Las coordinaciones del presidente americano, a raíz del lanzamiento de un misil norcoreano, ha levantado críticas de especialistas en seguridad. Parte de las coordinaciones fueron efectuadas en su resort, frente a los socios.
Este jueves el presidente Trump dio su primera conferencia de prensa en solitario. Últimamente en sus apariciones había estado acompañado ya sea del primer ministro de Japón, el de Canadá o el de Israel. Cada una de estas presentaciones generaron sus propias anécdotas que más tarde se convertirían en material para comediantes, talk shows o los memes del día: el bizarro apretón de manos con Shinzo Abe, el dejar la escena (con un Netanyahu inmóvil) cuando le preguntan algo incómodo o la reacción de un prevenido Justin Trudeau ante la mano extendida del mandatario.
Pero más allá de los memes del día, que capturan lo que en realidad son micro momentos, su manejo de datos concretos o su tratamiento a la prensa no deja de sorprender. Clama que su victoria en el colegio electoral ha sido la más grande desde Reagan, cuando en realidad los 306 votos que obtuvo son menos que los 365 y 332 obtenidos por Obama en sus dos victorias. Aún menos que los 379 de Bill Clinton o los 426 de Bush padre. Preguntado por un periodista de por qué los medios deberían creerle cuando declara números incorrectos, termina diciendo que le entregaron tal información y que su victoria fue muy sustancial, cuando en realidad en el voto popular obtuvo casi 3 millones de votos menos que Hillary Clinton.
A pesar de que el desempleo estadunidense ha llegado a la menor marca en 9 años, y el crecimiento de su economía es mayor a lo que ha recibido ningún presidente en los últimos treinta años, señala que ha recibido un mamarracho, un desastre tanto en el frente interno como el externo. Culpa, claro está, a los mexicanos y a “otras partes” a donde se estarían yendo los empleos.
Tampoco puede dejar de culpar a la prensa por ser, según él, deshonesta. No solo deshonesta sino con un “nivel de deshonestidad fuera de control”. Luego clama que las noticias sobre los contactos de su campaña con Rusia son falsas, a pesar de la renuncia de un alto funcionario justo a raíz de estos affairs. Pero claro, eso no indica que su administración esté pasando por un caos, sino que estaríamos ante una maquinaría “bien afinada” a pesar de que no solo les falta cubrir puestos en su gabinete sino más de 600 cargos de confianza.
Finalmente, no podía estar ausente en esta conferencia el mandar a callar repetidas veces a periodistas, hacerlos sentar o decirles que no tiene que responderles.
Es claro ahora que los votantes que anhelaban un comportamiento “más presidenciable” para cuando pasaran las elecciones, tendrán que seguir esperando. Sus demás votantes pueden estar tranquilos, e incluso podrán asistir a un rally de campaña donde estará el presidente este sábado.