Supongo que lo que me atrajó de ella, en un inicio, son algunas semejanzas con la vida misma que recuerdo con cariño, a continuación sabrán el porqué.
La obra trata de un piloto aviador y su familia (sí, es cierto que justamente mi padre era también piloto aviador) compuesta por su comprensiva esposa Lilian, Ben, su hijo adolescente próximo a la mayoría de edad, Mary Ann, la hija mayor y otros dos pequeños vástagos. Ubicada en la década de los sesenta en un pequeño pueblo del sur americano cercano a una base militar, la historia gira en torno a Bull Meechan, “El gran Santini”, que como casi todos los pilotos tienen un gran ego en cuanto a sus habilidades y una confianza de acero sobre ellos mismos y sus decisiones pilotando (puedo atestiguarlo por los muchos pilotos que he tratado). Los problemas surgen toda vez que Santini no puede separar su mundo laboral, la milicia, del hogar por lo que cree que es correcto dar ordenes a diestra y siniestra al volver a casa (sí, mi padre daba ordenes a su mecánico, a los “bandereros” de los campos agrícolas y a los trabajadores de su chacra en la época en que yo era adolescente y creo que quería hacer lo mismo en casa); sin embargo, en medio de todo, es un padre preocupado que a pesar de las frecuentes discusiones con su hijo le regala un día su preciada casaca de piloto (sí, mi padre también me regaló su costosa casaca de aviador por esa edad)…pero hasta allí llegan los símiles.
The great Santini es interesante no solo porque retrata una compleja relación padre e hijo, sino por la riqueza del personaje central, que si bien en un inicio puede parecer un individuo muy simple, solo abocado en cumplir el credo de Dios-Patria-Honor, es en realidad un hombre atormentado por sus propios demonios interiores y una incapacidad de comunicar directamente el enorme amor que siente por su familia; el desinterés que parece mostrar por las necesidades emocionales de estos, obedece a una increíble torpeza que no logra compensarse por el hecho de que daría la vida por cada uno de ellos.
Conroy también nos entrega historias secundarias en torno al racismo sureño contra negros y judíos, el despertar sexual de los jóvenes y sus conflictos con la religión, la amistad entre hermanos o el drama de una esposa ante el esposo imperfecto pero al que acepta siempre a su lado.
En suma, estamos ante una amena e interesante novela, llena de lecciones de liderazgo y amor; curiosamente el autor se baso en muchos hechos reales y personales para poder escribirla. Les adelanto que el final de la misma es conmovedor.
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{Música de fondo mientras escribia: Violet hill, Amsterdam, Nobody said it was easy, Speed of sound, Trouble (todas de Coldplay) }