comprados como requisito para seguir algunos estudios.
Y no hablo de casas feas. Hablo de casas bonitas. En realidad, con el crecimiento económico del Perú, los cien mil carros nuevos que se compran cada año, con el boom inmobiliario y con nuestro complejo de superioridad, en Lima casi no hay casas feas… ¡Es más!, ya nos creemos una potencia económica. Lo penoso es que las casas por dentro, y las personas en ellas, no parecen cambiar. Me atrevería a decir que si el Perú se representase en una familia, esta tendría dos hermosas camionetas, comerían seguido en un buen restaurante (peruano que no ama la comida, no es peruano, ¿verdad?) pero lo pensaría dos veces antes de comprar un libro que no le significase un retorno de la inversión (ROI, como dirían los economistas) inmediato.
Permítame explicarlo. Si en vez de otear bibliotecas hogareñas buscamos cifras estatales, encontraremos que en las pruebas PISA 2009 nuestros estudiantes calificaron en Matemática, Ciencias y Comprensión de lectura en los lugares 70, 71 y 71…de 74 puestos posibles. Si miramos a lo que invertimos en investigación y desarrollo (I+D) como porcentaje de nuestro PBI, según datos de la Unesco del 2010, estamos en el puesto 64 de 72. Si hablamos del número de patentes colocadas cada año no llegamos a las cinco anuales y si, finalmente, hablamos de los libros, el peruano en promedio no alcanza a leer un libro al año mientras que el argentino va por los 4.6, el chileno 5,4 y el español pasa la decena.
Complicado y penoso el ver que como nación no somos más que la proyección de cada hogar. Sin embargo, al conocer de cerca iniciativas para incentivar la lectura en los colegios, grupos de divulgación científica orientados a jóvenes y algunas personalidades clamando por un mayor gasto en I+D, no pierdo la esperanza de que esa familia llamada Perú empiece a tener una biblioteca en casa, invierta en algún laboratorio y, quién sabe, se preocupe un poco menos por el restaurante de moda.
tienes razón G, es la verdad…, me incluyo en ese Perú q no lee, bueno, al menos no libros, en internet si leo varias cosas, como este artículo, noticias, me gusta aprender cosas nuevas y por eso, la verdad me gusta más ver documentales en youtube o en discovery o History, creo q no es lo mismo :-/
Coincido totalmente contigo Giuseppe, realmente es una pena y el problema tiene sus raices en el poco o inexistente fomento de la lectura de padres a hijos. Recuerdo que cuando niña mi padre nos leía cuentos,poesías, fábulas y el aprender a leer fue para mi maravilloso ingresando a ese mundo de imaginación a cualquier hora del día o de la noche;algunos años despues leía todos los libros que encontraba en la biblioteca y pasaba horas deleitandome con obras de Dumas, Verne, Asimov y otros. Hoy trato de hacer lo mismo con mi niño y he logrado que me pida leerle cuentos todos los días,sin embargo tambien debo negociar con él el tiempo y prestamo del ipad para jugar con los «Angry Birds».
Igualmente de acuerdo contigo Giuseppe, es algo que se cultiva desde pequeños y en las familias…imagina si tuvieramos el mismo gusto para leer como el que tenemos para comer, sería genial, creo que el país sería mejor!