Cortesía: Demostración o acto con que se manifiesta la atención, respeto o afecto que tiene alguien a otra persona. (RAE)
Aunque las campañas de Promperu se la pasen mostrando a turistas anonadados por las bondades del país, algunos que llegan a ser residentes pueden tener un testimonio distinto, por ejemplo, el sábado escuché uno interesante: la mayoría de limeños tienen una forma de ser sumamente chocante, les falta cortesía. Siempre lo he pensado, lo siento cada día, pero oírlo de otras gentes, pues reivindica la idea.
Al ingresar a una bodega, la gente no saluda a la persona que atiende, simplemente se para frente al dependiente y dice “dame una Pepsi”. Listo, transacción terminada. Lo mismo sucede en los grandes almacenes o dependencias públicas. Mi pobre padre jamás se ha podido acostumbrar ni rendido, ante estos empleados que no saben responder a un “buenos días”.
Ciertamente, las combis y micros se encuentran plagadas de lo mismo. Te imponen la música del conductor a todo volumen, se dirigen a uno con el menor respeto posible y manejan con una agresividad digna de persecución policial. Pero esto último, no es exclusividad de los “amigos” del transporte sino de los conductores en general, el bendito anonimato de las calles embrutece a instruidos o no instruidos: los carros no desaceleran al doblar una esquina, no dan paso a los peatones o emplean direccionales.
¿Cuánto esfuerzo cerebral significa jalar la palanquita de la direccional? Seguro muy poco, pero ocurre con tan poca frecuencia, sobre todo en los cambios de carriles, que cada vez que lo veo creo que el de adelante puede ser un turista; emplearla significa tener conciencia de los demás, para hacerles saber que me pondré delante suyo. Es un problema de actitud.
Años atrás, en las escaleras eléctricas del aeropuerto de Amsterdam, mi primo me enseñó que debía pegarme al lado derecho de las mismas, de ese modo, si alguien tiene prisa, puede pasar sin problemas por la izquierda. Lo mismo he visto en los diversos países desarrollados que he podido visitar, y no deja de maravillarme su mensaje: no vivo solo en esta ciudad, hay gente compartiéndola, y esto se traduce en los saludos, en los vehículos y en todos lados donde el anonimato de la gran urbe muestra realmente quiénes somos.
El mismo día de la clase, al regresar a casa, un taxi se cuadra en medio de la calle, de forma tal que no deja pasar a nadie. Bajan algunos de sus pasajeros y pacientemente, por casi medio minuto, esperó. Parece que van a buscar a alguien más en una casa vecina. Empiezo a hacer señales de luces mientras los carros se encolan detrás mío, y por respuesta, el taxista hace señales de que todos debemos pasar encima de él. Abro la ventanilla y enérgicamente le conmino a moverse, cosa que hace en el acto. Cortesía limeña, pensé. Me pregunto cuantos estamos conscientes de que la falta de esta no debería ser la norma.
Alvaro dice
La verdad que mas que ser descorteces, lo que hay es una falta de educación, es realmente chocante, te lo dice alguien que se moviliza en transporte publico, que me acostumbre ya?, pues no, mis audífonos me salvan de ese ruido infernal que es, cualquiera que sea la canción que este sonando en sus auto radios, cuando los olvido pues no dudo en exclamar un, puede bajar el volumen por favor?, pero no solo el chofer, ahora hay pasajeros que suben con sus radios portátiles a todo volumen, no entiendo eso, no pueden comprarse unos audífonos?, es falta de educación y en general, porque los choferes de los grandes autos, lease camionetas lujosas, son unas bestias manejando también, aceleran cuando el semáforo va a cambiar a rojo, tocan el claxon como desquiciados, no usan sus luces direccionales, entre otras joyitas, falta de educación general y respeto en el país, eso es lo que hay, lamentable…
Para terminar, el otro día un hombre de edad madura, dígase 40 – 45 sentado a mi izquierda boto una botella de agua vacía por la ventana a lo que le dije: senor, como bota la botella por la ventana, no la puede guardar y botarla luego?, su gesto agresivo y desinteresado me hizo responderle, es una pena pero es la falta de educación, no se puede pedir mucho…
-Que cosa has dicho?, ya anda no mas con tu cara de drogadicto
-Yo tendré cara de drogadicto según ud. pero al menos tengo educación.
carmen aza dice
los padres no les enseñan a sus hijos a ser corteses ellos son los primeros en decirles no seas tonta empuja nomas para entrar a cuelquier espectaculo etc.falta mucha educación, cuantas veces he visto de autos lujosos arrojar basura por sus ventanas, imáginate hasta cáscaras de plátano. yo acabo de venir de EE.UU. y me llamé la atención su orden, todos esperan en su carril para tomar el trencito y suben sin empujarse por las puertas que les correponden. el tránsito es una maravilla, todo bien señalizado. la educación comienza por casa. ojala que se vaya inculcando a los niños los buenos modales.
Susana dice
Cierto, muy cierto, realmente es una pena que la cortesía en estos días sea considerada sólo por una minoría y que a una persona cortés (aun siendo joven) la miren como un ser del siglo pasado, como dirían muchos: cortesía la de nuestros abuelos o nuestros padres.
Es cierto que la vida hoy en día ha cambiado y que muchos tenemos preocupaciones diarias que pueden llevarnos a la distracción, pero esto no justifica el olvidar saludar a una persona en la calle aun sin conocerla con un sencillo «buenos días o buenas tardes o noches», dar el asiento a una persona mayor, ceder el paso al peaton cuando uno maneja el auto, decir «gracias»….
La educación, muy cierto, es lamentable que muchos no la tengan o la vayan perdiendo, por eso es tan necesario que nosotros que aun la tenemos enseñemos a nuestros hijos y por qué no tambien a los demás, con cariño, lo siguiente: «haz a los demás lo que quisieras que hicieran contigo»…»ponte en los zapatos del otro».
Daniel dice
Hola Giusseppe, estoy seguro que pudiste haber ganado en el concurso 20 blogs… te propongo algo! hagamos una pequeña comunidad de bloguers pensando en el proximo año! compartamos experiencias para unir fuerzas y presentarnos como un equipo de amigos el año que viene en el concurso 20 blogs.
Sobre la cortesía, cuando viajas a otros países te das cuenta de lo mal educados que somos. Recuerdo cuando fui a Guatemala siempre que entrabamos a un ascensor las personas te saludaban con un «buenos días» y se despedían con un «que le vaya bien»… en Perú jamás he visto eso!
Saludos
Daniel Suárez
Jaime dice
Ni que decir de los policías … Ni siquiera saludan.