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Giuseppe Albatrino

Escritor, Dramaturgo y Divulgador Científico

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Leonardo

Escribiendo biografías…

20 septiembre, 2010 by Giuseppe Albatrino

      Si bien en el omnipresente Facebook no he puesto el status “Escribiendo biografías…” ninguna de las semanas previas, esto hubiera descrito precisamente mi actividad de muchísimas noches, de las cuales me siento contento de compartirles hoy el resultado.

      Mi querido editor de “Caminando en la Luna” me invitó a colaborar con él en la importante colección “YoLeo” que publica el diario La República, así que no pude negarme ante la oportunidad de hablar de algunos de mis héroes personales, más aún, cuando fue en las páginas del mismo medio que mis primeros artículos fueron publicados más de veinte años atrás.

      Mañana podrán encontrar en los quioscos el tomo 2 de la colección en la que participo con la vida de Albert Einstein, cuatro semanas después viene la de Van Gogh y poco después la de Leonardo da Vinci (información de la colección entera la pueden encontrar aquí)

      Como me ocurre usualmente frente al procesador de textos, vengo disfrutando el proceso de investigar y redactar la vida de estos personajes, de quienes conocía sus trabajos, tenía libros en mi biblioteca o parte de sus vidas me han parecido inspiradoras.

      En el caso de Albert Einstein, el genio por antonomasia cuya ecuación E=MC^2 es probablemente la expresión científica más estampada en camisetas, resulta sorprendente lo poco prometedora que parecía su carrera en un inicio, que lo llevó a trabajar como burócrata en la oficina de patentes y a preguntarse si no sería mejor dedicarse a vender seguros de vida de puerta en puerta. ¿Quién podría pensar que en un solo año escribiría cuatro importantes documentos científicos que cambiarían la forma como vemos al mundo?

      Escribir de Vincent Van Gogh fue una experiencia muy emocionante, sus cuadros me fascinan y empecé a conocer de él en mi visita al museo de Amsterdam que lleva su nombre, en aquél entonces me sorprendió ver a través de sus cartas a su hermano Theo, su proceso como artista. Espero que a través de mi texto, el lector conozca más de este maestro que en tan pocos años de vida de enormes conflictos internos y demonios interiores, nos entregó una numerosa y fascinante obra pictórica.

      Actualmente me encuentro cerrando la vida de Leonardo, uno de mis favoritos por representar a una mente curiosa que con igual alcance abarcó el arte y la ciencia. Inspirado en ello, previamente le dediqué un par de artículos.

      Considero que la iniciativa de ofrecer a precios asequibles fascículos dirigidos no sólo a niños sino adolescentes y a la familia, es estupenda para incentivar la lectura en nuestro medio. Espero que mi pequeña contribución sea de su agrado.

Publicado en: Libros Etiquetado como: Leonardo, Van Gogh

Leonardo: maestro de los dos hemisferios

11 enero, 2010 by Giuseppe Albatrino

En Leonardo podemos apreciar el maridaje de lo que muchos consideran polos opuestos del intelecto humano.”
Michael White, Leonardo, el primer científico (2000)

      Cada día los neurólogos conocen más las funciones que desempeñan las distintas secciones del cerebro humano, las hay para el lenguaje, la escritura, la lógica y el cálculo (hemisferio izquierdo) y otras centradas en habilidades musicales y artísticas (hemisferio derecho).  La experiencia enseña que son pocas las personas que pueden dominar todas estas áreas, o que se interesan en todas ellas; al acabar de leer una interesante biografía de Leonardo da Vinci, no puedo dejar de sentirme asombrado e inspirado por aquél que, justamente, va en contra de esta noción.

      Al ser hijo ilegítimo de un notario, Leonardo no pudo estudiar en la universidad, pero esto lejos de amilanarlo, parece, por momentos, impulsar su insaciable curiosidad por entender todo lo que le rodea. Por ello, inició estudios autodidactas en innumerables temas, que han llegado hasta el día de hoy a través de sus numerosísimos manuscritos que llenaba con una escritura codificada en los cuales tomaba notas y dibujos de lo que iba encontrando, cubriendo temas como la astronomía, geología, anatomía, óptica, escultura, pintura o ingeniería (también allí escribía cosas más mundanas como sus gastos y recetas, pero esa es otra historia…)

      A algunos les podría parecer curioso el hecho que no ejerciera únicamente el oficio de pintor, a pesar de destacar desde niño y que hubiera tenido varios años de formación en el taller del maestro Verocchio (lugar en donde tocaba instrumentos musicales y cantaba), además de ser reconocido por ello por la familia Medicis.  Sucede que este campo le resultaba demasiado fácil, hasta el punto que “se cansaba del pincel”.  En vez de quedarse en esta zona de confort, abandona Florencia con rumbo a Milán en busca de nuevos horizontes y con la intención de ser reconocido como ingeniero y arquitecto en la corte de los Sforza, para el cual ofreció su talento como diseñador de diversas clases de máquinas.

      Sentía la necesidad por entender la naturaleza y por encontrar una estructura que lo explique todo, buscando, por ejemplo, relaciones entre la intricada maquinaria que es el cuerpo humano, y el planeta, por ello, a la luz de la vela, se convirtió en una de las primeras personas en diseccionar cadáveres para estudiarlos, realizando excelsos dibujos de ellos, sobre los huesos, músculos, nervios y arterias que luego enriquecían sus propios cuadros al darles mayor detalle a las figuras que mostraba en ellos.

      Consciente de que debía estar actualizado, empleaba los libros de las bibliotecas como fuente de información y a mediana aprendió latín por cuenta propia para poder acceder a más textos; creía que debía conocer mejor las matemáticas, y a pesar de la dificultad que le implicaba, tomó clases con un reconocido especialista y amigo suyo de la época.  Ni en su vejez cejó en su empeño de aprender; en Leonardo, arte y ciencia confluyeron en una relación sinérgica que enriquecía sus creaciones y la comprensión del universo que le tocó vivir.

      Hoy en día, los muros que separan las distintas facultades universitarias,  muchas veces parecen trasladarse a las mentes de sus integrantes, creando divisiones profundas y creando términos como “gente de ciencias” y “gente de letras”. Conocer la obra de este genio, quizá pueda inspirarnos a conocer lo que el “otro hemisferio” (aquél no dominante en nosotros) puede ofrecernos.

PS: la imagen del post, muestra a Leonardo (representando a Platon) en el cuadro “La escuela de Atenas” de Rafael.

Publicado en: Culturales, Vivencias y Opinión Etiquetado como: arte, artistas, Florencia, Leonardo, pintura

Anotaciones desde Florencia

9 octubre, 2009 by Giuseppe Albatrino

      Difícil describir esta ciudad con palabras y hacerle justicia; con casi dos mil años de historia, que incluyen haber sido el centro del renacimiento italiano, vive orgullosa de su pasado el cual esta presente prácticamente en cada cuadra que uno camina. Sería imposible en una sola entrada cubrir todo lo visto, pero espero poder dar un alcance de este fabuloso lugar.
      Es una ciudad pequeña, que no llega a tener 400 mil habitantes, ubicada en la mitad superior de la bota italiana, con un impresionante número de turistas en sus calles, miles de esculturas y pinturas ubicadas no sólo en los museos, sino al aire libre y por supuesto en sus Iglesias y Conventos que por aquí abundan.

La gente de Firenze, como llaman aquí a Florencia, es aún más amable que en Roma y parecen darle a uno la bienvenida constantemente; los precios también son más asequibles que los de la capital ubicada a cuatro horas en tren.

Muchísimas de sus maravillosas construcciones datan del siglo XIII, con lo cual le hace uno a “sentir” como “moderno” cualquier edificio proveniente del siglo XVI y XVII. En definitiva, los arquitectos de la época hacían las cosas para durar, y no eran pequeñas sus obras.

Apenas saliendo de la Stazione Centrale (estación del tren) uno puede ver la iglesia S. Maria Novella, la primera monástica de Firenze, construida en 1246 pero a la cual unos doscientos años después se le agregó una hermosa fachada de mármol blanco y verde, de diseño elegante y que sorprende por ser peculiar (al menos, no había visto ninguna parecida antes). Como es de suponer, en su interior, podemos encontrar pinturas de la época con motivos religiosos. En realidad, una importante parte del arte aquí tiene esta inspiración, uno puede encontrar sucesivas versiones de los mismos pasajes bíblicos una y otra vez, como la Anunciación, el bautismo de Jesús o “María y el Niño” (La Madonna e il Bambino) por diversos autores.

No muy lejos de Maria Novella, se encuentra el que es quizá el más conocido punto de referencia en el horizonte florentino, Il Duomo (La Cúpula). Construida en 14 años por Brunelleschi, quién empezó en 1420, tiene gigantescas dimensiones (según mi libro del lugar: 45 metros de diámetro y 114 metros de altura) lo cual la hace visible desde muchísimos puntos (¡esto es de gran ayuda si uno se pierde!). Por si fuera poco, para seguir alimentando el asombro, a su lado se encuentra el alto campanario de Giotto y la Catedral cuya fachada se encuentra adornada por un ejército de estatuas. Realmente impresionante, pareciese que uno nunca termina de ver todos los detalles de ésta.

Santa Maria Novella

La Cúpula al centro y el Campanario de Giotto al lado izquierdo de la foto

Siempre en el mismo lado del río, a poca distancia de allí, en la Plaza de la Señoría, se encuentra un museo abierto, con varias esculturas renacentistas (incluyen una réplica del David) al alcance del público y a unos metros continúa el pasaje de los Uffizi en el cual encontramos a numerosos artistas quienes, mismo parque Kennedy, te retratan o te venden sus acuarelas (la más pequeña a 4 euros); como si fuera poco, algunos artistas tocan la flauta, el violín u otros hacen estatuas vivas con motivos medievales ya sea de noche o de día.

Con respecto a los museos, el David se encuentra en La Academia de las Bellas Artes, y si bien está prohibido tomar fotos, como muchos rompían la regla, no puede evitar hacer lo mismo:

El David, de Miguel Angel

Es impresionante esta obra, Miguel Ángel favoreció la belleza sobre todo, creando a un hombre perfecto, que sostiene la honda y la piedra con seguridad y serenidad. Mientras lo miraba, me preguntaba ¿Cómo es que lo sacó del mármol?, ¿lo soñó mil veces como el personaje de Borges en el cuento de ruinas circulares?, ¿siempre existió David en esta cantera esperándolo? Se puede ver el esfuerzo que hace el pastor que derrotó al Goliat, en las venas de la mano que sostiene la piedra. Increíble. ¡Ah!, para suerte del visitante, el museo incluía una exposición fotográfica en blanco y negro, basada en desnudos, que parecían acompañar el motivo del David, también sin vestiduras.

Otro museo, Degli Ufizzi, me ocasionó un Overflow de información. Tantas obras y piezas de arte saturaron mi capacidad de apreciar todo lo visto, por lo que en muchos casos anoté los nombres para buscarlos luego; sin lugar a dudas uno de los trabajos más bellos y famosos allí presentes es el Nacimiento de Venus de Boticelli.

Desconozco si existe un censo de Firenze que incluya no sólo a sus habitantes sino a cada pieza de arte que vive en ella (parecen miles y miles y miles), uno se siente rodeado por cultura y belleza por lo que es imposible caminar por ella sin respirar parte de esto. Sin lugar a dudas, es un lugar para regresar, inabarcable en una jornada de sólo días.

PS: Estoy empezando a creer que los conductores italianos fueron quienes inventaron esto de la Licencia del 007 para matar, manejan por las pequeñas y empedradas calles como si todos fueran alguna promesa de la Fórmula 1.

Publicado en: Vivencias y Opinión Etiquetado como: arte, cultura, El David, Europa, Italia, Leonardo, paseos, Rafael, Renacimiento, Toscana, viajes

Exposición Da Vinci – El Genio

30 julio, 2009 by Giuseppe Albatrino

“El arte nunca está terminado, sólo abandonado”.
Leonardo da Vinci

        En la pérgola del Jockey Plaza y hasta el 09 de Agosto se está presentando una exhibición itinerante que muestra parte de la obra de Leonardo Da Vinci. Para muchos, este genio es únicamente el creador de “La última cena” y la “Mona Lisa”; sin embargo, este hombre del renacimiento tenía más de 20 profesiones que incluyen, además de pintor, el ser escultor, anatomista, ingeniero, escritor, músico y botánico. Si bien es imposible hoy en día cubrir en profundidad el desarrollo moderno de tantos campos, la obra de Da Vinci es una invitación a mantener una mente despierta y curiosa.

        Al ser Leonardo hijo ilegítimo, no tuvo derecho a acceder a una educación formal, algunos piensan que por esta razón tuvo el tipo de escritura que mantuvo (de derecha a izquierda), para otros pudo deberse a que sufriera de dislexia y para otro grupo el hecho es una demostración de su constante temor a que le roben sus ideas; sea el motivo correcto que fuese, en la muestra podremos apreciar mucho de su escritura en la forma de cuadernos, llamados códices, en los cuales anotaba sus ideas y en las impresionantes páginas en las cuales documentaba sus estudios del cuerpo humano.

        Luego de los códices, el visitante podrá apreciar prototipos de máquinas voladoras que implementan los bosquejos del maestro Florentino; si bien casi todos eran irrealizables, tanto ayer como hoy, el paracaídas piramidal fue el único que ha sido probado con relativo éxito. Mucho mejor le fue con las distintas máquinas que construyó para levantar grandes pesos o convertir el movimiento lineal en circular, las cuales se pueden ver confeccionadas en madera y que de seguro un ingeniero mecánico apreciará y entenderá mejor que mi persona.

        Una interesante mención de la guía era que a “pesar de ser vegetariano y pacifista”, Leonardo creó armas para sus mecenas; me parece curioso porque se asocia el no comer carne a la misma categoría de no matar personas. En todo caso, se aprecia en la muestra un prototipo de tanque, un traje de buzo, una metralleta y otras armas; quizá la más “inocente” de todas era una especie de “multi tambor” que usado por un solo hombre, simulaba el sonido de muchos de estos instrumentos, que en la batalla se empleaban para sincronizar las tropas.

        En el lado artístico, algunos nos enteramos por primera vez de su participación en el teatro, con el invento de un proyector que creaba distintos fondos para las escenas, consistente en una caja cerrada, una luna y en su interior una vela (¡sí!, como si se tratase de los Picapiedra…) que ilumina la figura que se le coloque.
También se aprecian réplicas de sus obras, en las que nos explican cómo se crearon clásicos como las pinturas mencionadas o el hombre del Vitrubio (en lo personal me cautivo “San Jerónimo penitente”). Es una lástima conocer que, por emplear algunas técnicas de su invención al momento de pintar, mucho de su trabajo no haya persistido en el tiempo como es debido.

        El buen uso que se le dé a los 30 soles que cuesta la entrada dependerá mucho del visitante, en mi humilde opinión ésta debería costar menos dado el número de piezas y la duración de la muestra; esto no niega el hecho que los guías hicieron un buen trabajo con el material disponible.

_______________________________
PS: Es lamentable notar que una exposición cultural de este tipo, entrega folletos con tantos errores tipográficos y de redacción.

Publicado en: Culturales Etiquetado como: arte, artista, ciencia, Da Vinci, genio, ingeniero, Leonardo, Renacimiento

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