¿Recuerdan a ‘Maverick’, el piloto de caza de F-14 que interpretó Tom Cruise en Top Gun? No recuerdo si en la película había alguna trama o historia, ¿había?, pero es inolvidable la imagen de póster de reclutamiento que la fuerza aérea americana nos dejó grabada: un joven osado, su chamarra de vuelo, lentes rayban y un jet de millones de dólares para surcar los cielos. Pues bien, en un futuro no muy lejano, esto podría cambiar para añadir a la fotografía… ¡un joystick de computadora!. Hay motivos para pensar así.
Tomemos por ejemplo la decisión de Obama de cancelar la construcción de nuevos F-22, super aviones concebidos en plena guerra fría para pelear contra los rusos a un costo de centenares de millones de dólares la unidad, impresionantes pero inútiles en escenarios como Afganistán e Irak para los que no han participado en misión alguna y mucho menos entablado algún combate (apuesto que el que aparece disparando en “Duro de matar 4” junto a Bruce Willis es sólo de una maqueta). En su lugar, el presupuesto se está derivando hacia los UAV o vehículos aéreos no tripulados (por sus siglas en inglés), que con nombres como Predator o Global Hawk son maquinarías mucho más pequeñas y simples que no llevan piloto alguno sino que son controladas desde miles de kilometros de distancia por control remoto.
El cambio de visión no sólo se ha hecho notar en la redistribución del gasto, sino en la elección del nuevo “Jefe” de la USAF quien, a diferencia de sus predecesores, en sus años mozos no piloteaba glamorosos cazas sino aviones de transporte a hélice (como el C-130), lo cual marca una clara diferencia de dirección. Parece que para los estrategas del Pentágono no es difícil decantarse por estos aparatos que pueden patrullar, lanzar ataques y apoyar a las tropas en tierra sin exponer a nadie, por lo que muchos consideran que algún futuro General podría provenir de esta nueva cantera de aviadores.
En la actualidad no transcurre un mes sin que las noticias no informen de estos UAV lanzando misiles en la frontera pakistaní eliminando líderes talibanes o a presuntos terroristas, dirigidos por oficiales que desde una cómoda oficina les envían órdenes a sus avatares sobre el desierto. Esta reciente casta de soldados se encuentra en aumento, se estima que en este año se entrenarán a más “pilotos virtuales” que a los usuales de caza o bombarderos, con lo cual muchos podemos preguntarnos (a desmedro de los Top Gun de los 80): “¿A dónde llevo mi joystick para postular a una plaza?”