Acabo de terminar de leer esta breve novela del escritor colombiano Fernando Quiroz, la cual pueden encontrar en todos los supermercados; a pesar de que su portada señala que es finalista del Premio Iberoamericano de Narrativa Planeta-Casamerica 2008, el producto, en mi opinión, no merece tal distinción.
La historia gira en torno a Vicente, un miembro del Opus Dei, que en un momento de crisis vocacional, decide dejar la casa de la congregación en la que vive junto a sus hermanos en la fe. Huye silenciosamente durante la noche, pero antes de hacerlo, hurga en la oficina del superior información sobre sí mismo, encontrando en el proceso una carta de su padre moribundo (que le había sido ocultada), notas sobre la medicina que le dan (con el objetivo de subyugar su voluntad) y una lista de posibles personas a reclutar para la Obra (todas pertenecientes a la élite de la sociedad).
Tras su exitoso “escape”, el protagonista buscará a un amigo cercano que había segui
do el mismo camino de fugitivo años atrás, quien le ayudará a reinsertarse inicialmente en el Nuevo Mundo, antes de encaminarlo rumbo a la casa de su padre. Lo que a continuación se nos presenta, es una historia de reencuentro padre-hijo distanciados por el tiempo y visiones distintas del mundo, el descubrimiento de Vicente que las mujeres no son sinónimo de pecado y una que otra escaramuza con los malvados de la película (ya saben a quienes me refiero), que intentarán primero hacerlo regresar y luego devolver los documentos.
El Opus Dei de Quiroz está formado casi en su totalidad por gente maligna o por víctimas cuyos cerebros han sido lavados, los curas de la institución son pedófilos o clientes habituales de prostíbulos y su personaje principal no hace más que renegar de todo lo aprendido y hecho cada segundo al interior de sus filas, mientras todo lo que existe fuera de éstas, parece ser bueno y conveniente,
La lectura es ligera y ágil, siendo ésta su mayor virtud; se puede terminar de corrido o en dos sentadas sin mayor esfuerzo, sin embargo, nos encontramos ante una trama completamente predecible y sin mayores virajes, una narración llena de clichés, en la que los malos son terriblemente malos y el pobre Vicente, víctima de todos y cada uno, y recién puede descubrir lo que es la vida, de la mano de la primera mujer que encuentra, justamente una increíblemente bella y comprensiva mujer de ojos azules (¿abundan en Colombia?).
En suma, estamos ante un texto absolutamente prescindible y que bajo el término de ficción, hace uso y abuso de las habituales acusaciones dirigidas a la asociación villana Católica más popular de los últimos tiempos.
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PS: Para quienes pueden pensar que mi comentario puede tener un sesgo a favor del Opus Dei, les adelanto que la próxima entrada tratará de la famosa prelatura personal del Papa (única en tener tal favoritismo).
Tras su exitoso “escape”, el protagonista buscará a un amigo cercano que había segui

El Opus Dei de Quiroz está formado casi en su totalidad por gente maligna o por víctimas cuyos cerebros han sido lavados, los curas de la institución son pedófilos o clientes habituales de prostíbulos y su personaje principal no hace más que renegar de todo lo aprendido y hecho cada segundo al interior de sus filas, mientras todo lo que existe fuera de éstas, parece ser bueno y conveniente,
La lectura es ligera y ágil, siendo ésta su mayor virtud; se puede terminar de corrido o en dos sentadas sin mayor esfuerzo, sin embargo, nos encontramos ante una trama completamente predecible y sin mayores virajes, una narración llena de clichés, en la que los malos son terriblemente malos y el pobre Vicente, víctima de todos y cada uno, y recién puede descubrir lo que es la vida, de la mano de la primera mujer que encuentra, justamente una increíblemente bella y comprensiva mujer de ojos azules (¿abundan en Colombia?).
En suma, estamos ante un texto absolutamente prescindible y que bajo el término de ficción, hace uso y abuso de las habituales acusaciones dirigidas a la asociación villana Católica más popular de los últimos tiempos.
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PS: Para quienes pueden pensar que mi comentario puede tener un sesgo a favor del Opus Dei, les adelanto que la próxima entrada tratará de la famosa prelatura personal del Papa (única en tener tal favoritismo).
Que creativo es Quiroz…