Muchos de los compradores de Apple muestran la misma devoción que se encuentra en miembros de un culto religioso: al momento de definir los costosos productos que adquieren o de esperar a la siguiente maravilla que Moisés, perdón, Steve Jobs traerá al mercado, exhiben el encandilamiento de quien ha probado maná del cielo sin importar que se trate de un mp3 player sin radio llamado Ipod (sólo el aditamento para oír la FM costaba más de 40 dólares), un teléfono incapaz de efectuar trabajos multitarea (lo cual existe en el mercado desde hace más de diez añoz en otras empresas) o una computadora tablet llamada Ipad la cual no puede desplegar los millones de sitios web desarrollados con Adobe Flash porque a su fundandor…¡no le da la gana!. Estoy seguro que a Bill Gates no le perdonarían ni la mitad de estas acciones sin que haya un revuelo en las noticias.
En el principio, Apple creó a la Macintosh, una competidora directa de las PC de IBM pero con una gran diferencia, su tecnología era cerrada, su hardware y sistema operativo solo podía ser vendido por la empresa de la manzana, mientras que el gigante azul sí permitía la existencia de clones, es decir, muchas compañias aparte de IBM podían crear sus propios equipos. ¿Qué modelo predominó?, el abierto; en aquél entonces, Jobs no pudo hacer que su modelo de integración, vertical y restrictiva, dominase el mundo de las computadoras.
En la última década, las Mac no han podido aumentar significativamente su participación en el mercado, sin embargo han dado a luz a una serie de productos increíblemene exitosos por los cuales se hacen colas al momento de su lanzamiento sin importar sus precios o limitaciones; el último de sus “tienes-que-tenerlo-ya”, el Ipad anteriormente mencionado, tiene una interfase hermana al Iphone, no incluye cámara de video (para los webchats) o puertos USB y se propone ser la piedra angular de lo que Jobs no pudo conseguir en su primera batalla: un modelo sostenible que le dé control absoluto sobre el hardware, el sistema operativo, los programas que se ejecutan en él (no puede venderse una aplicación sin pagar tributo a ‘Apple Store’), publicidad y lo que se puede ver navegando por Internet, esto último me parece lo más sorprendente.
A pesar de que más del 90% de los videos que se muestran en las páginas web se encuentran en formato Flash, el ‘fundador’ ha sido claro a señalar a todos los diseñadores y webmasters del mundo que si quieren que sus seguidores los vean, deben aborrecer a Adobe y cambiar sus millones de contenidos a otro medio. ¿Esto por qué?, por que las aplicaciones hechas con esta tecnología (como Youtube, Farmville, Mafia Wars y otras cientos de miles) no pasarían por su control personal, evitarían el peaje obligatorio que implica su tienda. A pesar de que su versión oficial dice que la prohibición se debe a problemas de performance de los plug-in de Adobe, varios estudios han demostrado lo contrario.
Aún es pronto para conocer el impacto del Ipad sobre el rico ecosistema de computadoras, que incluye celulares, handhelds, laptops, netbooks y PCs, sin embargo es significativo que, en menos de una semana, hayan vendido más de 300,000 aparatos a más de USD 500 cada uno (¿no que Estados Unidos estaba en recesión?). En mi opinión, éste es el nuevo intento de Jobs por lograr su codiciada meta de controlar a cada actor del mercado de ordenadores mediante un sistema cerrado y de licencias propietarias (sólo suyas, claro).