El género de esta novela, y que lo ha hecho mundialmente famoso, es el de la intriga política y espionaje, campos en el que nos ha demostrado tener un profundo conocimiento. Su primer trabajo de ficción, “El día del Chacal” (1971) destaca entre otras cosas, por la acuciosidad con la que presenta hechos y organizaciones reales para luego montar una historia, en este caso, la estrategia de un asesino a sueldo para asesinar al presidente de Francia, en ese entonces, el hombre más protegido del mundo. ¿Resultado? No sólo un éxito de ventas y dos películas relacionadas (por favor no juzgar la obra por la versión protagonizada por Bruce Willis), sino que a través del modus operandi del ficticio sicario se revela, por ejemplo, flaquezas reales en el sistema británico de expedición de pasaportes. Como “halago” extra, uno de los terroristas más famosos del mundo antes de Bin Laden, Ylich Ramírez Sánchez, recibió el apelativo de “el Chacal” justamente porque en una fallida redada, la policía encontró que antes de huir se encontraba leyendo este libro.
En sus siguientes obras, el ex periodista se ha mantenido fiel a la investigación, presentándonos el mundo de los espías, mercenarios, analistas de inteligencia, tropas de élite, como lo haría un documentalista; sus complicadísimas tramas privilegian la historia sobre los personajes, que son tratados usualmente de manera superficial, lo cual no quita que algunos de ellos, como el anteriormente mencionado Chacal, Cal Dexter (El vengador) o Mike Martin (El puño de Dios, El Afgano) dejen alguna huella en la memoria del lector, ya sea por su osadía, meticulosidad, inventiva o heroísmo.
La trama de la novela que nos convoca, nos ubica en la lucha antiterrorismo con escenarios como Indonesia, Pakistán y por supuesto Londres (la visión del autor es marcadamente anglo-céntrica). Los servicios de inteligencia han determinado que un gran atentado terrorista está a punto de ocurrir y que éste empequeñecerá a la destrucción de las torres gemelas. Por ello, prepararán a un experto militar para infiltrarse en Al-Qaeda, en una misión casi suicida. Quien se embarque en sus páginas, podrá aprender sobre la historia de Afganistán y de varios terroristas reales.
En mi opinión, esta obra no presenta lo mejor de Forsyth quien se ha excedido en su afán documentador en desmedro de una historia mejor bosquejada, a su vez por primera vez he encontrado en sus líneas, algunos errores en cuanto hechos reales. Si ésta va a ser la primer obra que alguien desea leer del género o del autor, recomendaría alguna otra; para los leales, ha sido una oportunidad para conocer un poco más de los detalles de los conflictos de la zona.
Quizá alguien se sorprenda del porqué de mi espera por su siguiente obra, pero tras haber conocido otros trabajos de este ganador del premio Edgar, creo que tras este traspié, vale la pena aguardar.
Calificación: 3 de 5.