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Giuseppe Albatrino

Escritor, Dramaturgo y Divulgador Científico

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Vivencias y Opinión

Sobre jalados y aprobados

30 noviembre, 2011 by Giuseppe Albatrino

Creo que el Perú está avanzando por el buen camino y está preparado para cosechar los frutos del crecimiento y la estabilidad” – Christine Lagarde, Directora Gerente del FMI

      Las declaraciones de la funcionaria del FMI es motivo de celebración, no solo para los últimos gobiernos sino también de los ciudadanos de a pie que crecimos en la época del desastroso primer gobierno aprista. Aprendimos lecciones prácticas de economía que, como hoy vemos, no solo aplican a los individuos sino a los estados: no te endeudes demasiado, mejor ahorra y el famoso “no hay lonche gratis”. Curiosamente, la aprobación de Lagarde contrasta enormemente con la situación de la Unión Europea (UE).
      Este viernes Standard & Poor degradó la calificación de Bélgica a «AA», dudando de la capacidad de descargar su deuda en el corto plazo, y esta semana han advertido a Francia que podría perder su preciado rating triple A, de incrementarse la crisis. Portugal y Hungría fueron degradados no hace mucho mientras, bajo los intensos reflectores, encontramos a dos actores que acaban de cambiar de jefes de gobierno: Italia y Grecia.
Grecia ha sido por algunas semanas, el centro de atención de las finanzas mundiales, amenazaba con no pagar sus obligaciones contraídas (¿Perú de los 80s?), con lo que se hubiera convertido en el primer miembro de la UE en caer en default; esto se ha evitado por el momento, pero ha dado pie a dos fenómenos. Por un lado, los griegos han aumentado sus impuestos, cobrados a través de los recibos de luz en algunos casos, generaron despidos masivos y aumentaron la edad de jubilación, por otro lado, el pueblo Alemán y ciertos políticos empiezan a preguntarse por qué deben pagar facturas ajenas, a la vez que popularizan epítetos racistas o vejatorios contra los “sureños ociosos”.
      Si bien la economía griega podría ser manejable dentro del enorme PBI conjunto de la UE, aunque la carga iría casi toda del lado germano y galo, la bella Italia es otro tema. Su economía es la tercera europea en tamaño, lamentablemente, durante la era Berlusconi ha tenido un crecimiento muy débil (alrededor del 1% anual) y su deuda ha ido creciendo hasta alcanzar el 120% de su producción nacional, por lo que sus costos de endeudamiento han ido en aumento. Se espera que el cambio de premier, un tecnócrata y ex comisario europeo, traiga confianza a los mercados; por lo pronto, está prometiendo balancear el presupuesto, fomentar el crecimiento y …efectuar sacrificios.
      Tanto Grecia como Italia, junto a Portugal, Irlanda y España forman parte del llamado “PIIGS” (algo así como “ceerdos” en español), son los países más comprometidos en este sobreendeudamiento debido, justamente, a los lonches sin pagar. Ante esto, los más ahorradores y laboriosos alemanes, se encuentran en la disyuntiva de cómo arreglar aquel mercado que en su momento lo benefició, pero que hoy le ha afectado de tal forma que, por ejemplo, no ha podido colocar todos los bonos recientemente lanzados al mercado.
      Los especialistas señalan que el origen se encuentra, entre diversos factores, en la cultura del estado del bienestar combinada con un problema demográfico. Esto ha generado enormes niveles de deuda que comprometen el futuro de las generaciones actuales (por ejemplo, el desempleo en España para los veinteañeros llega al 40%). Ante esto, uno no puede dejar de preguntarse cómo es que nadie evitó esta tormenta perfecta, ¿por qué se negaron a dejar de acumular endeudamiento?
      Para nosotros, sobrevivientes del “shock” de los 90, es claro que no hay recetas fáciles ni indoloras para problemas estructurales; tan solo esperemos que nuestros amigos de la UE mejoren sus calificaciones lo antes posible.

Publicado en: Vivencias y Opinión Etiquetado como: Europa

¿Cuánto pagarías por el autógrafo de un astronauta?

3 noviembre, 2011 by Giuseppe Albatrino

      Ignoro desde cuándo se comercializan los autógrafos, supongo que es un fenómeno que no debe tener más de un siglo; hasta donde sé, nadie le pidió a Cristóbal Colón que estampase su firma para luego coleccionarla, ni ninguna fanática esperó a Mozart al final de un concierto para que le firmase el programa. Sin embargo, hoy es común el que los seguidores quieran tener un recuerdo de sus ídolos.
      Imagino que el encanto de estos radica en su simpleza y en el carácter único de la caligrafía, además, hay un protocolo establecido y fácil de seguir por ambas partes: se inicia con una persona buscando a la celebridad con hoja y lapicero en mano, ni siquiera se necesita intercambiar palabras, tal como alguna vez, muy tímidamente, hice con un autor jesuita español de visita por estos lares. Traigo esto a colación, a raíz de la noticia de que numerosos astronautas se reunirán esta semana para recabar fondos para un programa de becas, justamente por medio de sus firmas.
Aunque quizá no sea muy conocido, es usual que muchos de estos cobren por estampar sus nombres y apellidos, tal como lo hacen los deportistas, más allá de este evento de caridad, es más, existen tarifarios y páginas de Internet para conseguirlas. Existen también numerosas excepciones, como el reservado Neil Armstrong, pero entre aquellos que forman parte de este ecosistema, es interesante observar cómo los precios pueden variar según los logros o la fama de cada uno de estos.
      El más costoso es Buzz Aldrin, el segundo hombre sobre la Luna, con 400 dólares la firma, seguido por Gene Cernan y Dave Scott, comandantes lunares, con 200 dólares cada uno. Otros “caminantes” como Charlie Dure y Edgard Mitchell están a la mitad de estos, o 100 dólares, sin importar que todos estuvieron mucho más tiempo o caminaron mucho más que Aldrin en nuestro satélite… ¿Recuerdan a Jim “Houston tenemos un problema” Lowell?, pues la firma suya se encuentra a 175 dólares, a pesar que el Apollo 13 no lo llevó a la superficie selenita.
También se encuentran tripulantes del transbordador espacial, con precios más bajos, e incluso Dee O’Hara, la enfermera de los primeros astronautas (aunque supongo que eso no lo saben muchos), con 15 dólares.
      Lamento no poder estar por allí, o en todo caso tener más ahorros, pero debe ser toda una experiencia (inversión dirán algunos), el poder contar con un “astroautografo ” o la experiencia de ir a buscarlo.

Publicado en: Vivencias y Opinión Etiquetado como: Apollo

Y tú, ¿porqué no lees?

6 octubre, 2011 by Giuseppe Albatrino

      La Feria internacional del libro de Arequipa, que ha finalizado ayer, me impresionó, entre otras cosas, por la alta motivación de sus organizadores y voluntarios cuyo deseo de promover la cultura y en particular la lectura, resultaba muy contagioso. A su vez, el estar rodeado de tanta gente con quién compartir ese amor por los libros, generaba una grata sensación de pertenencia.
      Esa sensación se diluye al recordar que en nuestro país, anualmente, no se llega a leer un libro entero por persona, realidad que he visto en todos los niveles sociales y en todos los grados de educación en que se oye: “no leo porque me aburre”, “no leo porque no tengo tiempo”, “no leo porque los libros cuestan”… las supuestas razones abundan, pero, sin intención de analizarlas hoy, creo que todas estas personas se pierden de mucho.
      En mi caso, Leo por placer, y supongo que pocos de los encuestados le han encontrado tal gusto, pues, soy un lector hedonista que no puede dejar de saborear una buena historia o un buen ensayo. Leo porque una sola vida no me basta, por ejemplo, gracias a la lectura he sido un piloto de bombardero con terror a morir en combate, un monje detective en el Medioevo en busca de una misteriosa biblioteca, un destructor de mundos extraterrestres y colonizador de otros, un físico pintando retratos para una casa de citas, un arqueólogo descubridor de códices mayas, un amoral conspirador italiano al inicio de la república o un coronel frente al pelotón de fusilamiento. ¡He sido eso y mil cosas más!, conducido por la prosa de un sinfín de escritores que, como amigos confiables, me han transportado a parajes insospechados o me han suscitado innumerables emociones.
      Pero además del valor individual que pueda tener, estoy convencido de que una sociedad con un mayor número de lectores traerá consigo ciudadanos capaces de reflexionar, ponerse en el lugar del prójimo y comunicarse con claridad, en suma, un entorno más civilizado. Por ello, considero esencial los programas de promoción de lectura como los de mi buen amigo Javier Arévalo, los planes lector de cada colegio o proyectos como la FIL de Arequipa. Con suerte, las siguientes generaciones no tendrán mil motivos para justificar porque no acaban un libro en un año.

Publicado en: Vivencias y Opinión Etiquetado como: Libros ESP

El globo de ensayo de Julio César

15 septiembre, 2011 by Giuseppe Albatrino

            ¿Cómo saber si la gente votaría por ti? Digamos, para Presidente. Habría que pagar a encuestadoras para sondear la opinión de la gente o quizá hacer focus groups. Los más osados, comprarían su kit de la ONPE y reunirían las firmas necesarias (con los medios que fuesen), como un primer filtro. En otros lares, como en los Estados Unidos, se constituye un “comité exploratorio”, que incluso está normado por la ley y que ayuda al pre-candidato a saber si el viento sopla a su favor o en contra. Otra alternativa, sería usar “globos de ensayo”, curiosamente, hay un precedente de más de dos mil años de antigüedad.
      Recientemente, un documental del THC sobre Julio César trajo a mi mente estos engorrosos temas de encuestas y gustos populares, al narrar un singular evento ocurrido en las fiestas de las lupercales (en honor al dios Pan). Se dice que el gran conquistador romano, deseoso de convertirse en rey, quería conocer la reacción del pueblo ante tal posible escenario, así que preparó con Marco Antonio, un pequeño montaje para la multitud: miraba la ceremonia desde un lugar destacado, cuando Marco Antonio se le acerca y le ofrece una pequeña corona que dirige a su cabeza. ¿Qué haría la gente al ver esta coronación fingida? Pues la respuesta no fue cálida, por el contrario, cuando César la aleja con modestia, los gritos y aplausos fueron generalizados.
      Allí no termina el breve estudio del mercado, sino que una vez más le es ofrecida la corona, y una vez más es el rechazo del símbolo lo que genera un clamor entusiasta de los congregados. Es fácil imaginar el gesto histriónico que debió acompañar la negativa fingida del estadista, ante la mirada expectante de todos. Aún así, Marco Antonio lo tienta una tercera vez, con el símbolo prohibido tras lo cual, finalmente resulta claro que el pueblo no lo quiere en el nuevo “cargo”. Al menos, por aquella ocasión, Julio César desiste.
      Pero no vaya a creerse que esta actividad es únicamente de personajes que visten togas o túnicas, incluso hoy en día, cada vez que una campaña o una empresa, “casualmente” filtra una información a los medios, lo hace muchas veces para observar la reacción de la audiencia. Por ejemplo, puede anunciar un nuevo producto para el siguiente año, para según la cobertura de la prensa, invertir o no en este… Volviendo a la política, con tanto candidato que aparece cada quinquenio, no puedo evitar preguntarme si en alguna fiesta, alguno habrá simulado recibir la banda presidencial de algún vecino, para mirar de reojo a los presentes.

Publicado en: Vivencias y Opinión Etiquetado como: Italia

¿Qué te molesta de los perfiles en Facebook?

1 septiembre, 2011 by Giuseppe Albatrino

A menos que estemos en China, Korea del Norte o en la computadora del párroco, la Internet es totalmente libre, podemos decir o poner lo que querramos y Facebook, si bien es cierto aplica ciertas medidas de decoro, es un reflejo de lo mismo. Eso no quiere decir que todo nos guste, o que nosotros les gustemos a todos, por ello pedí a la empresa encuestadora “Preguntando en el almuerzo” un estudio del tema. He aquí los ‘top 5’, es decir, los cinco defectos más odiosos encontrados en los perfiles y publicaciones en la red social.

“He almorzado”. Todos somos testigos, a diario, de esos mensajes consistentes en un par de palabras para anunciar al mundo entero que la persona en cuestión acaba de almorzar, de cenar, ducharse o rascado la espalda. No niego la posibilidad que para el susodicho esto sea de vital interés, sobre todo si tiene hambre o comezón pero, ¿en realidad merece ser informado el resto? Por momentos, creo que existe un síndrome del tipo “si no digo lo que hago, no es realidad”. Créanme, es realidad, solo que no siempre hay que divulgarla.

“Mi gato es mi foto de perfil”. Todos queremos a nuestras mascotas o a los personajes de la tele, pero eso no implica que se deba poner la foto de Michifus o la de los Teletubies (¡teniéndose más de treinta de edad!) en lugar de la de uno mismo. La idea, es ser reconocido, identificable; por ello, puede ser tan chocante encontrar fotos de: radiografías del tórax, ultrasonidos de bebes, el bíceps  o la de un contingente de personas. Un caso positivo que he encontrado, es la de un amigo que en su perfil pone su foto tomada desde el costado (literalmente, mostrando su perfil).

“COPIA ESTA CADENA”. Es inevitable que los usos y costumbres del mundo “físico” se lleven al “virtual”; recuerdo cuando era niño, recibimos bajo la puerta de la casa, una cadena escrita a máquina de escribir en donde, como en muchas cadenas, se pedía replicarla a cambio de no sufrir maleficios. Como escéptico que soy, no les presto mayor atención pero, al menos si algún entusiasta de estas me lee, le pido que por favor  no escriba TODO EN MAYÚSCULAS. Es el equivalente a GRITAR.

Mensajes Crípticos. Eso le funciona a mi buen amigo Juan V., pone algo tan confuso como una pintura surrealista y todo el resto de amigos nos la pasamos pidiéndole pistas. Esto no es tan enojoso si se tiene tiempo para jugar al Sherlock Holmes cibernético, pero procuremos no abusar de esto.

Evidentemente hay más situaciones que me gustaría conocer de ustedes (no vale decir “los que envían enlaces a su blog”, porque justo-justo, es el quinto que faltaba). Creo que facebook es una poderosa herramienta para estar en contacto con los amigos, disfruto, dialogar, saber del resto y sobretodo intercambiar ideas o enlaces interesantes, es solo que no nos puede agradar todo lo que hay.

Publicado en: Vivencias y Opinión

“Cortesía” a la limeña

15 agosto, 2011 by Giuseppe Albatrino

Cortesía: Demostración o acto con que se manifiesta la atención, respeto o afecto que tiene alguien a otra persona. (RAE)

     Aunque las campañas de Promperu se la pasen mostrando a turistas anonadados por las bondades del país, algunos que llegan a ser residentes pueden tener un testimonio distinto, por ejemplo, el sábado escuché uno interesante: la mayoría de limeños tienen una forma de ser sumamente chocante, les falta cortesía. Siempre lo he pensado, lo siento cada día, pero oírlo de otras gentes, pues reivindica la idea.

     Al ingresar a una bodega, la gente no saluda a la persona que atiende, simplemente se para frente al dependiente y dice “dame una Pepsi”. Listo, transacción terminada. Lo mismo sucede en los grandes almacenes o dependencias públicas. Mi pobre padre jamás se ha podido acostumbrar ni rendido, ante estos empleados que no saben responder a un “buenos días”.

     Ciertamente, las combis y micros se encuentran plagadas de lo mismo. Te imponen la música del conductor a todo volumen, se dirigen a uno con el menor respeto posible y manejan con una agresividad digna de persecución policial. Pero esto último, no es exclusividad de los “amigos” del transporte sino de los conductores en general, el bendito anonimato de las calles embrutece a instruidos o no instruidos: los carros no desaceleran al doblar una esquina, no dan paso a los peatones o emplean direccionales.

     ¿Cuánto esfuerzo cerebral significa jalar la palanquita de la direccional? Seguro muy poco, pero ocurre con tan poca frecuencia, sobre todo en los cambios de carriles, que cada vez que lo veo creo que el de adelante puede ser un turista; emplearla significa tener conciencia de los demás, para hacerles saber que me pondré delante suyo. Es un problema de actitud.

     Años atrás, en las escaleras eléctricas del aeropuerto de Amsterdam, mi primo me enseñó que debía pegarme al lado derecho de las mismas, de ese modo, si alguien tiene prisa, puede pasar sin problemas por la izquierda. Lo mismo he visto en los diversos países desarrollados que he podido visitar, y no deja de maravillarme su mensaje: no vivo solo en esta ciudad, hay gente compartiéndola, y esto se traduce en los saludos, en los vehículos y en todos lados donde el anonimato de la gran urbe muestra realmente quiénes somos.

     El mismo día de la clase, al regresar a casa, un taxi se cuadra en medio de la calle, de forma tal que no deja pasar a nadie. Bajan algunos de sus pasajeros y pacientemente, por casi medio minuto, esperó. Parece que van a buscar a alguien más en una casa vecina. Empiezo a hacer señales de luces mientras los carros se encolan detrás mío, y por respuesta, el taxista hace señales de que todos debemos pasar encima de él. Abro la ventanilla y enérgicamente le conmino a moverse, cosa que hace en el acto. Cortesía limeña, pensé. Me pregunto cuantos estamos conscientes de que la falta de esta no debería ser la norma.

Publicado en: Vivencias y Opinión

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