El día de hoy, la agencia de noticias AP da cuenta de un sacerdote católico del estado norteamericano de Carolina del Sur que ha informado a su feligresía que quienes hayan votado por Barak Obama no podrán comulgar, esto, según el artículo, debido a que ofrecerle apoyo «constituye una cooperación material con el mal intrínseco». En buen romance, al haber votado por el senador demócrata han incurrido en pecado mortal; ya en otros medios católicos como Aciprensa señalaban (sin incluir nombres), que si uno votó por un candidato pro abortista, debería estar preparado al momento de la muerte, para dar cuenta de tal decisión ante todos los niños no nacidos victimas del aborto.
El tema pro-vida versus pro-eleccion (pro-life, pro-choice), ha estado presente en el debate publico desde que en 1973 la Corte Suprema de Justicia en el caso Roe versus Wade decidió que la mayoría de leyes contra el aborto en los Estados Unidos violaba el derecho constitucional a la privacidad; también sostiene que una madre puede abortar a su hijo por cualquier razón hasta antes de que el feto sea “viable”. Como era de esperarse, este tema no podía estar ausente en toda campaña norteamericana a la presidencia, en donde la derecha religiosa republicana constantemente ha sido un factor importante en las victorias del partido del elefante.
El cura de esta noticia, Jay Scott Newman, quien curiosamente aludió a Obama por su nombre completo (incluido su segundo nombre de Hussein) añadió que personas en esa condición (los que votaron) no pueden recibir la santa comunión (…) a menos que se reconcilien con Dios en el sacramento de la penitencia». Al leer esta noticia no puedo evitar que un sentimiento de incomodidad aparezca, más aun cuando Newman señala que hubo otra alternativa plausible (asumimos que McCain); sin ir muy lejos, el 2004 hubieron comentarios semejantes por parte de los obispos, ocasión en que el nefasto gobierno de Bush entró a su segundo mandato… ¿Por qué la incomodidad dirán?, porque pareciese que hay cosas que para algunos creyentes pueden ser pecados veniales a cambio de señalar otros, tomemos como ejemplo las disposiciones de Bush sobre “métodos de interrogación”, los encarcelados sin juicio y torturados en Guantanamo, Afganistan e Irak (y sabrá Dios en cuantas cárceles más secretas de la CIA); el dolor de los millones de familias refugiadas o las que han perdido sangrientamente a sus seres queridos, los miles de iraquíes muertos es una guerra inútil (¿Dónde están las armas de destrucción masiva?), un gobierno que no quiso firmar tratados de protección medioambiental, los miles de millones de dólares gastados en invasiones en vez de atacar la pobreza…Nada, nada de esto parece importar si el candidato es “pro vida”, porque al parecer, cuando se habla de “vida” se refieren a la vida de los no natos no a la de los ya nacidos.
No es mi intención aquí polemizar sobre el aborto (algo que en mi opinión esta mal), sino llamar la atención sobre la actitud de este sacerdote que considero incoherente más aún cuando la Iglesia, que es mi Iglesia, prohíbe los métodos de planificación familiar artificiales. Creo también que para tal caso, podría haber llamado a votar por ningún partido lo cual hubiera sido lo ético en su caso.
SJRM dice
Votar por Obama moralmente era malo, pues Obama era públicamente conocido por su posición abortista (si a alguien le quedaba la duda, las primeras leyes que ha dado han sido para volver a financiar el aborto a nivel mundial).
Votar por otro candidato, sea quien sea, no podía ser moralmente malo, pues la guerra en defensa propia puede -bajo ciertas circunsancias- ser un medio justificado.
Obviamente, la guerra siempre es mala, la Iglesia siempre lo ha enseñado asi, y siempre fue una de las voces más fuertes en contra de la guerra (cualquier guerra).
Pero, volviendo al tema moral, el aborto en comparación con la «posibiidad» de guerra, siempre es y será moralmente malo.
Por último, si algunas personas (asi sean la mayoria) involucradas directamente en una guerra, cometen atropellos y abusos; estos seran actos moralmente malos de ellos, personalmente.
La opinión de los obispos americanos fue correcta, un católico no puede apoyar a un candidato que sabe que va a promover el aborto.
Por último… tendriamos que buscar la información objetiva de qué es lo que dijeron los obispos, y no basarnos en información de medios poco objetivos por su tendencia anti-católica.