Aquí va la continuación de las anotaciones desde Arequipa, lugar que en este blog tiene la distinción de ser la única en abarcar tres posts. Si anteriormente hablamos de sus dos principales conventos, y una serie de fotos en el Colca, hoy culminaremos hablando de la misma ciudad.
Reitero mi encanto por sus muchísimos museos, infinidad de librerías, casas coloniales y una linda campiña a apenas minutos de distancia, todo bajo un cielo azul y clima seco, una constante en aquella geografía. Entre los varios lugares visitados estuvieron:
Distrito de Yanahuara. Encantador, de callecitas empedradas y pendientes curvas, poblado por casitas de clase media. Desde su mirador se contemplan los volcanes Chachani y Misti, este último, estacionado a apenas veinte kilómetros de la zona poblada. Desde aquí, se toman parte de las famosas fotos que representan el paraje arequipeño.
A pocos metros de los arcos del mirador, la blanca iglesia de Yanahuara se levanta a metros del que fue un pequeño lago, mandado a secar por los extirpadores de idolatrías, que eliminaron así el misticismo mal encaminado de sus conquistados. Curiosamente, hoy, el blanco templo es franqueado por la verdosa Cruz de la Pasión, en la que se engoman las más variadas alusiones a la Pasión (de allí el nombre) como una lanza, una esponja, una escalera, y hasta ¡una oreja con una mano de maniquíes!,… todo adherido al sobrecargado instrumento de fe.
La mansión del Fundador. Construida en el siglo dieciocho y restaurada recientemente. Los colores de las paredes exteriores pueden ser azules u ocre, así se señalaban a los visitantes de antaño cuáles áreas eran privadas o públicas. En nuestras viviendas actuales, esto carecería de sentido, pero cuando se trata de una tremenda casa colonial que abarca varios patios, salones y habitaciones, esto no está de más. En el recorrido se pueden apreciar algunas obras de arte, los utensilios de una cocina antigua y dormitorios de una época en que las velas y la Luna eran la única iluminación.
Casa Goyeneche. Aquí funcionan las oficinas de la sucursal del BCR, pero a su lado se incluyen varias salas que funcionan como museo, con una amable guía (que hablaba idéntico a Verónica Castro cuando es imitada por los Chistosos). El recorrido empieza por la sala numismática, donde moran desde monedas virreinales (algunas para nada redondas) hasta algunas del siglo pasado. Sorprende saber que en un inicio, al no contar con troqueles, nuestra joven nación debió emitir valores con el rostro del rey Español, por casi un año. Esto no debió sentirse muy bien.
Ya en la era republicana, Arequipa junto a otras ciudades emitieron su propio papel moneda, así que aquí podemos ver billetes que no invocan a un banco central de reserva, sino a la misma localidad. Interesante.
En otras salas, se exhiben cerámicas preincas como Wari, Chavín, Nazca, Virú, Vicus, y Recuay, y la Inca. También cuenta con una pinacoteca con cuadros de la escuela cuzqueña en su mayor parte, y la exposición de algunos artefactos del dueño original de la casa (el arzobispo Goyeneche).
Museo de la momia Juanita. Lugar de residencia de la mundialmente famosa “Dama de Ampato”, llamada así porque fue encontrada en los nevados perpetuos del volcán del mismo nombre. Llama la atención de los estudiosos por su estupendo estado de conservación, básicamente el cuerpo de la pequeña niña de trece años yació enterrado en un refrigerador natural cientos de años, hasta que el volcán Sabancaya empezó a erupcionar, devolviéndola a la superficie y a los ojos de los vivos, y luego a otras tres momias más.
Aquí no solo se cuenta ella, sino otra momia con la que se van turnando la exhibición a los visitantes. Podemos apreciar los objetos con los que fueron encontradas, sus vestimentas, fotografías de la extracción y un interesante video introductorio que marca la pauta del recorrido.
Museo Arqueológico de la Universidad Católica Santa María. Para los que se quedan aún con ganas de más arqueología (pero no a la manera peligrosa de Indy Jones), existen varios museos en el centro, como este. Aquí encontramos momias, cerámicas en abundancia, tupus (alfileres para sujetar las túnicas incas), cuchillos y cerámicas ceremoniales, tumis, una rústica cuna envejecida por el paso de numerosos siglos, aríbalos o enormes jarrones en donde se almacenaba la chicha), y un traje de soldado virreinal.
La campiña. Un encanto extra es tener, a tan solo minutos en auto desde el centro, el campo. Verde, frondoso, de cielo azulino y unrío cercano, donde se puede tomar aire fresco junto al Queso Helado, el helado del lugar. No sé en cuántas ciudades con un millón de habitantes puede ocurrir esto.
La catedral. Inicialmente construida en 1561 con la piedra blanca llamada sillar, ha sido golpeada por sucesivos terremotos tras los cuales siempre es reconstruida. De estilo neorenacentista, llama la atención por que la nave principal es perpendicular a la entrada.
Quedan muchos más lugares que espero que el visitante descubra in situ, como el Convento de Santo Domingo, San Francisco (mercado Artesanal), el Molino de Sabandía (no son la clase de molinos que enfrentó Don Quijote, pero, igual tienen su singularidad). Sin lugar a dudas, la tierra del Misti es la sede de importantes encantos.
Eri dice
Seppi, gracias por compartir con nosotros la experiencia de visitar Arequipa, una linda ciudad.
Aprovecho en saludar a la Ciudad Blanca por su aniversario.
Eri dice
Como mencionas, es una ciudad donde provocaría vivir, tiene un gran movimiento cultural, lugares para descansar y respirar aire puro, y las facilidades de una ciudad grande.