La premisa de Person of Interest es simple, alucinante, futurista y sin embargo muy probable. Nos la recuerdan al inicio de cada episodio y dice más o menos así: el gobierno ha construido una máquina (“The Machine”) que lo observa todo y predice actos de terrorismo. Dado que para crímenes con gente “común” no la usan, su creador, aliado con un ex agente de la CIA, decide actuar cada vez que se presagia que algo malo le ocurrirá a alguien.
Esto no solo puede ser interesante, sino que tiene un asidero en muchos hechos reales.
Las cámaras de video son cada vez más omnipresentes. Y no solo en Manhattan (en donde nos ubica la serie) sino en incontables ciudades del mundo. Constantemente estamos siendo filmados en los centros comerciales, farmacias, bancos, cajeros automáticos, parqueos, agencias del gobierno y hasta en las calles, arruinando todo vestigio de anonimato y permitiendo que alguien o “algo” examine luego nuestros pasos.
Se están construyendo gigantescos centros de datos para espiar. Luego del 11 de Setiembre, el presupuesto americano para procesar todas las señales electrónicas provenientes de teléfonos fijos, celulares y la Internet se incrementó notablemente, para potenciar la intercepción y escucha. Y esto no se ha detenido. Para setiembre del 2013 se espera que termine la construcción del “Centro de datos de Utah”, con un costo de dos mil millones de dólares (solo en instalaciones) y un presupuesto semejante para equipos y programas. Prácticamente, una infraestructura digna de Google pero para propósitos de seguridad nacional.
Ya existen programas que predicen el crimen. Esto es un sueño que lleva décadas en la ciencia ficción, como se demuestra en el relato “The Minority Report”de Phillip K. Dick o en “Multivac” de Isaac Asimov. Y en parte ya ocurre, al menos para delincuentes reincidentes, con los algoritmos que el joven matemático George Mohler emplea para que la policía de California pueda predecir los intervalos de fechas y ubicaciones aproximadas en donde sucederá el siguiente delito.
Pero todo esto sería inútil, como entretenimiento, sin el excelente trabajo de los guionistas y creadores que en base a esto desarrollan historias atrayentes, con una fórmula que combina personajes estoicos, sacrificados, capaces de actuar y ganar siempre a los malos con una mitología que gira en torno a la antes mencionado Máquina, los servicios de inteligencia y, claro, el caso de la semana.
En definitiva, es una serie que recomiendo. Y para los fanáticos de Lost, el bonus extra es que Michael Emerson (nuestro querido Ben Linus) es uno de nuestros héroes. Sin duda, si tuviera que elegir una serie actual para un maratón de fin de semana, en la que no solo me entretenga sino que me haga pensar, está sería.