Creo que el Perú está avanzando por el buen camino y está preparado para cosechar los frutos del crecimiento y la estabilidad” – Christine Lagarde, Directora Gerente del FMI
Las declaraciones de la funcionaria del FMI es motivo de celebración, no solo para los últimos gobiernos sino también de los ciudadanos de a pie que crecimos en la época del desastroso primer gobierno aprista. Aprendimos lecciones prácticas de economía que, como hoy vemos, no solo aplican a los individuos sino a los estados: no te endeudes demasiado, mejor ahorra y el famoso “no hay lonche gratis”. Curiosamente, la aprobación de Lagarde contrasta enormemente con la situación de la Unión Europea (UE).
Este viernes Standard & Poor degradó la calificación de Bélgica a «AA», dudando de la capacidad de descargar su deuda en el corto plazo, y esta semana han advertido a Francia que podría perder su preciado rating triple A, de incrementarse la crisis. Portugal y Hungría fueron degradados no hace mucho mientras, bajo los intensos reflectores, encontramos a dos actores que acaban de cambiar de jefes de gobierno: Italia y Grecia.
Grecia ha sido por algunas semanas, el centro de atención de las finanzas mundiales, amenazaba con no pagar sus obligaciones contraídas (¿Perú de los 80s?), con lo que se hubiera convertido en el primer miembro de la UE en caer en default; esto se ha evitado por el momento, pero ha dado pie a dos fenómenos. Por un lado, los griegos han aumentado sus impuestos, cobrados a través de los recibos de luz en algunos casos, generaron despidos masivos y aumentaron la edad de jubilación, por otro lado, el pueblo Alemán y ciertos políticos empiezan a preguntarse por qué deben pagar facturas ajenas, a la vez que popularizan epítetos racistas o vejatorios contra los “sureños ociosos”.
Si bien la economía griega podría ser manejable dentro del enorme PBI conjunto de la UE, aunque la carga iría casi toda del lado germano y galo, la bella Italia es otro tema. Su economía es la tercera europea en tamaño, lamentablemente, durante la era Berlusconi ha tenido un crecimiento muy débil (alrededor del 1% anual) y su deuda ha ido creciendo hasta alcanzar el 120% de su producción nacional, por lo que sus costos de endeudamiento han ido en aumento. Se espera que el cambio de premier, un tecnócrata y ex comisario europeo, traiga confianza a los mercados; por lo pronto, está prometiendo balancear el presupuesto, fomentar el crecimiento y …efectuar sacrificios.
Tanto Grecia como Italia, junto a Portugal, Irlanda y España forman parte del llamado “PIIGS” (algo así como “ceerdos” en español), son los países más comprometidos en este sobreendeudamiento debido, justamente, a los lonches sin pagar. Ante esto, los más ahorradores y laboriosos alemanes, se encuentran en la disyuntiva de cómo arreglar aquel mercado que en su momento lo benefició, pero que hoy le ha afectado de tal forma que, por ejemplo, no ha podido colocar todos los bonos recientemente lanzados al mercado.
Los especialistas señalan que el origen se encuentra, entre diversos factores, en la cultura del estado del bienestar combinada con un problema demográfico. Esto ha generado enormes niveles de deuda que comprometen el futuro de las generaciones actuales (por ejemplo, el desempleo en España para los veinteañeros llega al 40%). Ante esto, uno no puede dejar de preguntarse cómo es que nadie evitó esta tormenta perfecta, ¿por qué se negaron a dejar de acumular endeudamiento?
Para nosotros, sobrevivientes del “shock” de los 90, es claro que no hay recetas fáciles ni indoloras para problemas estructurales; tan solo esperemos que nuestros amigos de la UE mejoren sus calificaciones lo antes posible.